“Si la esencia de ser es amor, servir es poner ese amor en movimiento”
Sábado, 14 de Junio de 2008 00:00
Entrevista a Jorge Carvajal Posada  14-Junio-2008 Entrevistamos a Jorge Carvajal en el Centro de Sintergética de El Plantío en Madrid, inaugurado hace unos meses. La actividad del Dr. Carvajal se reparte entre la atención a pacientes en este centro, los cursos para la formación de doctores en Sintergética, los talleres de fin de semana sobre la realidad del alma y nuestra conexión con la divinidad, la publicación de artículos y libros, y las caravanas de sanación. Estas caravanas son auténticos vórtices de energía en las que el colectivo intenta recrear las palabras de Jesús: “cuado dos o más os reunáis en mi nombre, allí estaré yo”. La próxima de estas caravanas tendrá lugar en el mes de septiembre, en un periplo que espera convocar a más de 250 personas en el Camino de Santiago. Convencido de que un nuevo mundo es posible y de la capacidad de evolución del ser humano, Carvajal dedica todo su tiempo y esfuerzo, siete días a la semana, 18 horas al día, a la difusión del mensaje de que está en nuestra mano acceder a formas superiores de convivencia y de relación, y de que para ello es fundamental conocer la realidad del alma. No es que “tengamos” alma, en opinión de Jorge Carvajal, sino que “somos” alma, de ahí su autorizada visión de que la muerte no es sino otra forma de la misma vida, en la que estamos liberados de las servidumbres de nuestro cuerpo y nuestra mente. Es éste uno de sus proyectos más preciados, hacer entender a las personas que la muerte es una continuidad y que el alma sigue viva en el proceso que nos toca vivir y en el que el espíritu debe manifestar todo su esplendor en nuestra materia, tal como nos han demostrado los avatares a lo largo de la historia. Carvajal no habla de religión, sino de espiritualidad, y su mensaje más preciado es que tratemos de amar y no odiar, que sirvamos en vez de exigir servicio, que curemos en vez de herir… Nos recibe Jorge amablemente al final de una jornada larga y extenuante como sólo conoce la profesión médica. Con voz pausada responde a estas preguntas: ¿Nunca te hemos visto cansado Jorge? ¿Cómo estiras tanto el día? ¿Hay algo que te agote? Sueño y soñar es estirar al infinito el tiempo. Creo y me divierto. Siento que creer es crear y que creando uno se recrea. Cuando algo es divertido es menos fatigante. Procuro tomarme el trabajo como un hobby y de veras me divierto. ¿Cuándo y cómo tomó Jorge la decisión de sanar y servir? ¿Y cuándo decidió el río ser río? No pretendí nunca ser sanador, nunca pretendí servir... Ni decisiones, ni pretensiones, sólo dejar el agua correr y descubrir un día el caudal que va apuntando a su mar. Un día sientes que no puedes evitar ser aquello que de verdad eres. Entonces no puedes no servir, no puedes no sanar. Y es porque no puedes no amar. ¿Cuáles son los momentos más felices en esa tarea? Cuando atrapado en la magia del instante tienes la percepción del infinito. Entonces basta un abrazo, una mirada, tal vez una sonrisa. Casi nada o nada. En el vacío de ti mismo, la plenitud del otro. Entonces tienes una experiencia de unidad. Es una paradoja: la vacuidad te conduce a la unidad. Y el otro se nos revela como una faceta del Creador que está allí para completarnos. Un solo instante así carga las baterías para todo el día. ¿…y los más complicados? Son complicados los momentos de olvido, en los que uno deja de ser uno mismo y pierde la levedad del ser y la brevedad del tiempo. Es complicado lo que no se percibe desde el centro. Es complicado cuando uno no se entrega, cuando el ego no se rinde. Entonces, perdemos la fluidez de la inocencia y se mira, pero no se ve. Se oye, pero no se escucha. Es complicado en la vida separar, restar y dividir. Sumar es mucho más sencillo. El hígado es muy complicado; el organismo como una totalidad es complejo, pero no complicado, porque está entretejido. La vida es sencilla porque está entretejida a la trama del universo. ¿Hay algo más importante que servir? Sí..., ser. Porque servir nace del ser. Si la esencia de ser es amor, servir es poner ese amor en movimiento. De la selva del Choco a la selva del asfalto madrileño…¿Qué es lo que más añora Jorge, del médico rural en Colombia? Añoro el canto de las ranas y el cielo azul profundo donde se dibuja la vía láctea. Añoro las sonrisas inocentes de los niños negros y los indios cunas. Añoro las lluvias diluvianas y el sabor exótico del “borojó” y el “bocachico”. Pero cada mañana regreso por los caminos recorridos y siento la presencia del pasado llenando de fuerza y colorido los días. ¿Qué se siente al traer a un ser al mundo físico en una cabaña perdida? Que la vida es un milagro. ¿Qué se siente al cerrarle los ojos de la carne? Que es un milagro la muerte, porque el final del cuerpo es apenas un recodo en la corriente continua de la vida. ¿Nostalgia de paz y de ausencia del mundo? ¿No echa en falta Jorge más horas para sí mismo, para compartir con su familia? Procuro ir conmigo mismo adonde voy. Entonces voy con mi familia en el corazón y tengo paz. Creo en una educación para la libertad en la que tengamos tiempos propios y espacios entre nosotros. Así los reencuentros son mágicos y no caemos en la prisión de la rutina. Pero si un día la nostalgia me lleva al sentimiento de la soledad, miro lo ojos de mis pacientes y en los ojos que miro, veo esos ojos amados de mi mujer y mis hijos... Cuando somos una sola familia, una humanidad, termina el espejismo de la soledad y comienza la paz. Brevemente para quienes lo desconocen, ¿cuáles son las bases de la medicina sintergética? Proponer una medicina de síntesis para una nueva cultura, la de la conciencia, es la esencia de la Sintergética. Así como no aceptaríamos una biología sin una concepción de la vida, no podríamos hacer medicina sin una visión del ser humano. Humanizar la vida, sanar la tierra, crear salud más que atacar enfermedades y reconocer el potencial sanador de la conciencia, constituyen el móvil de la Sintergética. Esto implica ponerle de nuevo el alma a nuestro cuerpo, colocar en su lugar la cultura y las creencias, ver las huellas de la conciencia grabadas en nuestra fisiología. La Sintergética se fundamenta en la búsqueda de un código de lectura común que nos permita la integración de los diferentes paradigmas terapéuticos del mundo, reconociendo en las leyes de la conciencia su cauce integrador. Esto nos ha conducido a constatar el enorme valor del respeto por la diferencia en la construcción de la unidad esencial, una integridad orgánica alimentada por la unidad en la diversidad. Desde una visión sistémica, la Sintergética integra los territorios terapéuticos: el de la materia, representado en la medicina occidental, el de la energía descrito por la medicina tradicional china, el de la misma conciencia tratado en el ayurveda, y en otras cosmovisiones de las medicinas tradicionales, en un metaparadigma que reconoce y utiliza su complementariedad. ¿Cuál es la extensión del movimiento de la medicina sintergética? Su expansión ha sido vertiginosa, si tenemos en cuenta el tiempo que nuevas visiones y tecnologías necesitan para consolidarse culturalmente. De la mano de los resultados, la demanda de formación se ha ido incrementando en Hispanoamérica. Se realizan formación y prácticas en Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, México y España. Además tenemos programas de formación en Puerto Rico y Portugal, y se estudia la posibilidad de expandirlo en los próximos años a Suiza, Alemania, Francia y la península escandinava. ¿Cuál es la preparación adicional que proporciona al médico o terapeuta la formación en Sintergética? Simplifica, reduce a un mínimo común denominador muchas cosas separadas. Desespecializa, descentraliza, integra psicología y medicina, sanación y ciencia. Descubre tecnologías y métodos sencillos para trabajar con la energía del propio paciente. Restaura la conexión entre la biología, las ciencias humanas y las ciencias espirituales. Pero, por sobre todo, nos permite ayudar allí donde en apariencia se han perdido posibilidades de curar. ¿Tras la consolidación del Centro de El Plantío, cuáles son los próximos pasos que dará el movimiento de la medicina sintergética? Consolidar las caravanas de la salud, que son una especie de festivales para llevar salud y alegría a los lugares más necesitados. Ya se están consolidando en América latina y pronto esperamos poder extenderlas desde Europa a África. ¿Perspectivas para el Congreso de Toledo? Su título es “Mística, Ciencia y Sintergética”. La perspectiva es activar las semillas de esa cultura de la convivencia armónica. Allí, al lado de la tolerancia y la convivencia pacífica, florecieron el arte y la ciencia. ¿Si aprendiéramos de una vez por todas la dolorosa lección que nos han dejado todas las formas de inquisición y cultiváramos esa tierra de la paz, donde la justicia y el reconocimiento de la diversidad nos llevaran hacia la libertad, que es el valor más sagrado de nuestra humanidad? La perspectiva es la unión de la cabeza con el corazón: ponerle corazón a nuestra razón y llevar al mismo tiempo la luz del intelecto a nuestro amor, para nacer a la comprensión, que es amor con discernimiento. Toledo será un granito de arena en la creación de esa cultura de síntesis. ¿Lleva muchas vidas Jorge con su bata de médico? ¿Se la colgará en la siguiente? ¿Y qué más da si, al fin de cuentas, lo que importa es el hacer en el ahora? Lo que importan son todas las vidas, toda vida, aquí y ahora en ese tiempo inaplazable de ser. Me pido ser cuando regrese cocinero, campesino, industrial, presidente o lustrabotas. El caso es que pueda dar la nota que el alma viene a dar. ¿De no ser con la palabra o al borde de la camilla, de que otra forma le hubiera gustado a Jorge servir? Soy papá, hermano, amigo, lego, pescador, tantas cosas soy, que antes y después de ser médico trato de ser sólo lo que soy. Entonces siento que soy útil y disfruto. Antes de estudiar medicina me encantaban la geología, el periodismo y la política. Bueno, me siguen cautivando, pero comprendí que no son tan diferentes como a primera vista pareciera. En el continente del cuerpo están grabadas las mareas evolutivas. Estudiar el cerebro o el ADN es comprender el arte del gobierno de la vida. Pero, sobre todo, la medicina es una maravillosa ciencia de la comunicación, pues en última instancia la enfermedad es ruptura en nuestros patrones de relación y comunicación molecular, energética, emocional o mental. ¿Son más fáciles las cosas en España, o al contrario…? Ni más ni menos, como en todas partes aquí las cosas son como son. Se nos antojan difíciles cuando no las reconocemos por su esencia y nos confundimos en la vanidad de las apariencias. El trabajo es una bendición, una oportunidad feliz para proyectar lo mejor de nosotros, pero si en él no proyectamos el corazón a lo mejor lo vivamos como una carga. Las dificultades labran el cauce de la vida, para que al fin fluya como agua fresca. Los matices de los conflictos son secundarios, las necesidades humanas esenciales son las mismas en todas partes: seguridad, paz, justicia, libertad… Como en la conocida canción de Serrat: “no me siento extranjero en ningún lugar...” y no sólo porque haya lumbre y vino, sino porque todos los lugares son interiores. ¿Dé dónde viene ese torrente iluminado de palabras cuando Jorge coge el micrófono? La elocuencia de quien habla es sólo un eco de las palabras calladas en el corazón de los que escuchan. El torrente iluminado está en el auditorio, cuando la música silenciosa del alma nos conduce a ese viaje interior en que el amor guía la palabra. Entonces, uno descubre que no son las palabras, sino los silencios los que hablan. ¿Cuán preciso es ese torrente de inspiración superior? Siempre, aunque no lo percibamos casi nunca, un torrente de inspiración superior viene desde el alma, como un flujo de energía que nos da la vida. Callas y es la voz de la consciencia. Hablas y es el sonido del silencio. Respiras y es esa energía universal o prana portado por el aire. Siempre estamos conectados. Sólo hay que darse cuenta y asumirlo. ¿Por qué ese recato? ¿Para cuándo las plazas, las calles, la televisión… el mensaje a gran escala? Mi mayor anhelo es pasar desapercibido, porque siento que así se puede servir mejor. Si se hace carne la palabra ya no hay mucho que decir. Sólo hacer y en ese hacer ser lo que ya se es. ¿Por qué vivimos una hora tan importante? Nuestro tiempo no es el tiempo de antes. Ya no hay tiempo. Si no somos el tiempo, si no somos la tierra, si no vivimos conscientemente, nos perdemos esta humanidad. Todas las tradiciones hablan del fin de los tiempos. Entonces, hablemos del comienzo, porque cada final es sólo un instante para comenzar. Atravesamos todos el portal del corazón, nacemos a nuestra humanidad, descubrimos el alma humana y el cuerpo místico de Cristo como una bella realidad. Todas las razas, ramas de un solo tronco, son iluminados por el mismo sol, un Dios de amor, nutridos por la misma madre, Gaia, la Pacha Mama. La marea humana ha ascendido hoy al corazón y podríamos decir, parafraseando a Teilhard de Chardin, que estamos a punto de descubrir por segunda vez el fuego. Es el fuego transmutador que nos acerca al reconocimiento del amor. Sólo así podremos vivir como si de veras fuéramos humanos, hermanos, hijos de un solo Padre. ¿Vamos solos? ¿La humanidad avanza a la deriva o hay Plan, hay Norte? Einstein tenía razón: Dios no juega a los dados con el universo. Hay norte y futuro porque hay sur y pasado. ¿De dónde vienes? Permanece atento y reconoce la dirección de tus huellas, no conducen a otro lugar que a ti . Cuando desde el centro observamos el horizonte, su luz se nos revela. Al observarla la recreamos, la volvemos a crear. El norte, el sur y el horizonte dependen todos del observador, el que vive en el centro. Allí jamás estamos solos pues, en la perspectiva de una conciencia no local, el universo tiene tantos centros como observadores conscientes de sí. El plan inscrito en el alma se despliega ante nosotros, cuando nos sentimos parte del plan. No es ajeno a nosotros. Estamos incluidos en él, como la ola en el océano. Hacemos parte de su dirección, al igual que el agua del río es llevada al mar por su cauce. El observador, el alma, nos conecta a la gran cadena de la vida, una cadena a la que todas las cosas están entretejidas. ¿Quienes son esos Seres que nos sostienen? ¿Hollaron nuestros caminos de polvo…? La vida no se pierde. No se echa a perder la conciencia. Cada paso consciente produce huellas que otros han de recorrer. Los pioneros hollaron el sendero, convirtiéndose en camino para los otros. Ellos señalan el cauce, el río de la verdad, el océano de la vida. ¿“Aquel que viene” está ya con nosotros? ¿Su Presencia será rostro o será latido? Rostro y latido. Sentimiento y sentido. De seguro que será carne en nuestra carne, milagro cotidiano del vivir, sangre viva circulando por el cuerpo de nuestra humanidad. Quizás sea menos un personaje histórico, que una conciencia cósmica uniéndonos en el fuego de un amor céntrico. ¿Qué forma adquieren en nuestros días las antiguas escuelas de sabiduría? Sin duda las escuelas de sabiduría serán nuevas, ampliamente abiertas y exotéricas. Serán adaptadas a la necesidad de una nueva humanidad. En esas escuelas los misterios serán develados para todos y el discípulo será la misma humanidad. Guiarán la investigación las nuevas escuelas de medicina, el arte y la ciencia de los que gobiernan. ¿Las iniciaciones son también diferentes…? La expansión de la conciencia será un proceso colectivo y la capacidad de servir determinará el lugar que cada quien ocupe en el concierto de la evolución. ¿Qué extraña Jorge en la espiritualidad que podríamos torpemente definir de nueva conciencia, de nueva era? Ya la nueva era se va quedando vieja y va pasando sin dejar huella, porque no reconoció el espíritu de las profundidades. Se quedó en modos y modas, razones extraterrestres y anuncios apocalípticos. Tal vez más de mensajeros, mensajes y especulaciones sobre los maestros, que de cambio profundo y compromiso. Demasiados juicios finales sin contacto con el presente; falsos discípulos siguiendo falsos maestros; sueños con el corazón de la galaxia, mientras los niños se seguían muriendo de hambre… Paradójicamente tanta ilusión, en lugar de cerrar la brecha entre las religiones y las culturas, avivó el fuego de antiguos fundamentalismos. El viaje más importante de la conciencia no es a Sirio, ni a las Pléyades, ni al centro de la galaxia, es al zodíaco interior del corazón humano. Es también un viaje al corazón de la ciencia, cuyas maravillas no hemos aún sabido incorporar a la vida cotidiana. Una nueva cultura es como un nuevo cultivo. Arrancamos las malezas de raíz, removemos la tierra, sembramos, regamos, dejamos pasar la luz para que despierte la semilla. Que con ese antiguo y siempre renovado arte de los sembradores, podamos sembrar la tierra de nuestro corazón, para que ascendamos al fruto de una cultura más humana. ¿Cuáles son las señas de identidad de los verdaderos guías y maestros? ¿Hay exceso o falta en nómina? Entra en ti. El maestro es interno. El Cristo es interior. El Reino de los Cielos está dentro de ti y en ese Reino habita el Rey. Cuando el discípulo está listo aparece el maestro. Su ley es la del silencio y jamás ejercerá su magisterio como una autoridad que viola el logro más sagrado del ser humano: su libre albedrío. Para encontrar un verdadero Maestro hemos de ser ante todo discípulos de verdad. ¿Podríamos mirar conmovidos, el árbol, el río, los ojos de nuestro perro, el semblante del hijo, el fracaso, el éxito o la lluvia, como movimientos de la danza del Creador? Entonces ya iríamos camino del Maestro, porque por nuestros ojos miraría el alma, el maestro interior. El Cielo se sigue revelando a cada instante? ¿Cuál es la “garantía de superior origen” de los mensajes inspirados? Un mensaje inspirado es auténtico porque es único, es original, toca el alma. No está dirigido sólo al intelecto. No ataca, no critica, no amenaza, no exige. No juzga, ni divide. No viene con sello de garantía, ni se impone por la autoridad de su supuesta fuente, ni por el prestigio del canal. Su lenguaje puede ser y ha sido frecuentemente simbólico. Un mensaje inspirado, no sólo es un mensaje, es un caudal de vida que nos lleva a transformar el mundo, a participar del proceso creador. Despierta en nosotros el servidor. ¿Cuáles son las fuentes más importantes de las que ha bebido Jorge, por supuesto además del insustituible y maravilloso libro de la naturaleza? Confieso que he bebido de muchas fuentes frescas y profundas, que al parecer jamás se agotan: del Nuevo Testamento y el Baghavad Gita; de Bertalanffy y la ciencia de los sistemas; de Ken Wilber y su visión integral; de la psicología de Jung, Assagioli, Reich, y la de Groff y los psicólogos transpersonales; de las enseñanzas de Djwhal Khul transmitidas a través de Alice Bailey; de la música de Mozart y Beethoven; de la meditación de cada mañana... ¿Qué han supuesto para Jorge las enseñanzas del Maestro Tibetano, Djwhal Khul, transmitidas a través de Alice Bailey? Esas enseñanzas han sido un regalo precioso de la sabiduría que ha dado profundidad y perspectiva a mi trabajo cada día. En “El retorno de Cristo” y “De Belén al Calvario” me reconcilié con la religión en su sentido más profundo, que es la búsqueda de la unión. En la “Luz del alma” sigo encontrando cada día una fuente de inspiración. Sus libros sobre psicología y curación, no dejan de sorprenderme. Aún después de muchos años, observamos los alcances de un conocimiento que se adelantó mucho tiempo a las constataciones de la ciencia médica. ¿Como raza humana, faltan o sobran motivos para la esperanza? Estamos en un punto crucial de la evolución humana. Podemos emerger a una nueva tierra o retroceder. Depende de nosotros. La esperanza es confianza en el futuro que se afianza en la fe en nuestro presente. Asistimos a la emergencia de una nueva ciencia, de una nueva economía. Estamos en el umbral de tecnologías revolucionarias que cambiarán, no sólo nuestra economía, sino nuestras relaciones con la naturaleza. Tal vez tengamos menos megalópolis y más contacto con la tierra, el cielo, el agua pura y el paisaje. En todo caso, la tierra de nuestros hijos habrá de ser mejor, si nos lo proponemos entre todos hoy. Koldo Aldai 9 de Junio de 2008 www.fundacionananta.org
Alicia G. San Gabino devuelve a la moda su coherencia con lo social
Viernes, 06 de Junio de 2008 00:00
Diseños que no pueden conformarse con estéticas superfluas  6-Junio-2008. Las tendencias de la moda responden definitivamente a realidades sociales concretas y no al gusto caprichoso de unos cuantos. Alicia García San Gabino (Madrid, 1969) se había aprendido muy bien esta virtud de su oficio, en el Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid, cuando conoció a Isabel Martín, una monja jesuitina que venía de India con unos muñecos cosidos por tres mujeres a las que trataba de conseguir un medio de vida. Así germinó Diseño para el Desarrollo www.disenoparaeldesarrollo.org que cinco años después beneficia a unas mil familias en India, Nepal, Brasil, Guinea Bissau y Marruecos. La inquietud y la fuerza de Alicia García San Gabino es impulso suficiente para trascender lo que parece una paradoja, y poner al servicio del equilibrio social algo tan fácilmente reducible a la estética más superficial como es el mundo del prêt-à-porter. Su manera de entender la capacidad de la moda para activar la economía ética tiene la rotundidad y la sencillez de las creaciones indemodables, propias de las mejores firmas. García San Gabino, que cree en los pasos pequeñitos y en la constancia, sueña con tener un local en España donde poder promover la distribución comercial de los productos que su ONG auspicia mediante enseñanzas y asesorías en todas sus fases, desde el diseño y patronaje hasta la estrategia publicitaria, pasando por la confección. Fue fácil ver desde el principio que sabía cosas útiles para todos los momentos del proceso, tanto los conocimientos técnicos de tejidos o de costura, como los referidos a marketing, imagen corporativa y publicidad. A ellos se suman otros que llegan de forma sobrevenida en cada caso. La generosidad con la que los comparten ella y sus compañeros permite a las cooperativas ser autónomas, una vez puestas en marcha y asesoradas. La Universidad Politécnica de Madrid, a la que pertenece su escuela, es testigo además de una afortunada colaboración a tres bandas con el Instituto Nacional de Educación Física (INEF) y la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos: Deporte, Ingeniería y Moda (DIM) están juntos en Camboya. Todo es poco contra la pederastia y sus efectos; todo parece imposible contra una epidemia que llega directa e imparablemente desde Occidente demoliendo el derecho de los niños a la inocencia y poniendo en jaque la confianza de muchos en la evolución humana hacia un mundo mejor… FA: Moda y cooperación no parecen fáciles de unir AG: Fui a unas “vacaciones solidarias” en Bombay que en principio no eran para hacer ningún trabajo, sino para observar y ser capaz de concienciar a la vuelta; y justo antes conocí a una monjita española, Isabel Martín, que venía de allí y traía una maleta llena de muñequitos. Ni la tela ni los muñecos eran muy bonitos, pero estaban muy bien cosidos. Por mi trabajo, yo estaba entrenada a anticiparme a los gustos y a saber qué estética es la que funciona. Estuve allí un mes, con SETEM Comercio Justo, y no paré. Los elefantes en marrón y negro no le gustan a nadie, pero sí en rojo y rosa; incorporé lentejuelas y cristalitos porque eso hablaba de India… Ayudé con unos bolsos, les convencí de los gustos en Europa y salió una colección muy sencilla con su catálogo y todo. También soy diseñadora gráfica y me di cuenta de que todo lo que sabía hacer lo necesitaban allí. FA: ¿Tuvo éxito esa colección? AG: Ocurrió que me llamó el director de la ONG en Bombay y me dijo que se preguntaban si tenía magia porque tenían un pedido de 2.000 bolsos de los que yo había diseñado, y ningún otro. Me pidieron que volviera el año siguiente y buscaron un patrocinador francés para que pagara mi billete de avión y mi manutención allí. FA: Te ganaste con ellos la libertad creadora… AG: Fui sola ese segundo verano y fue una locura; diseñé unas camisolas sin mangas y unos pantalones tipo pijama muy sencillos, para probar… Las importadoras se abalanzaban, pedían por miles… FA: Harían falta más manos para tanto trabajo AG: Sí, además en ese momento planeaba quedarme embarazada. Me fui a mi escuela de diseño en la Politécnica para dar una charla y tratar de buscar ayuda, pensando que se apuntaría muchísima gente, porque yo habría ido de cabeza, pero sólo se apuntaron tres. No me lo podía creer. Hice equipo con las tres para ir a Bombay, pero las dejé allí y yo me fui a Nepal porque me hablaron de un taller allí y porque yo no quería ser una madre superiora. Respondieron genial. Todo hay que hacerlo perfecto para dejarlo encarrilado y facilitar el trabajo de cara a los pedidos posteriores. Al año siguiente, con el testimonio de ellas, vinieron muchas más; desde entonces crece y crece el trabajo en India. FA: ¿Qué es lo más difícil de trabajar en otras culturas? AG: Aquí somos unas princesas y no estamos acostumbradas a algunas cosas… Nuestro vecino ese año se murió de tuberculosis; vives la vida y la muerte de una manera más animal, más intensa; ves la miseria, la lepra… es muy duro. Una del grupo no toleraba el picante, otra no podía con los bichos y había infinidad porque vivíamos cerca de un vertedero… FA: Es extremo; quizá una vacuna para poder luego con todo AG: No, hay algo peor: Camboya es insoportable porque la prostitución y la pederastia están a la orden del día; es muy fácil ver que los occidentales somos los causantes. Cada lugar tiene su lado especialmente duro, pero lo de Camboya es atroz. Allí llegamos los occidentales con nuestro dinero, y cogemos a las niñas como nuestras concubinas, es nuestro burdel. El Gobierno ve que hay ingresos asegurados y hace la vista gorda. Así que, en India, Nepal, Brasil… ves la importancia de apoyar pero el cambio tiene que venir de ellos. Pero Camboya es deprimente porque ves que es tu propia sociedad, alemanes, ingleses, españoles, gente joven, universitarios, mochileros, que cada noche duermen con una niña, ¿de verdad creen que están ligando? ¡Pero si luego las pagan! Las niñas los ven como un negocio, y el Gobierno tampoco hace nada porque es una vía de dinero muy fácil. No dejas de verlo ni un solo día y luego te genera paranoia. Me ha pasado ver a un padre jugar con su hija y temer otra cosa. FA: ¿El trabajo en Camboya está orientado a acabar con eso? AG: Somos una gota en un océano. Nos hemos juntado con INEF y con Caminos y nos llamamos DIM (deporte, ingeniería y moda). Camboya es el primer Proyecto DIM, financiado por la Politécnica. Trabajamos en un centro de acogida con cincuenta niñas recogidas de la calle vendidas, abandonadas… Les enseñan a leer a escribir, a coser, a cocinar, a que sean personas eficientes y puedan plantearse un futuro. Nosotras trabajamos en el taller, los de Caminos van a montar paneles solares, porque la electricidad es carísima, y los de INEF van a hacer un programa de dinámicas psicosociales para que las niñas aprendan a ser niñas, a jugar, reírse a carcajada limpia, que es lo que necesitan. Si conseguimos que el centro crezca… FA: Antes de este proyecto DIM, Diseño para el desarrollo habéis puesto en marcha otros proyectos… ¿Cómo llegasteis a Brasil? AG: Un compañero fue de vacaciones a Salvador de Bahía y conoció a una chica con una ONG dedicada a luchar contra la venta de mujeres: monta talleres ocupacionales para tener a las mujeres a salvo de maltratos y tenían uno en el que customizaban tejidos, un poco como hacíamos aquí con Las vacas flacas, reutilizando y descosiendo ropa en desuso, pero con su estética piringuetti, con sus licras y sus cosas… Sabían coser a máquina. FA: A Brasil llegasteis con toda la experiencia anterior, cada vez más fácil. AG: Pero es que así como en India y Nepal las mujeres son sumisas, sentadas en el suelo… allí era el otro extremo y no confiaban, creían que buscábamos algo para nosotros, tenían un montón de resistencias, pero si les hablas con amor, ya está… En el primer viaje les preparamos un organigrama muy básico y lo miraban como si fuera un Dios. En viajes posteriores las hemos asesorado para conseguir subvenciones; para hacer formación… Han ido psicólogos a ayudarlas porque estaban muy peleadas, a veces por trapicheos de drogas de los maridos. Las terapeutas les hacen dinámicas de grupo, se cogen de las manos… FA: Guinea Bissau es todo un salto en todos los sentidos AG: Como estamos en contacto con los importadores de Comercio Justo, ellos mismos hablan con talleres que conocen y nos ponen en contacto… Por ese camino, CIDAC, que es una ONG portuguesa, nos contrató como técnicos para irnos a Guinea Bissau, a un poblado. Los hombres trabajan en telares; hacen tapices religiosos, en unos telares de madera maravillosos; tiñen los tejidos… Allí hemos dado clase de costura a las mujeres, desde cero, y hemos diseñado ropa de hogar, como un set que tiene manteles individuales, trapos de cocina, delantal y manoplas. También hemos diseñado un ajedrez de viaje, con una tela de cuadros de tablero y con las figuras preciosas inspiradas en la estética del lugar. Lo venden en una tienda que han abierto y que es la única de Bissau. FA: ¿No se puede importar? AG: Hay un acuerdo con la importadora para que les hagan un pedido, pero hay muchas cosas que cambiar; nos encontramos con que no compran porque es caro, estamos un poco en la cruzada de que no puede ser barato: imagínate un tejido alucinante, hecho a mano, con unos colores maravillosos, tintados los hilos, tejidos, cosidos… pueden estar en una tienda de decoración del más alto standing y no pueden ser baratos; es que si fuera barato no podría ser comercio “justo”, tener esa calidad, estar hecho con tanto amor… No es caro, es su precio. Quizá dejemos de limitarnos a las tiendas de Comercio Justo y nos abramos también a las tiendas de decoración, de ropa… Son productos maravillosos; en Brasil es algodón, pero en Camboya son unas sedas alucinantes que te dan ganas de comprarlas todas y poner en funcionamiento todos los telares que están parados. FA: ¿Tenéis el mismo problema en el caso de India? AG: En India está yendo fenomenal. Porque una de sus importadoras, CTM, tiene 400 tiendas en Italia y todos los años se interesa por lo nuevo y hace pedidos concretos. Ahora ha hecho pedidos muy grandes para una empresa francesa, Au bon marché. Les piden sólo tres productos, pero volúmenes de 5.000 unidades. Están apostando por el comercio justo; me han pedido el logotipo porque lo van a imprimir. Eso es lo que hay que conseguir, que las empresas se abran a lo que se llama la economía ética. Que no busquen el producto barato y rápido sacado bajo la explotación, sino que consigan producto original, con diseño y con calidad, que viene de talleres que están creciendo y contribuyendo al desarrollo. Entonces es una esperanza, llegar a ese tipo de comercio, que cambie la filosofía. FA: ¿Cómo es el proyecto de Marruecos? AG: Es distinto; nos contrataron de la Asociación Nacional de Artesanía para dar una consultoría en diseño y marketing a mueres artesanas. Son mujeres de la zona de Marruecos que las financia el Banco Mundial por medio de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), son empresarias y les ayudamos a mejorar su producto, la presentación, el etiquetado, el acabado… ellas son emprendedoras y ya están haciendo cosas, algunas muy bonitas, pero vamos a hacer que tengan una presencia maravillosa, que conozcan el mundo de la promoción. FA: Parece todo a tu medida, ¿es un sueño cumplido? AG: Estoy encantada y con la sensación de que me han ido colocando, pero falta mucho. Necesitamos buscar la manera de dar continuidad y autonomía al proyecto, con el que ahora se benefician cerca de mil familias, necesitamos crecer como empresa. Un local nos permitiría activar la importación y dar curso a los productos que están en marcha y a otros de otras cooperativas. FA: ¿Cómo sería ese local? AG: Podría ser una tienda multicultural de venta de productos de artesanía y música; y también un taller de diseño; un espacio creativo y de formación que nos permitiera además ser cliente de las cooperativas en desarrollo; nos podríamos abrir a muchos talleres por todo el mundo. Una mujer de Colombia nos preguntó recientemente que a qué dios había que rezar para que vayamos a ayudarles… Yo rezo al guionista… Lola Bastos, 6 de junio de 2008 www.fundacionananta.org
“Veo a Dios en las sonrisas que me regalan los niños”
Viernes, 16 de Mayo de 2008 00:00
Entrevista a Jaume Sanllorente, fundador de “Sonrisas de Bombay”  16-Mayo-2008 Sólo la increíble fuerza interior que le asiste es capaz de mover tamaña empresa solidaria. Es incombustible. No conoce domingos, ni descanso. Es así como el proyecto florece y las sonrisas de los niños de Bombay no paran de estallar. Pronto alcanzarán las 6.000. Jaume contagia pasión por ayudar al prójimo y esa pasión es la que hace que los monederos se abran y las empresas se vuelquen a favor de “Sonrisas de Bombay”. Se puede leer su libro, rastrear el trabajo que desarrollan…, pero sólo el inmenso brillo en las pupilas de este joven periodista barcelonés, ese entusiasmo desbordante por la vida y las oportunidades de ayudar que nos concede, nos sitúan en el verdadero origen de esa magna obra solidaria. La nuestra es la última de una larga lista de entrevistas que ha mantenido a lo largo de todo el día en Madrid. En su rostro no asoma el más mínimo cansancio… ¿Te sientes recompensado? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Me lo repito todos los días en un sentido positivo. ¿Qué he hecho yo para merecer tantas cosas maravillosas, como la vida hoy me está regalando cada día? Recibo sonrisas, alegría, amor en estado puro, en dosis tremendamente grandes. A veces pienso que no me merezco todo esto con lo que Dios me está recompensando. Te lo digo con pleno convencimiento: todos estos regalos no caben en mí. ¿Las pilas Duracell de Jaume Sanllorente en qué enchufe se alimentan? ¿De dónde sientes que te viene esa fuerza interior que te permite atender retos de tamaña envergadura? En Dios (muy larga pausa…) Te lo prometo, que nunca, nunca en la vida hubiese pensado que algún día daría esta respuesta.  ¿Te sientes sostenido? Sí, por Dios. ¡Mira! Se me pone la piel de gallina al pronunciar esta palabra. Sí, Dios me sostiene y te juro que jamás me imaginaba haciendo esta afirmación que en principio puede sonar propia de alguien muy atado a un movimiento religioso. No es mi caso. Cuando desvinculas a Dios de la religiones, te das cuenta de que éstas son un maquillaje, que te impiden ver la cara lavada de Dios. Dios es todo, Dios está en esta conversación que estamos teniendo. No hay que creer o dejar de creer en Dios. Dios está y punto. Yo veo a Dios cada día en todo. Esta luz, esta belleza que ahora en este hall nos rodea es Dios. Veo a Dios en las sonrisas que me regalan los niños, en los árboles que se mecen al ritmo del viento, en esta agua pura que bebemos…  ¿Sientes que vuestro accionar está sostenido desde Arriba? Cuando a veces oigo decir cómo Dios permite que el mundo esté como está, yo respondo diciendo que el mundo es así porque nosotros lo hemos querido. El legado que Dios nos ha dejado es maravilloso. Nosotros lo estropeamos con nuestras acciones. Dios no nos castiga. Nos castigamos nosotros mismos. El Dios castigador ya pertenece a una religión concreta. Antes de abrir el paquete del regalo de la tierra, antes de pararnos a observar este mundo rebosante de encanto, ya lo hemos deteriorado, a menudo destruido. En tu libro te manifiestas como un artista en el reciclaje de sentimientos. ¿Hay situaciones que aún al día de hoy te cuestan reciclar? Evidentemente… Uno es humano. Recientemente una persona de relieve público me decía: “Jaume, yo soy cochinamente humano”. Yo no tengo, ni todo asumido, ni todo aprendido. Espero no vivir jamás con la sensación de haber aprendido todo. Confieso que aún hay situaciones que no puedo reciclar. Relatas en tu libro que hay momentos en los que no paras de trabajar… Hay mucho trabajo detrás de todo este proyecto. Las cosas no se hacen sólo con levitar y buenas intenciones. Hasta en mis momentos de recreo no puedo evitar ir al ordenador y empezar a trabajar. En los fines de semana, como jefe, me obligo a mí mismo a descansar y sin embargo no puedo evitar moverme a chequear el correo y ver los nuevos socios o pensar cómo proporcionar una nueva ayuda… No sé si es bueno o malo, pero mi trabajo me apasiona. A las pasiones hay que darles rienda suelta. No hay que castrarlas, nunca, nunca… ¿Hay algún momento en que te ha asaltado la nostalgia por la vida de antes? Sí, pero eso nunca me ha hecho plantearme tirar la toalla. El proyecto es mi vida. Con convencimiento total y absoluto: es el motor que marca el latido de mi corazón. ¿Cuando ves tus colegas bien situados, no te has preguntado alguna vez, “dónde me he metido yo”? No eso no. Sólo esa sensación de coger la moto, como hacía antes, y recordar mi pasado con cero preocupaciones, me puede inspirar algo de nostalgia. Sólo a veces. Antes no tenía libretitas en mi mesilla de noche y ahora tengo libretitas varias. En cualquier momento me puedo despertar y empezar a apuntar nuevas ideas, planes… para el proyecto. ¿Qué te ha dado esta nueva vida? A nivel egoísta la libertad de hacer lo que quiero. Trabajo en lo que yo mismo he elegido. A nivel no egoísta la libertad proporcionada a, por ahora, 3.000 niños de Bombay. La libertad de otros me ha hecho libre a mí. Eso no tiene precio. Eso merece todos los quebraderos en la cabeza y todas las libretitas que uno pueda tener en la mesilla de noche. ¿Qué te ha regalado la India? La India no me ha dado nada. El proyecto me lo ha dado todo. Los niños beneficiados me han dado las más grandes lecciones que he recibido en mi vida. ¿Cómo sobrevive la India a una realidad tan dura? Tengo la sensación de que la espiritualidad ha surgido con fuerza en la India, pues era necesaria una válvula de escape, para salir de ese panorama extremo. Por ejemplo, el sistema de diferenciación de castas es muy violento y castrante. Leo y releo Ghandi, Vivekananda… Sus pensamientos maestros han surgido abonados por una realidad absolutamente contrapuesta. Esos pensamientos hablan de dar, de amor, de igualdad, de valores universales, planetarios, humanos… ¿Ayuda y cuestionamiento de estructuras o sólo ayuda? ¿”Apagar los incendios” o algo más? La coherencia aquí va a repercutir mucho allí. Un ejemplo: cerciorarnos de que nuestra ropa no ha sido confeccionada por niños. Muchos de los niños explotados en los talleres de ropa están sometidos a un dictado occidental, no oriental. Las grandes empresas que favorecen esa situación son de nuestro mundo. Así como los pobres ven el mundo de lujo a través de un cuadradito que está en sus chabolas y que se llama televisor, debemos observar también nosotros, que los niños de África que se están muriendo de hambre, no pertenecen a un televisor. No es un montaje de imagen, sino pura realidad. Cada quien ha de tomar la decisión de dar los pasos oportunos hacia un mundo mejor. Entonces ya no nos frenará nadie. ¿En una edad adulta, qué te gustaría ver como legado de toda una vida? Quisiera ver, no sólo que los niños del proyecto han gozado de un futuro digno, sino que sus hijos también han contado con él. No me deben ningún favor. Les he ayudado porque he querido. Quisiera comprobar en el futuro que los hijos de una de esas niñas que hoy se encuentran en el orfanato disponen de educación. Me gustaría encontrarme a una de esas niñas por azar en las calles de una ciudad de la India. No me importa que no se acordara de mí. Me gustaría topármela de repente y preguntarle: - Oye, ¿Cuánto tiempo? ¿Qué es de tu vida? - Pues mira…, llevo mis hijos al cole. Eso me emocionaría. Hay personas que imaginan como cosa ideal en sus vidas el día de su boda, el día del primer hijo… La situación utópica que yo imagino es ésta. Este encuentro es lo que yo anhelo… ¿Muchos proyectos en la libreta? Muchos proyectos, pero ya basados en realidades. Hace tres o cuatro años, cuando perseguía a la gente para que me ayudara, siempre les tenía que convencer en base a sueños. Ahora ya no hace falta que les venda sueños, ahora les puedo vender realidades. Gracias a las ayudas que hemos ido recogiendo, en tres años de 40 niños hemos pasado a 3.000. En junio serán 6.000. Todo gestado gracias a ayudas que han venido de España. ¿El viento sopla a favor? Cierto, pero aún ha de soplar mucho más. Tienen que venir muchas más ayudas. Sólo en Bombay hay 300.000 niños abandonados. Se necesita mucho viento, pero para eso estamos. ¿Aún y con todo, el destino se escribe con mayúsculas? Creo que hay un destino superior, pero no hemos de caer en conformismos. Hemos de hacer todo lo que esté en nuestras manos, para que ese destino sea lo mejor para todos. Koldo Aldai 12 de mayo de 2008 Fundación Ananta
“Si quiero ser libre y feliz ahora incluyo a los demás”
Lunes, 12 de Mayo de 2008 00:00
Entrevista con Enrique Simó, coordinador de la Universidad Espiritual Brahma Kumaris en Madrid  12-Mayo-2008 No andan pregonando su vida de entrega al prójimo. Enrique Simó me ruega aclarar que este tipo de confesiones personales no han surgido por iniciativa propia, sino que las ha dado a conocer ante nuestra invitación que le invitaba a ello. Ha compartido su testimonio, sólo en la medida que puede ser útil y estimulante para que otros avancen en el camino de búsqueda. De no ser así permanecería con su labor silente y discreta…, sin necesidad de hacerse con titulares. El interés por compartir su testimonio viene de la oportunidad de demostrar que aquí, en medio de la gran ciudad, hay personas volcadas por entero en el bienestar ajeno, en proporcionarnos un espacio de armonía y conocimiento. En medio del intenso trajín de la calle Orense hay personas ancladas en armonía y que viven por y para hacer brotar la paz en el corazón del otro. En ese esfuerzo son felices. Damos constancia de ello. En medio de la gran ciudad, ¿es posible hallar la paz? La paz es posible en cualquier lugar, ahora bien lo que es importante es un cambio de prioridades. Es preciso establecer la prioridad de querer estar en paz. Necesito priorizar mi estado interior. Si yo estoy bien conmigo mismo, con mi familia, en mis relaciones…, todo va a funcionar mejor. Pongo mi atención en aquellas cuestiones que me roban la paz, bien para impedir que vengan, bien para transformarlas. Es un trabajo de atención, práctica, constancia y paciencia. Esta opción por la paz no puede ser un hobby. No se trata de que cuando me sobre un momento me voy a poner a meditar. El recogimiento se ha de convertir en una prioridad. No es una cuestión de tiempo, sino una voluntad de querer estar así. Descubro la importancia de estar en paz. Estar en paz es un valor, es una fortaleza. Si yo soy un ser que está en paz soy valioso para el mundo. Ya no sólo trabajo y vivo, sino que contribuyo a que el mundo sea mejor. Estamos por lo tanto ante una cuestión universal y no particular. ¿En medio del mundo ajetreado de la empresa es posible hallar la paz? Aquí también hay que establecer prioridades. En este ámbito la palabra clave es equilibrio. El equilibrio nos convierte en personas valiosas y nos proporciona una vida de calidad. Si nos involucramos demasiado ya en el trabajo, ya en el ocio evasivo, perdemos el equilibrio. Hemos de encontrar el tiempo necesario para trabajar sobre nosotros mismos, para compartir con la familia, para trabajar en la empresa. Más horas en la empresa no significa necesariamente más efectividad. ¿Espiritualidad y empresa pueden ser complementarios? Perfectamente. Espiritualidad es vivir el mundo interior, vivir más inclusivamente, ver el alma en el otro y en ti mismo. Donde te ubiques ya es secundario. Lo importante es que estés conectado con tu interior y que desde tu interior actúes. ¿Se puede estar en la empresa sin pertenecer a ella, sin estar atrapado por ella? Si sólo es la empresa lo que da sentido a tu vida, te encuentras atrapado. La empresa es un medio, no un fin. Es el trabajo interior lo que nos va a posibilitar estar bien y por añadidura tener éxito en la empresa. Es preciso hallar el tiempo necesario para el silencio, la relajación, el desarrollo personal. La formación en conocimientos dentro de la empresa no es necesariamente la mejor inversión. La formación en ser mejores y más estables, puede ser a la larga más productiva. Unas mentes más ecuánimes, más relajadas, más en calma pueden trabajar a otro nivel. De esa forma estaríamos más atentos, tomaríamos decisiones más precisas, las reuniones serían un lugar de encuentro, convivencia y progreso y no de discusión. Controlaríamos nuestras emociones. Trataríamos a las personas de otra manera. Es decir, ello comportaría beneficios a todos los niveles. Lo digo por experiencia personal y por experiencia de personas que han realizado ese cambio. ¿Qué consejo darías a un hombre o mujer de empresa para mantener esa paz, ese equilibrio? Cada día encontrar un tiempo para reflexionar sobre qué es lo importante en su vida y detectar los valores que le han dado sentido a su existencia en algún momento. Es preciso observar después si esos valores cobran importancia en el momento presente. Habrá que buscar también el equilibrio que mencionábamos entre su trabajo, su tiempo personal y su familia. ¿Y el ruido de los medios de supuesta comunicación? Buscamos vaciar la mente. Si tu prioridad es saber, pues llénate de ese ruido, pero si tu prioridad es buscar la calma y la paz, procúrala. Si te empapas de energía densa después es muy difícil meditar. No podemos dejarnos atrapar por esa energía tan pesada que mueve el mundo, pero a la vez hemos estar en medio del mundo. He ahí nuestro reto. ¿Qué es lo que te ha regalado la India? Volver a un estado íntimo y personal que no había sido capaz de descubrir. La India me ha devuelto ese punto de conexión interna que tenía un poco olvidado. En la India se ha despertado profundamente mi espiritualidad. La India me ha mostrado que la vida puede ser diferente, aún sin gozar de los recursos que tenemos nosotros. Es una cultura generosa. La gente da. Cuando se abre un centro espiritual, aunque no se pertenezca al grupo en cuestión, la gente ofrece comida, dinero… Tienen el hábito de ser generosos con las personas que dedican su vida a algo superior o distinto.  La empresa dedica también un tanto por ciento a personas necesitadas, proyectos culturales o de bien social. En la India he encontrado gente maravillosa, grandes maestros, mujeres sabias que me han ofrecido una perspectiva profunda de la vida, que me han hecho reflexionar sobre mi existencia… En la India he encontrado amigos de todo el mundo con los que mantengo un gran vínculo. Nos vemos poco, pero el poco tiempo en que nos vemos es de calidad. Ello te hace descubrir que la amistad y las relaciones humanas no dependen necesariamente del tiempo que compartes y de la cercanía física, sino de calidad de la relación y de la interacción. Las relaciones espirituales trascienden la distancia y el tiempo. Nos permiten vivir unidos a otro nivel. Todo eso me ha regalado la India. Sin embargo se dice que el polo de espiritualidad del mundo está mutando a los Andes, que la India ya no es lo que era… Hace 22 años que voy a India. La sociedad se ha modernizado. Junto con ese fenómeno se observa también que la psicología va evolucionando. Se percibe una mayor irritación en la gente de las ciudades. Externamente se ven las cosas mejor, pero también se percibe que muchos de las actitudes occidentales, como las del consumo y la sobrevaloración de lo material, se van incorporado. Acontece una perdida de espiritualidad. Hay muchas Indias en la India, hay muchas culturas dentro de la misma nación. La India que yo he conocido a través de Brahma Kumaris es también otra India muy especial. Brahma Kumaris es un foco de espiritualidad y de servicio social en el país, es una organización muy fuerte, muy integrada en la cultura y en el tejido social. Políticos relevantes vienen por ejemplo a pasar días de retiro a nuestra casa madre en compañía de las dadis o directoras de la Universidad. ¿Te costó dejar el mundo antes de asumir el compromiso con Brahma Kumaris? No demasiado. Siempre he tenido un sentido profundo de la libertad. Sin embargo mi idea de la libertad no era adecuada. Hacía lo que me decían que era ser libre, pero en realidad me sentía más vacío. Tras dar algunas vueltas por el mundo, en el año 1984 me puse a buscar en Barcelona. Aprendí masaje, macrobiótica, medicina gnóstica, medicina china… Me hice vegetariano, dejé de fumar y beber y comencé a meditar. La relación con la gente comenzó a cambiar. Me preocupaba también el cómo ayudar a los demás sin generar dependencias. ¿Qué te dio Brahma Kumaris? Brahma Kumaris me dio esa oportunidad de servicio y también englobó todas las búsquedas en las que había estado implicado. Encontré sencillez y a la vez profundidad. Encontré una meditación más adecuada a mi ser. Hallé también una forma de servir sin crear apegos: compartir unos conocimientos para que los demás los experimenten. Es decir: “Toma este regalo que a mí me ha servido y experiméntalo si quieres en tu vida”. Ello me mantenía absolutamente libre. No intentamos convencer. Proporcionamos herramientas para conoceros mejor a nosotros mismos: “¿Quiénes somos realmente?” Cuando concluimos que somos seres espirituales y conscientes, nuestra vida toma otra dimensión y nuestras relaciones también cambian. El relacionarnos unos con los otros como seres espirituales permite al otro desarrollar su grandeza y espiritualidad. La imagen y la actitud positiva que nosotros proyectamos en nuestro prójimo, le influyen. En esa medida procuramos ser un testimonio que pueda servir a los demás. ¿Tenéis votos en Brahma Kumaris? No hay un momento en el que tu adquieres unos votos. Es un proceso de comprensión y entendimiento que paulatinamente te lleva a adoptar en tu vida ciertas actitudes, ciertos hábitos. Estas disciplinas nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos en la vida. Por poner un ejemplo: si quiero una vida de paz, primero habré de ser pacífico con los animales y con el entorno, es decir me habré de hacer necesariamente vegetariano. ¿Cómo establecemos vínculo con nuestra alma? Primero necesitamos comprender que somos seres espirituales, almas y no únicamente cuerpo. Con esa conciencia nos iniciamos en la práctica de la conciencia del alma. Sentados en silencio, concentramos toda nuestra atención en un punto detrás de nuestros ojos. Sentimos la energía que hay en ese espacio interior. En ese estado de concentración uno empieza a sentir paz, amor, felicidad. La mente reduce su actividad y deja espacio para que se manifieste la sabiduría. El esfuerzo está en aprender a vivir desde esa nueva conciencia. Sentir que soy un alma, un ser de luz consciente y ser capaz de relacionarme con el otro viendo la luz en sus ojos y sintiendo su belleza interior. ¿Cómo es tu experiencia con Dios, con el Origen, con la Fuente...? Dios para mí es como un Amigo, un Compañero que me acompaña y me comprende. Otras veces es como un Padre y una Madre llenos de amor que me cuidan. En otras es como un Profesor que me enseña y es más exigente. También es como un Guía que me muestra el camino a seguir. Dios es un ser muy cercano que me acompaña en el camino de la vida hacia el encuentro con mi verdadero Ser interior. Podemos ver a Dios también como alma, pero por supuesto el Alma Suprema, un ser completo, libre, misericordioso y lleno de Amor dispuesto a compartirlo con sus hijos. La experiencia de Dios te llena de paz, amor y misericordia, cualidades que después puedes compartir con los demás ¿Cómo ayudas a los demás a poder vivir esa experiencia? Compartiendo este conocimiento en clases, seminarios y conferencias. Acompañando con ejercicios de meditación a los nuevos viajeros espirituales. Intento que mi vida sea una inspiración para vivir esa experiencia. ¿En qué consiste tu práctica espiritual? Medito cada día y estudio el conocimiento espiritual. Todo lo que vivo lo relaciono con la espiritualidad y hago el esfuerzo de buscar el aprendizaje. Siempre es posible encontrar un beneficio detrás de cada situación. En las relaciones practico el procurar no ver los defectos y enfocarme en las cualidades ajenas. Mi propósito es dar felicidad y recibir felicidad, de esta manera la vida es mucho más agradable. Comparto con Dios mis mejores momentos, también los más difíciles. Dejo en Sus Manos aquello que no alcanzo a entender o no soy capaz de resolver. ¿Hay algún tipo de práctica que desees recomendar en particular? Sí, especialmente la de ser un observador desapegado. La experiencia me ha enseñado que no es necesario pensar tanto, pues al entrar en una gran expansión mental, a menudo después no somos capaces de resolver toda nuestra creación. En el silencio aprendemos a pensar tan sólo lo que es necesario, a responder a aquello que es importante y volver a ese lugar inmaculado en nuestro interior donde reina la paz y la calma. En ese lugar somos el observador desapegado que responde, pero no reacciona. En ese espacio mágico se siente la dulzura de la relación con Dios y el alma se encuentra plena, sin deseos, ni expectativas. No es tan importante hacer, sino ser. Las acciones fluyen de manera natural desde ese estado de ser. En ese espacio de la conciencia del alma desde la actitud del observador, el pasado queda en su sitio y se vive un presente activo y significativo. Para mantener este estado necesitamos tener como prioridad la atención en el Ser y mantener la relación con Dios muy abierta y amorosa. Hay otra experiencia en meditación que es muy profunda y que te llena de energía. Es el viaje a la dimensión del silencio. En India le llaman Paramdham, la morada suprema. Los budistas le llaman el Nirvana, la tierra más allá del sonido. En el silencio te desprendes de la conciencia de tu cuerpo y viajas con tus pensamientos a un mundo de luz brillante. Como un ser de luz, te sumerges en ese Océano de luz y conectas con el Ser Supremo. Se establece una relación silenciosa, pero llena de poder. No hay pensamientos, no hay movimiento, pero hay la conciencia de la eternidad, de estar y de ser. En eses estado nos liberamos de todo aquello que nos limita, nos bloquea y nos impide ser libres de verdad. ¿Cuál es el sentido de la meditación “Amrit vela” de las 4,30 de la mañana? “Amrit vela” es un término utilizado en India que significa, “las horas del néctar”. En la tradición hindú se considera un tiempo sagrado. Los devotos se levantan y tocan las campanas para despertar a sus deidades más amadas. Para mí es una meditación muy especial donde practico el silencio interior, viajando con mi mente al mundo del silencio para conectar con Dios. Esta meditación me da fortaleza para afrontar todos los retos que se plantean durante el día. Cuando el alma descubre este néctar, tiene el deseo de volver a tomarlo, pues transforma y fortalece. ¿No sientes memada tu libertad al comprometerte con una gran organización internacional? Al entender de una forma nueva la libertad, puedo decir que no. Ahora mi libertad es alcanzar una vida plena. Hay compromiso y dedicación, pero lo que más satisfacción me proporciona es mi trabajo interno y mi dedicación a los demás. Hay una prioridad: si quiero ser libre y feliz ahora incluyo a los demás. Ya no es un sacrificio el ayudar a los demás. Hay una máxima básica hondamente interiorizada: “No puedo ser feliz yo sólo”. Tengo que ser feliz dando felicidad, pues es una energía que los demás te devuelven. Eso te permite progresar espiritualmente. Este es un aspecto básico de la enseñanza de Brahma Kumaris que me ha llegado bien dentro. Es preciso hacer algo generosamente, en clave de servicio verdadero. El agradecimiento de corazón de la persona que puedes estar ayudando, te ayuda también a ti a alcanzar tu destino. El verdadero servicio no te cansa, sino que te da más energía y estás después más feliz, más entusiasta, más energético. ¿Cómo entendéis el servicio en Brahma Kumaris? Tu vida puede ser un ejemplo si te propones vivir las mismas dificultades que una persona normal, en medio de la gran ciudad, llevando una vida personal y responsabilizándote de una organización. Si nos escapamos de las grandes limitaciones de la vida corriente de la gente de la ciudad más difícilmente podremos ser testimonio. No tenemos ninguna compensación económica por lo que hacemos en Brahma Kumaris. La organización no me proporciona seguridad en ese sentido. La organización te da un conocimiento que te permite moverte por el mundo, pero tú eres quien ha de moverse. El verdadero servicio no cansa. ¿Dónde habéis encontrado la fuerza interior para dedicaros al servicio? La hemos encontrado en el conocimiento espiritual que Brahma Kumaris imparte. El fundador, Brahma Baba, tuvo una serie de experiencias místicas o revelaciones. Recibió internamente un conocimiento espiritual superior. Ese conocimiento tiene tanta fuerza que ha hecho que las directoras de Brahma Kumaris ofrezcan ahora unas vidas ejemplares a nivel de capacidad, de entusiasmo, de vida… Eso se nos ha contagiado. Contamos con un valioso conocimiento espiritual que nos proporciona un entendimiento y que a su vez nos ayuda a mejorar. En segundo lugar nos es de enorme ayuda la práctica de la meditación. Entendemos la meditación como la conexión contigo mismo y con Dios. Se trata de dos alas. Hemos de entender qué es lo que hacemos y en esa medida emplearnos en establecer una relación personal con la Divinidad. Hemos de entender también porque lo hacemos, es decir alcanzar el conocimiento. Esas dos alas nos hacen volar. ¿Voto de pobreza? Optamos por el entendimiento, la incorporación paulatina y la práctica consciente antes que el voto. No hay voto, hay una conciencia de lo que de verdad quieres hacer en tu vida. Hay un trabajo intenso en valores como la sencillez. Las enseñanzas de Brahma Kumaris preconizan el lema de utilizar todo de una forma digna: dinero, tiempo, cuerpo, agua, energía, comida… No se trata por lo tanto de un voto de pobreza, sino de un punto de conocimiento. Si todo lo utilizas de una forma digna, el retorno de esa actitud es también muy generoso. Nunca te faltará nada. Lo necesario siempre estará a tu alcance. ¿Habéis alcanzado la felicidad en esta entrega de servicio? Soy más feliz que en cualquier otra época de mi vida. También te he de decir que queda un camino por recorrer. Puedo sentirme más o menos satisfecho, pero sobre todo es cuestión de que no sufro ya, no me deprimo. Yo hablaría más de un sentimiento de satisfacción por lo que uno está haciendo, por sentirse útil a la gente. Siento que mi vida contribuye a un bien universal. El mundo es importante para mí y en esa medida yo soy importante para el mundo. Eso me ayuda. Optáis por la transmisión de un conocimiento no remunerado. ¿Cómo llegáis a esa generosa opción?  Es un principio que el fundador inició. Brahma Baba era una persona millonaria en India y utilizó toda su fortuna para ayudar a la gente y construir toda esta organización. Se quedó sin nada, pero aún con todo mantenía una plena felicidad. Ese espíritu fundacional marcó el futuro. Él dijo que bajo ningún concepto debíamos ofrecer conocimiento espiritual por dinero. Las publicaciones incluso en un comienzo se daban gratis. Cuando la gente quería ayudar algo se le decía que sí, que invirtiera en libros. Es así como se editaban los libros y acto seguido se regalaban. La energía de esta actitud genera generosidad y observamos que no nos falta nada. Entre nosotros se genera también un espíritu de colaboración. Invertimos nuestro propio dinero en habilitar un espacio donde la gente pueda recibir conocimiento espiritual y mejorar sus vidas. Es una inversión personal que realizamos. La ley del karma es verdadera y puedo dar crédito de que funciona. Me siento feliz poniendo dinero aquí, para que otra gente sea feliz. Recibo unas bendiciones que me ayudan a progresar. Además ese dinero vuelve. Doy prueba de ello. Koldo Aldai 6 de Mayo de 2008 www.fundacionananta.org
Jordi Nadal, el entusiasmo al servicio de libros con sentido
Viernes, 09 de Mayo de 2008 00:00
El director de Plataforma Editorial sólo publica lo que conoce y ama  9-Mayo-2008 "He was my North, my South, my East and West/ My working week and my Sunday rest/ My noon, my midnight, my talk, my song...” Es un fragmento del poema de W.H. Auden que Jordi Nadal (Lliçà d´Amunt, Barcelona, 1962) cita completo de memoria para zanjar cualquier posible duda sobre la fuerza de la poesía, comparable sólo a la de la gravitación universal. En esta entrevista con Fundación Ananta, el director de Plataforma Editorial www.plataformaeditorial.com exhibe el entusiasmo de quien acaba de nacer a una vida profesional con sentido. Con sólo un año, ha dado a luz 23 libros. De ellos, los incluidos en la colección Testimonios despuntan especialmente como movilizadores y transformadores. Sonrisas de Bombay. El viaje que cambió mi destino, de Jaume Sanllorente; Un niño afortunado. De prisionero en Auschwitz a juez de la Corte Internacional, de Thomas Buergenthal, y Las palabras que curan, de Alex Rovira, son algunos de sus títulos, capaces de conmover, de despertar admiración genuina por sus autores y de dar cuenta incontestable de que hay otros modos de enfocar la vida. De llenarla de sentido, en definitiva. Es su lema. Nadal rechaza que su intención sea hacer un proyecto espiritual si eso es algo distinto de amor por la vida; si no se rinde a la suma de ilusión, alegría y autenticidad. Y le gusta que, además de llegar a la cabeza, los libros lleguen al corazón, porque cree que es infinitamente más inteligente, poderoso, valiente y necesario para el mundo futuro. Confiesa su distancia radical de todas las religiones organizadas. Y comparte una reflexión que le sobreviene en el momento de la conversación: igual que en el mundo material existe la fuerza de la gravedad, la espiritualidad puede ser la fuerza de gravedad de los reinos inmateriales. La poesía imprime coherencia y realidad a su explicación. No es sólo Auden: están Ángel González (“Me he quedado sin pulso y sin aliento separado de ti…”), Paco Brines (“un día morirás y nunca el mundo sabrá que habría podido ser más bello con solo retenerte. Yo soy ese ser que canta esa demencia”)… Su entusiasmo y facilidad de palabra le da acceso a archivos de memoria con ejemplos en cinco idiomas. Su gusto por la lectura, el entrenamiento de su profesión y su carrera de Filología Germánica le facilita su trabajo: conoce y, por lo tanto, ama todo lo que edita. Y le dificulta en cambio para hablar de sus favoritos. Quizá sea Albert Camus el nombre que más resuena en él. Le gustaría mucho editar su obra. Y le habría gustado también publicar como testimonios la biografía de Nelson Mandela y Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom. Montó la editorial después de 25 años trabajando para otros, como Círculo de Lectores o Planeta. Además de dos libros inspirados en sendos grandes amores de su vida, ha escrito Meditando el management y la vida, una suerte de manual para una actividad laboral consciente, coherente, fértil y en paz. Para algunos, el camino del éxito verdadero. Fundación Ananta: ¿Qué es el éxito? Jordi Nadal: En el exterior, es que te vean que te va bien. En el interior es el cumplimiento; sentir la alegría y la tranquilidad de estar haciendo lo correcto, ser capaz de alinear las cosas para que no chirríen o al menos saber por qué chirrían. FA: ¿Plataforma Editorial puede darle esa alegría? JN: Intento llegar a ese cumplimiento en lo más importante. Por eso los vectores de la editorial que he creado son autenticidad y sentido. No me he propuesto una editorial de moda, ocurrente, famosa, vanguardista… No me propongo estar en la cresta de la ola como objetivo. Busco que tenga raíces y alas; que esté conectada con la tierra, con lo esencial, y que quiera volar, que quiera mirar al cielo; con muy pocos títulos porque quiero poderlos leer todos; me propongo un ritmo solemne, que quiere decir que no publicamos a granel, sino tener la ambición y la humildad de descubrir cosas que valgan la pena y darlas a conocer con ilusión. FA: Uno de los autores que cita en Meditando en Management y la vida es el premio Nobel de la Paz de 1986, Elie Wiesel… JN: Le entrevisté en 1992, en Nueva York, para La Vanguardia y le devolví algo que había dicho al New York Times veinte años atrás: “Usted dijo que en la vida no hay buenas respuestas sino, a lo sumo, buenas preguntas. ¿Cuál es su pregunta a los lectores de esta entrevista?” y propuso la de “¿Cuál es el punto en común entre su memoria y la mía?: What is the meeting point between your memories and mines?”. Si los judíos y los palestinos se dieran cuenta de sus recuerdos en común, les resultaría mucho más difícil agredirse. Tienen mucho más en común que diferente. FA: Eso resulta extensible a las relaciones profesionales, comerciales… JN: Albert Camus decía que “hay que conseguir que el poeta se acerque al industrial y el industrial al poeta”. Es un reto en la condición humana. Yo ahora, en las conferencias que estoy dando, hablo mucho de la dualidad de lo efectivo frente a lo afectivo: mientras lo primero consigue que los números salgan bien, lo segundo incluye los afectos, la humanidad, el humanismo, las personas. La efectividad es la hoja de Excel. La afectividad es entender las emociones. Adolf Eichmann dijo que lo único que había hecho en el holocausto Nazi era transportar a la gente como se le pidió. Organizó muy bien los trenes, podría haber sido director general de RENFE, pero lo que organizaba era el transporte de personas para ser aniquiladas, tenía una enorme efectividad, un enorme liderazgo efectivo, pero es insuficiente sin afectividad, porque resultas ser una bestia. El gran reto en el mundo de la empresa es que puedas crear riqueza incorporando la humanidad, las emociones, los afectos y la ética. FA: El capitalismo no entiende de emociones ni afectos JN: Como dice André Comte-Sponville, “el capitalismo no tiene que ser moral, pero los individuos sí”; la empresa es un sistema que recibe un feedback y son los individuos los que tienen que darle su tono, su impronta, su manera de ser, y no desvincularse de la necesidad del ser humano. No es un tema de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), es un tema de poder convivir. Es poder no avergonzarte de cómo trabajas, de ser auténtico, de trabajar bien, de poder decir la verdad. De trabajar contando con el respeto de los demás y de respetar también a quien te compra. Se habla de la corrupción en el sector público, que dicen que es terrible… ¿y en el sector privado no? Igual de terrible. Debemos poner la voluntad de que esto no ocurra para que no enfermemos. FA: ¿Está cambiando algo de esto últimamente? JN: Afortunadamente está cambiando el paradigma a través de muchas personas; no todo el mundo ve el coche de lujo como el máximo bien… Yo he podido montar la editorial gracias a la generosidad y a la ayuda de un montón de gente que se está apuntando a esos nuevos parámetros. Desde el punto de vista del más estricto capitalismo salvaje, mi editorial no habría tenido ninguna posibilidad de recibir tanta ayuda. FA: El éxito de su colección Testimonios habla por sí solo de eso mismo JN: Es un signo, sí. La gente está buscando dar sentido a sus vidas. Es que, si no, nos vamos a volver locos, porque no se puede vivir sin ilusión. Y también, el éxito de escritores como por ejemplo José Luis Sampedro, del que yo he aprendido tanto, que es tan querido, leído, amado… el hecho de que se le escuche, se le aprecie, se le lea y se le siga tanto es una señal de que hay signos de esperanza posible. Yo querría que mis hijos se sientan orgullosos de lo que he hecho. A mí me gustaría mucho tener una casa con palmera y con piscina y viendo el mar. Pero si para conseguirlo tengo que vender armas, no la quiero. Y sin ser tan dramático, ¿tengo que vender fotos pornográficas de chicas desnudas? Tampoco quiero. Pero me pongo menos dramático: ¿Tengo que publicar algunos cuantos libros que no me gustan, que son para mí basura? ¡No quiero! Hay libros que no quiero publicar, hay gente con la que no quiero comer, y hay programas de televisión a los que nunca iría. FA: La labor editorial parece así casi un vehículo para el “buen gusto” JN: Yo creo que en la escuela, además de ofrecer información y formación como ciudadanos, existe la posibilidad de enfocar el gusto. Yo empecé a escuchar música clásica con Tchaikovsky y he llegado a Bach; yo no pido nada más porque para mí no hay nada más. He empezado por algo más sencillo y he llegado a algo más profundo y más rico en matices. Mi editorial quiere funcionar como un equipo de música de alta fidelidad; la música la pone el músico. Yo pongo un equipo bueno y una buena acústica, para que lo escuche el mayor número posible de gente, adecuada para ese mensaje. No quiero cuarenta millones de lectores si para eso tengo que publicar Mein Kampf. De lo que se trata es de publicar aquello que crees que vale la pena y darle la mayor difusión posible, ser un buen aparato de alta fidelidad. Antes, cuando me encontraba un tesoro y no había teléfono celular, entraba en una cabina telefónica y llamaba a mis amigos. Ahora, cuando me encuentro un tesoro como Alex Rovira o Jaume Sanllorente, lo edito. Yo hago un catálogo para tener un montón de amigos. Quiero ofrecer una emisora con una frecuencia muy concreta y que la pueda sintonizar quien quiera escuchar esta música, esta concepción del mundo. FA: ¿Se trata de una concepción del mundo para ser más feliz? JN: Se trata de ser “humanamente feliz” (no es mío, es de Wiesel), feliz no de un modo ingénuo, naif, iluso, estúpido, pero tampoco como el cínico, que le va muy bien pero que es incapaz de sentir empatía y compasión, porque no tiene conciencia y su forma de inteligencia es fría y cruel y no integra a los demás. El gran reto del mundo es traspasar el yo y llegar al nosotros. La diferencia entre éxito externo y cumplimiento es la misma que hay entre el yo y el nosotros. Como ya dijo Miguel Torga, “lo universal es local sin muros”. Yo soy tan ambicioso que no quiero ser sólo yo, quiero ser más. No soy humilde, ni paciente, ni flexible. Soy muy trabajador, muy exigente y muy seguro de mí mismo. Y al mismo tiempo muy vulnerable porque necesito continuamente ser querido. Tengo una editorial para que me quieran. La gente que me conoce mucho lo sabe. Porque sé que soy mortal, porque no tengo conciencia de que exista otra vida, y porque sólo vale la pena el amor… FA: En su discurso resuena una espiritualidad que no expresa, igual que en los libros que edita JN: Espiritualidad desde una enorme vitalidad y amor a la vida… Llego fuera de toda religión a un proceso de depuración, por eliminación, por irme desnudando. No me he propuesto un proyecto espiritual, se trata del resultado de sumar ilusión, alegría, autenticidad y sentido. Es una editorial muy ambiciosa intelectualmente y que transmita lucidez, valor y optimismo. Me gusta editar para el corazón. La gente que lee tiene cabeza, pero el corazón es infinitamente más poderoso, valiente y necesario para el mundo futuro. Creo que cada vez buscamos más soluciones en la ciencia porque cada vez estamos más despistados, por el exceso de ruido y por la pseudociencia, porque deberíamos aprender a escuchar más el corazón, aprender a querer, a pedir ayuda, a pedir ser escuchados, a reconocernos frágiles. La espiritualidad… si para el mundo físico existe la fuerza de la gravedad, para el mundo inmaterial debe haber otras fuerzas; esto se me está ocurriendo por vez primera: la espiritualidad es la fuerza de la gravedad de esos otros mundos. Newton descubrió el mundo matemático y científico, pero ¿Por qué tendría que haber sólo la verdad de Newton?. A mí un poema de Auden me parece tan poderoso como la fuerza de la gravedad: “…my talk, may song;/ I thought that love would last forever: I was wrong…” La matemática es súper necesaria y es de una belleza extraordinaria, pero hay otras bellezas igual de necesarias. Hay que poder llegar a algo más que alimentarse, algo con lo que trascender lo cotidiano… Ante una gran película o una pieza musical –con los libros puedo graduar la intensidad- se puede vislumbrar que hay algo sublime, profundo, infinito, grande, eterno, más allá de lo humano. Hay que poder llegar a ese “algo más” que da la sensación plena de “misión cumplida, ya puedo morir tranquilo”. FA: ¿Tiene ahora la sensación de “misión cumplida”? JN: Sí que tengo la tranquilidad de que si fuese millonario, trabajaría en Plataforma Editorial. Si aun tuviera más, montaría un programa radiofónico como el del libro Lo que mueve mi vida, de Jay Allison y Dan Gediman. Lo siguiente sería, crear una fundación para fomentar la lectura entre gente joven. Como haya un incendio en tu vida, no lo van a apagar tus apellidos, por muy importantes que sean, lo que sirve es un equipo de bomberos, y leer es formar tu cuerpo de bomberos interno, pertrecharte para cuando un día lo necesites (siempre que leas bien, porque hay gente que lee para ver confirmados sus prejuicios, como decía Graham Greene de algunos viajeros). FA: ¿Hay tanta gente interesante como para hacer un programa como Lo que mueve mi vida? JN: Desde luego que sí. Hay mucha más gente interesante de la que una cierta televisión se empeña en hacernos creer. Ocurre también con un determinado periodismo cultural, que a veces algunos medios se empeñan en polarizar y repetir siempre los mismos nombres. FA: ¿Algún nombre y testimonio directo que le gustaría destacar? JN: Además de Elie Wiesel, sólo he hecho otras dos entrevistas en mi vida, importantísimas: una a Günter Grass cuando cayó el muro de Berlín, y otra, al israelí David Grossman. La cuarta y última que intenté fue a Elías Canetti, premio Nobel de Literatura en 1981, que respondió con una carta que guardo como oro en paño, en la que me hablaba de su animadversión por toda fórmula de pregunta y respuesta y que tenía por ley no dar entrevistas. Me interesa mucho el mundo judío y la historia del nazismo; estudié germánicas… FA: Ahondar en una lengua permite entrar en las culturas… ¿Hay alguna lengua más completa? JN: La palabra es algo muy potente. En Mongolia, ahora están publicando un libro en chino que habla de cómo el maoísmo destrozó sus formas de vida. Cuando miras los momentos grandes de la humanidad descubres que no hay culturas superiores… Ni hay lenguas mejores. ¿Hay alguna lengua donde es más bonito amar? Uno ama en la lengua en que le han cantado nanas. El alemán no es superior al francés, las dos son maravillosas. Y para quien sepa las dos, mejor. De hecho seríamos más tolerantes si supiéramos más lenguas, porque entenderíamos mejor al otro. FA: ¿Cómo sería una sociedad ideal, además de un lugar donde nos entendiéramos unos a otros? JN: Un gran cambio social pasaría por que la escuela fuese una gran sala de oportunidades del mundo donde se detecta y se reconoce el talento y se pone en práctica. No donde se aplaca y se homogeneiza. Ni siquiera hace falta motivar a los niños, ni a los empleados. Basta con no desmotivarlos. Se han de acabar los directores generales que sean máquinas de desmotivar, de repartir sufrimiento, de destruir ilusiones. Y nos tendrían que enseñar a ser autónomos emocionalmente, y entonces habría menos gente manipulada por su pareja. En la escuela tendrían que enseñar a tener hábitos de vida más saludables y a sentir más la alegría del mundo. FA: Quisiera cerrar con un comentario suyo sobre Hiroshima mon amour, que menciona en su web, www.jordinadal.com JN: Buenísima, de Alain Resnais; es importantísima. Es una película sobre el amor desnudo, íntimo, de paso, y con esa cosa terrible de la diferencia entre dos culturas, y en contraste con la guerra. Me marcó. El guión es de Margerite Yourcenar. La quiero volver a ver… Lola Bastos. 8 de mayo de 2008 www.fundacionananta.org
“No nos presentamos como aquellos que han llegado, sino como aquellos que están en camino”
Jueves, 08 de Mayo de 2008 00:00
Entrevista al Hermano Héctor de la Comunidad de Taizé
8-Mayo-2008 El 16 de Agosto de 2005 una joven rumana mentalmente desequilibrada acabó con la vida del Hermano Roger, durante la oración vespertina en la iglesia de la Reconciliación de Taizé. Desde ese instante la Comunidad de Taizé se vio impelida a poner en práctica el valor del perdón y la reconciliación que tanto había pregonado su propio fundador asesinado.
Hemos estado con el Hermano Héctor de Taizé en su gira por la península a su paso por la comunidad de Leku en Arkaia, a las afueras de Vitoria. A él le preguntamos por las claves de la enorme difusión del espíritu de Taizé por todo el mundo. A lo largo de la conversación afloran las pistas. Su actitud de humilde escucha, su profunda espiritualidad y vida consecuente pueden constituir algunas de las claves de esa milagrosa expansión.
El caso es que miles de jóvenes y adultos de numerosos países, siguen yendo todos los años tanto a Taizé, como a los encuentros mundiales que organiza la comunidad. Este año la cita será en Bruselas en pleno invierno.
Gélida tarde en el domingo que nos citamos con el Hermano Héctor. Primavera sólo en los calendarios, pues el viento frío azota en la llanada vitoriana. El puerto Azazeta se cubre incluso de blanco, sin embargo calor fraterno muros adentro. Acaba de terminar en una amplia sala parroquial, un encuentro de más de cien personas sobre la “Carta de Cochabamba”, escrita por el Hermano Alois, el nuevo prior de la Comunidad, después del encuentro latinoamericano de jóvenes que tuvo lugar en octubre 2007 en la ciudad de Cochabamba, Bolivia y que reunió a 7.000 jóvenes de 32 países. Esta carta tiene como lema “Luchar con un corazón reconciliado” y servirá como fuente de reflexión a lo largo de este año en los encuentros en y fuera de Taizé, Francia.
La palabra sincera y sentida de los presentes da paso a la celebración. Antes de la liturgia, el Hermano tiene a bien responder a nuestro cuestionario. Sus respuestas desbordan sin embargo más interrogantes. A nuestras preguntas suma a menudo las suyas. De seguro que le habita la respuesta, pero ellos son fieles a su actitud siempre interpelante.
¿Qué expresa el lema “Luchar con un corazón reconciliado”? La reconciliación es como un fuego: purifica y nos libera de algo que bloquea el futuro. Para reconciliarnos no podemos ir con toda nuestra agenda, hemos de ceder en algo. Ceder para encontrar un bien mayor siempre implica una lucha.
¿Para reconciliarnos, primero escucharnos…? La Carta de Cochabamba nos hace varias preguntas o llamadas. Una de ellas es: “¿Sabremos escuchar al otro?” ¿Cómo escuchar a nuestro adversario? Parece muy sencillo, pero en el fondo escuchar es bien difícil. La escucha es algo más que lo que hacemos con los oídos. La escucha es una actitud interior de apertura, de acogida… Acogernos mutuamente es intentar ponernos en el lugar del otro y así ensayar una reconciliación.
¿Para reconciliarnos primero justicia…? El perdón no es fácil. No es estar ciegos ante situaciones actuales de injusticia. La Carta de Cochabamba nos interpela de nuevo: “¿Permaneceremos cerca de quienes son más pobres que nosotros? ¿Sabremos estar atentos a un reparto más equitativo de los bienes de la tierra?” Cuando leo que el 20% de la población mundial usa el 80% de los recursos naturales, observo una grave injusticia. Como norteamericano he de pedir perdón en ese sentido.
Aceptemos que todos somos pobres y vulnerables. Si nos atrevemos a revisar nuestro estilo de vida en aras de una sencillez, de una solidaridad, encontraremos otra pista para vivir con un corazón reconciliado. El evangelio nos llama a sanar la memoria de las heridas para poder disfrutar de un futuro en paz.
¿Quiénes son los pobres hoy en Occidente? Se necesita estar atentos a los pobres. Encontramos a los más desposeídos entre los emigrantes…, pero hay también una pobreza que se llama soledad. Mucha gente, muchos jóvenes y ancianos se sienten solos. Es otra forma de pobreza que está justo al lado nuestro. Estas situaciones nos deben interpelar.
¿Hemos de caminar hacia el perdón aún sin respuesta de la otra parte…? El camino hacia el perdón es un camino de toda una vida. Caminar hacia el perdón, aun sin saber si la otra persona a la que vamos a pedir perdón nos va a recibir, si vamos a obtener una respuesta. Hemos de perdonar sin saber lo que la otra persona va a hacer con nuestro perdón. No hay otro camino. A menudo el Hermano Roger decía: “Sin el perdón no tenemos futuro.” El evangelio nos ofrece un futuro y una puerta que representa el perdón.
¿Perdón igual a olvido? El perdón no es olvidar lo que sucedió. La justicia viene con el reconocimiento de lo que no está bien o no se ha hecho bien. Es difícil reconciliarse, si no hemos tomado responsabilidad por lo sucedido. El milagro es que en el fondo de quienes hacen barbaridades se puede encontrar también una chispa de bondad.
¿Paz igual a justicia? La justicia y la paz van juntos. Busquemos caminos para equilibrar la repartición de los bienes de la tierra. Si no hay paz, es porque no hay justicia. Si queremos la paz hay un momento en el que hay que ceder para el bien de todos.
Muchos jóvenes han hallado en Taizé respuestas que en otros lugares no han encontrado… Espero que quienes vienen a Taizé que no consigan respuestas. Espero que se vayan preguntando. Ese es el propósito de ir a Taizé. No sólo consumir respuestas. Existe el peligro de caer en una especie de consumo espiritual. Necesitamos que el evangelio nos interrogue, nos sacuda y nos queme.
¿Cómo actúan las comunidades de Taizé en los lugares de los más desposeídos…? Intentamos vivir una vida sencilla, al igual que la gente del lugar, ya en Bangladesh, ya en Brasil… Intentamos estar con ellos. Ellos piensan: “¿Qué hace un grupo de hombres europeos viviendo como nosotros así, en estas condiciones, cuando tienen todos los medios?” No tenemos un método. Nuestra pauta es ir, estar y allí mismo aprender. El hermano Roger decía que no hay nada más responsable que rezar.
¿Nos puedes hablar de vuestra experiencia de perdón tras el asesinato del Hermano Roger? Nosotros hemos debido aplicarnos también el “¡Padre perdónales porque no saben lo que hacen!” No hay otra forma. Fue una mujer joven, desequilibrada quien le atacó y le mató. Ahí no hay otra puerta que la del perdón. A veces no llegamos a abrir esa puerta y es Cristo quien la abre. Si yo no puedo perdonar, me uno al espíritu de Jesús y Él es quien perdona a través de nosotros.
Es un misterio el que un hombre que decía que Dios no castiga, que sólo puede amar, acabara así.
Se vieron de repente emplazados a encarnar sus propias palabras… Desde el 16 de Agosto ha sido un constante ensayo de vivir y luchar con un corazón reconciliado. Es una lucha interior de escoger el perdón, de escoger la misericordia, la bondad del corazón.
Ni el perdón, ni la bondad del corazón son ingenuos. Ven muy bien el mal que se hace, pero convierten el mal y lo transforman en bien. Ese es el misterio de la cruz. Jesús convierte al mal por medio del bien. Ese es también el camino para nosotros, si queremos seguir al Hijo de Dios. Queremos luchar con corazón reconciliado, un corazón que se sabe y reconoce perdonado. Puesto que ha sido perdonado, puede también perdonar.
¿Les costó abrir esa puerta del perdón? Como dijo el Hermano Alois el día del funeral del Hermano Roger: “Nosotros también queremos decir a Dios con respecto a la joven que mató al Hermano Roger: Padre perdónala, porque en su enfermedad ella no supo lo que estaba haciendo”.
Esto fue el mismo camino que el Hermano Roger nos indicó en su vida. A lo largo de todos sus años, él nos habló de un Dios que sólo puede amar.
Taizé ha atravesado también el martirio de la sospecha… No creo que en el caso de Taizé hablaríamos del “martirio de la sospecha”. Sí conocimos años de sospechas para con nosotros. ¿Quiénes son Vdes.? ¿En qué campo entran? El Hermano Roger salió de este juego confesional. Vivía una identidad cristiana que va más allá de la confesionalidad. El Hermano Roger describía así su camino: “Marcado por el testimonio de vida de mi abuela, he encontrado a través de ella mi propia identidad de cristiano al reconciliar en mí la fe de mis orígenes con el Misterio de la fe católica, sin ruptura de comunión con nadie”.
El fue siempre un testimonio de humildad y fortaleza… El Hermano Roger siempre nos animaba a no sucumbir al desánimo. Él nunca entraba en el juego de la crítica y del pesimismo… Con mucha facilidad entramos en la espiral de la crítica. El Hermano Roger no cedía a esa tentación, no entraba en el juego de criticar aún sabiendo que, incluso los interlocutores que esgrimían críticas, podían tener razón.
¿Cómo aborda Taizé el diálogo interreligioso? La Comunidad de Taizé no ha establecido un diálogo interreligioso de una manera “oficial”. Pero lo hacemos de otra manera: mediante las comunidades de hermanos de Taizé desplegadas en países donde la mayoría de sus habitantes son de otra religión. . Por ejemplo nuestros hermanos llevan 35 años en Bangladesh. Allí casi todo el mundo es musulmán lo que hace que nuestros hermanos estén más atentos a esta realidad. Igualmente ocurre con nuestros hermanos que viven en Dakar, en un barrio mixto de musulmán y cristiano.
¿Jesús nos invita a reunirnos con otras religiones? Nuestra comunidad es una comunidad cristiana que tiene un compromiso para con Cristo y el evangelio. Nosotros pensamos que Cristo es la plenitud de la revelación de Dios, por eso nos comprometemos por Cristo y por el evangelio. Cuanto más nos acercamos al corazón del evangelio, más nos acercamos a los demás. Ello no quiere decir que no podemos recibir de los demás. Es cuando nos abrimos al otro cuando descubrimos lo que somos. Si te abres al don del otro, puedes profundizar en el don que tú eres. Si tuviéramos un poco menos de miedo de recibir de las demás confesiones, si pudiéramos reconocer los dones que están en ellas, descubriríamos de una forma más profunda nuestra propia fe.
¿Cómo se plasma ello en la práctica? Los encuentros en Taizé están abiertos a todo el mundo. La mayoría son jóvenes cristianos, pero a nuestra comunidad llegan igualmente jóvenes judíos, musulmanes, budistas… o incluso llegan jóvenes que no creen en nada, o que simplemente se hallan buscando. La acogida que se vive allí es muy abierta. Taizé en este sentido participa del diálogo interreligioso.
¿Cuál es la nota que ha tocado Taizé? ¿Por qué ha penetrado tanto? ¿Qué es lo que ha aportado para verse convertido en un fenómeno de esperanza planetario?
Es difícil responder a ello, desde el momento en que no tenemos la pretensión de haber encontrado. Estamos buscando también. Quizás podríamos hablar de una interiorización de la fe. La fe es un camino de encuentro personal con Cristo y lo que mucha gente está demandado, incluso en el seno de la iglesia, es un camino más interior. Al mismo tiempo estamos abiertos a otras espiritualidades, como por ejemplo el budismo del cual tenemos mucho que aprender. Es difícil hablar de uno mismo, pues suena un poco pretencioso.
No tenemos una espiritualidad. No tenemos una llave. No somos maestros espirituales. Tratamos simplemente ser hombres de escucha, hermanos de escucha, sin tener la pretensión de que hemos llegado. No nos presentamos como aquellos que han llegado, sino como aquellos que están en camino. Ese camino pasa primero por el corazón, por el centro de nuestro ser, por un camino interior. Tantas personas tienen sed de ello.
Koldo Aldai 28 de Abril de 2008 www.fundacionananta.org
Una «parábola de comunidad» Fuente www.taize.fr/es
Hoy la comunidad de Taizé reúne a unos cien hermanos, católicos y de diversos orígenes protestantes, procedentes de más de treinta naciones. Por su existencia misma, la comunidad es un signo concreto de reconciliación entre cristianos divididos y pueblos separados.
Los hermanos viven de su propio trabajo. No aceptan ningún donativo. Tampoco aceptan para sí mismos sus propias herencias, sino que la comunidad hace donación de ellas a los más pobres. Algunos hermanos viven en lugares desfavorecidos del mundo para ser allí testigos de paz y para estar al lado de los que sufren. En estas pequeñas fraternidades en Asia, en África y en América Latina, los hermanos comparten las condiciones de vida de aquellos que les rodean, esforzándose en ser una presencia de amor al lado de los más pobres, de los niños de la calle, de los prisioneros, de los moribundos, de aquellos que han sido heridos hasta en lo más profundo por causa de rupturas de afecto o por abandono.
Con el paso de los años, cada vez más jóvenes de todos los continentes han venido a Taizé para participar en los encuentros. Las hermanas de San Andrés, comunidad católica internacional fundada hace más de siete siglos, las hermanas ursulinas polacas y las hermanas de San Vicente de Paul se encargan de una parte de las tareas de acogida de los jóvenes. También los hombres de Iglesia visitan Taizé. Así, la comunidad ha recibido al papa Juan Pablo II, a tres arzobispos de Canterbury, a metropolitas ortodoxos, a los catorce obispos luteranos de Suecia y a numerosos pastores del mundo entero.
A partir de 1962, hermanos y jóvenes enviados por Taizé no dejaron de ir y venir a los países de Europa del Este, con la mayor discreción, para visitar a quienes se encontraban encerrados en el interior de sus fronteras.
Mario Conde: ahora soy libre porque no tengo vanidad
Jueves, 24 de Abril de 2008 00:00
Entrevista sobre la vida y la espiritualidad  El materialismo es tóxico como la heroína y ha fracasado; y las leyes no pueden resolver nada hasta que no restablezcamos el sentido trascendente del hombre y acabemos con la idea de que estamos separados unos de otros. Es una convicción de Mario Conde (Tui, Pontevedra, 1948) (www.marioconde.com) plasmada en esta entrevista con Fundación Ananta. Seis meses después del fallecimiento de su esposa, Lourdes Arroyo, el que fuera presidente de Banesto entre 1987 y 1993 permite ver, a través de sus respuestas, el dolor tremendo de este desgarro, que él considera el acontecimiento de su vida, pero también la necesidad casi biológica de ayuda a los demás que le nace de este sentimiento. La proximidad y la intensidad de esta pérdida parecen haber borrado otro hito doloroso que ha resultado también determinante en su evolución espiritual y humana: su paso por la prisión de Alcalá Meco, donde estudió, entre otros textos espirituales, el Tao te King. A partir de las reflexiones provocadas por la comparación de varias versiones, ha escrito el libro La palabra y el Tao, publicado por Editorial Séneca.  El episodio que el llama “accidente” y del que se responsabiliza en primera persona porque pudo haberlo evitado, provocó que mejoraran sus relaciones familiares. Y le dio la oportunidad de demostrar a sus hijos que somos lo que somos y no lo que tenemos, y que su esencia es la misma en el patio de presos que en los palacios financieros. Son algunas de las razones por las que le resulta imposible guardar rencor a nadie en relación con su ingreso en prisión, pese a delatar que los motivos fueron otros distintos de los oficiales. Su paso por la cárcel le ha devuelto entre otras cosas además una certeza: ser libre no es algo material sino espiritual; ser libre es tener dignidad. En eso no valen medias tintas, o se tiene o no se tiene. Lo da la limpieza de corazón, que está mucho más allá de las construcciones mentales y que conviene depurar día a día. Y se consigue practicando el silencio. En los últimos meses ha concedido dos entrevistas en televisión que le han reportado la satisfacción de sentirse útil, a la vista de los correos electrónicos que ha recibido. Le bastaría con una persona a la que hubiera ayudado. Se acuerda de cuando el impulso de conceder o no una entrevista era el posible efecto sobre su propia persona, y se congratula por que eso ahora sea distinto. Ahora, asegura, “soy libre porque no tengo vanidad”. Fundación Ananta: ¿Qué querría que recordara de usted su nieto Fernando, que figura como autor de Memorias de un año de vida? Mario Conde: Lo que cuenta ese libro. Lo hice para su primer cumpleaños el verano pasado; su abuela materna estaba viva todavía. Está destinado a que entienda un poco mi filosofía. Me gustaría que la entendiera y que la aplicara. Las personas no son sus palabras; ni siquiera son sus actos; son su conducta. Yo sólo creo en las conductas. El libro cuenta quién es él y cómo va naciendo la idea del “yo”, diferente a los demás… Me da pena. Es bonito el libro, es muy bonito. Cuando él lo lea, yo ya no estaré por aquí, al menos en esta forma; se dice en el libro. FA: También dice “tenemos toda la eternidad para charlar”. Es una expresión muy elocuente… MC: La eternidad existe, nosotros aquí estamos muy de paso. Hay algunos que creen que estamos sin ningún sentido, y otros, como yo, que creen que nuestra gran tarea es averiguar el sentido de la existencia. A mí me resulta inconcebible que estemos aquí porque estamos y que después sencillamente dejamos de estar. Esa es una idea que se ha ido poniendo en marcha a partir del triunfo del materialismo y del racionalismo, que ahora se están encontrando con problemas muy serios y son incapaces de encontrar dónde está la materia última. A medida que profundizan en la física cuántica, se alejan del concepto de materia para encontrar un vacío. Es un vacío que está lleno de lo que nosotros llamamos Espíritu. El sentido de la existencia, por qué estamos aquí, es absolutamente capital. Unos dicen “para nada, simplemente para morir”; otros, “para mejorar”. En todo caso, retornamos. Unos creen que retornamos con una individualidad; otros, con una individualidad matizada, como Sri Aurobindo; otros creen que sencillamente retornamos a una vacuidad, pero para volver a volver. Unos creen que las gotas del océano mantienen su individualidad; otros, que vuelven al océano y eso es todo; unos creen que la reencarnación es volver a vivir un mismo yo -una idea muy primaria y poco profunda, otros creen que la reencarnación es la consecuencia de que el Espíritu se manifiesta en un proceso progresivo… FA: Y usted, ¿Cuál considera más acertada? MC: Es muy complejo. Distinguir la personalidad del yo es muy fácil. La personalidad es un conjunto de atributos externos que no tiene ningún valor: “me llamo así, he nacido aquí, pertenezco a no sé qué familia…”. El yo, en cambio, es el “trozo” del Espíritu que se guarda en nosotros. Eso tiene una cierta individuación en la forma, pero sólo una cierta individuación en la forma. Nosotros creemos que somos individuos, pero es porque hacemos referencia a los factores externos de la personalidad. Yo tengo muchas dudas de que ese “trozo” del Espíritu, cuando regresa, regrese con el mantenimiento de una cierta individualidad; no tengo ninguna duda de que no regresa manteniendo toda la individualidad. Es el tema capital, es donde se mueve el individuo y donde personajes como Sri Aurobindo tratan de encontrar una solución que satisfaga, como explica Vicente Merlo, que es un experto en Sri Aurobindo, y de quien yo he leído todo. FA: ¿Están recogidas sus creencias en los autores que menciona? MC: Al final, yo trato de evitar las creencias; las creencias me parecen peligrosísimas. Los que hemos estado en la industria farmacéutica sabemos lo peligrosos que son los analgésicos, porque no curan, sólo adormecen el dolor. Las creencias, para mucha gente, funcionan como adormecedores de angustias. Yo lo que quiero no es adormecer mis angustias sino encontrar un camino espiritual sabiendo que tengo que renunciar a muchas cosas, como la autoestima. Hay mucha gente que cree que el camino espiritual se construye sobre el intelecto: “yo soy más espiritual que tú porque soy más erudito que tú, porque soy más que tú, porque he entendido mejor al Tibetano”. Ese es un camino hacia la erudición, y la erudición y la espiritualidad no son lo mismo. O, sencillamente, “yo renuncio a todo eso y tengo una creencia muy sólida y creo porque creo y si no creo, creo”. Bueno, de acuerdo, al que le funcione así… FA: ¿Desde cuándo está en esa búsqueda? MC: A los 17 años intenté llegar a un Dios católico y llegué casi por percusión. Estudiaba en Deusto, iba todos los días a misa, comulgaba catorce veces, no salía de la iglesia… Aquello no funcionó. Era un dios muy inmediato, muy amigo mío, con el que yo procuraba mantener un diálogo y me di cuenta de que la única manera de hablar con Dios es sin palabras. El lenguaje de Dios es el silencio, el lenguaje de los humanos son las palabras. Lo pasé mal, porque me noté que aquello no me satisfacía; evidentemente hubiera podido acudir a las creencias, adormecer mis angustias, refugiarme en el dogma y tirar para delante, como tanta gente. Entonces hubiera transformado el espíritu en religión. Uno de los grandes problemas es que la espiritualidad se viste de religión y se pierde. Caí entonces la náusea sartriana, que estaba tan de moda entonces, en 1968. En aquel entorno católico, hice un análisis muy profundo sobre La Náusea (Jean Paul Sartre, 1938) en un examen de religión. Pensé que tenía obligación de hacerlo aunque supuse que a lo mejor me echaban de la Universidad, pero era lo que sentía. Recuerdo que me llamó el profesor de religión para comprobar si no sería una extravagancia de la gauche divine de la época, y me dio matrícula de honor. No era la solución. La vacuidad budista puede ser una respuesta, pero la nada sartriana, no. No podía dormir; me di cuenta de que había caído en un insomnio del Espíritu. Estaba permanentemente despierto, buscando. El Espíritu por dentro no dormía, el cuerpo, sí. Yo le pedía que me enseñara el camino, y lo único que me decía es “anda”; y andando, andando fui por el camino del esoterismo y el esoterismo me llenó. FA: El esoterismo no está bien visto siempre. MC: Hay un esoterismo mal entendido y un esoterismo bien entendido. Al final te das cuenta de que cuando profundizas en los asuntos esotéricos, las religiones convergen, que es una de las tesis de los iniciados, como René Guenon. Hay un esoterismo cristiano, un esoterismo budista, un esoterismo hinduista, un esoterismo islámico… Hay un libro maravilloso de dos tomos, muy difícil de leer, que se llama Sufismo y Taoismo, del japonés Izutsu Toshihiko. En dos de mis tres estancias en la prisión de Alcalá-Meco trabajé sobre este libro. Entendí la fuerza brutal esotérica del islamismo, por mucho que digan que es una religión violenta. Yo creo que algunos católicos deberían hablar con más cuidado de la violencia de las religiones, porque la Iglesia Católica ha causado muchas muertes en determinados momentos de su historia, como en los siglos XIII y XIV, en los que se cometió el genocidio cátaro, que fue un auténtico genocidio para mí. Bien es verdad que dio lugar al auténtico nacimiento de Francia y el rey de Francia estaba encantado con eso… Mientras estuve en el mundo de las finanzas tuve que parar un poco por razones laborales -vamos a decirlo así-, no tenía tanto tiempo. Y afortunadamente, cuando me metieron en prisión pude retomar. Mi familia comentaba que no se me veía triste; y mi mujer decía que lo complicado iba a ser sacarme de ahí, porque decía que estaba en mi mundo y en lo que me gustaba desde pequeño, que era lo que yo le comentaba cuando éramos novios. Fui caminando… el budismo tiene aspectos muy atractivos en cuanto ciencia de la mente. Poco a poco, los nuevos descubrimientos científicos le van dando la razón a los planteamientos budistas, pero no alcanzo a que en mi torrente sanguíneo se haya metido íntegramente la idea de la vacuidad. Entiendo la impermanencia de lo manifiesto, pero no la idea de la vacuidad como última respuesta al planteamiento del Espíritu. Estoy más cerca de la vacuidad que de la pervivencia de la híperindividualidad después de esta manifestación, pero no por eso me atrevería yo a decir que profeso el budismo. Creo que me siento todavía un cristiano, previo al siglo XIII, en el sentido de que la figura de Cristo como avatar, como encarnación de la divinidad, y su mensaje me resulta no solo muy atractivo, sino muy revolucionario en el buen sentido de la expresión. Otra cosa es que en el mensaje original cristiano y la realización empírica del cristianismo no se parezcan en nada. FA: Excluye claramente todo dogma MC: Sí, absolutamente. El camino espiritual construido a base de creencias es muy cómodo pero el camino religioso en demasiadas ocasiones no es espiritual, es epidérmico. El camino espiritual es muy duro, muy difícil; exige un esfuerzo y una constancia. Y, sobre todo, una renuncia a esa vanidad ridícula de creerse que porque uno es más inteligente, más listo, más culto, va a tener un mayor grado de realización. FA: ¿Lo que motivó su reclusión en Alcalá-Meco pudo ser un empujón del Espíritu? MC: Seguro, nada sucede sin más. Yo creo que a lo largo de mi vida, en todas las encrucijadas vitales he ido tomando las decisiones más dolorosas para mí. En aquel accidente yo hubiera podido elegir otro camino, pero elegí uno que sabía que más tarde o más temprano tenía que producir mi ingreso en prisión. Recuerdo que lo hablé con mi padre. Y me dijo “esto es así, esto te toca”. Uno puede apuntarse a la tesis del materialismo puro y duro, pero yo creo que las cosas son así porque tienen un sentido, aunque algunas personas no lo puedan entender. Incluso la muerte de Lourdes, que es el acontecimiento de mi vida, se produce en este momento por algo; no es "porque sí”. Cuando le detectaron el tumor, al poco tiempo de la operación, tuve una conversación con ella y le dije: “esto pinta mal, pero se puede pactar con la vida; si tu vida tiene un sentido, podemos alargarlo, lo que tenemos que hacer es trabajar en tu interior”. Y ella, que me conocía, trabajó conmigo y murió muy bien, murió en paz, y la enseñanza de la muerte de Lourdes es un norte para mí, una guía de cómo vivir. Es evidente que algo ha muerto de mí, algo muy potente, pero me ha dejado una libertad para seguir mi camino espiritual. Y ése es mi compromiso conmigo mismo. Lourdes ha muerto ahora, en este momento, ¿por qué? Bueno, pues porque había alcanzado su nivel de realización, y porque yo tengo una viudedad formal, pero no soy emocionalmente viudo. Y espiritualmente estoy complementado, en el sentido de que es un camino en el que me va a ayudar. Lo de la cárcel pudo ser un empujón, del Espíritu y de la vida, y me dio la oportunidad de recuperar todo mi trabajo personal. Lourdes comprobó a qué velocidad. Me ha permitido que el año y pico que hemos podido estar juntos, yo haya tenido mucha más dedicación y la haya ayudado mucho. Ahora la gente se mueve por los parámetros al uso con las tonterías de “todavía eres joven”, “tienes no sé qué…” tratan de encasillarte en las soluciones convencionales para problemas que son espirituales, no entienden que estás en otro sitio. FA: Todo eso ayuda a perdonar a quien provocó que le privaran de libertad MC: No tengo ningún tumor en el cuerpo pero, sobre todo, tampoco en el alma. Eso es lo único que me parece importante. El perdón ya implica “yo bueno, tú malo; yo te perdono”. No. No funciona eso. Todo lo que sucede, sucede porque hacemos que suceda. En este caso concreto yo estaba allí y podía no estar; yo sabía cómo funcionaba la política en este país y seguí adelante. De alguna manera, asumí las consecuencias de mis propios actos. Entiendo que las cosas no son como estudiamos en los libros de Derecho y que la vida es muy dura. Goethe dijo “Me preguntas qué es lo justo; te diré `lo que conviene a quien lo aplica´”. La conveniencia como principio motor de la convivencia es terrible, es uno de los cánceres de la civilización occidental. La conveniencia acaba con todo. Yo no tengo por qué perdonar; yo no participo de la idea orteguiana de buscar a otro como responsable de mis males. Nuestras conductas son causas que van generando efectos, y yo provoqué de una manera directa o indirecta el que a mí me metieran en la cárcel, porque estaba en un sitio equivocado a la hora equivocada, porque decía unas cosas que no se correspondían… Aunque me metieron en la cárcel por unas razones que nada tenían que ver con las oficiales, como es natural. ¿De qué me puedo arrepentir? ¿De qué les tengo que perdonar? ¿Les tengo que perdonar que me hayan dado esta oportunidad? No. ¿Les tengo que perdonar de que me hayan dejado demostrar a mis hijos que los hombres no somos nuestras cosas y que por tanto somos el mismo estando en Banesto que paseando por el patio de presos? ¿Eso les tengo que perdonar? Eso se lo tengo que agradecer. ¿Tengo que perdonar el que me haya demostrado que no tengo miedo a verme a mí mismo en el silencio? ¿A reconocerme en las madrugadas carcelarias y ver que ni estoy tan bien ni estoy tan mal, que estoy normal, y que estoy relativamente contento conmigo mismo, y que tengo perseverancia para trabajar?... todo eso se lo tengo que agradecer. Probablemente, si todo eso no hubiera pasado, a lo mejor estaría muerto físicamente, pero eso es lo de menos. Seguramente estaría mucho más cortocircuitado espiritualmente. Tendría miedo a morirme, y ahora no, al revés. No es que lo desee, porque la muerte está al margen de desear o no desear. En prisión escribí un libro al que di el nombre de Cosas del camino y que espero publicar pronto. En una de ellas me dije: “Me asomé a la casa de la muerte y lo que vi fue una esplendorosa vida”. FA: ¿Entienden esto los que fueron sus “adversarios”? MC: No lo sé. Hay veces que pienso “madre mía, ahora que me ven, ¿qué estarán pensando?”. El otro día me encontré con un hombre -no doy más detalles- uno de los que estuvo muy, muy directamente involucrado en los documentos oficiales de mi ingreso en prisión, digamos que uno de los responsables al menos en el plano ejecutor, y vino a saludarme, encantador, me presentó a su mujer. Yo noté que yo estaba bien y creí percibir de él que de alguna manera sufría. Y eso es compasión en el sentido budista: lo que me duele es que sufra. Yo estoy bien porque no he perdido nada, y sí he ganado… Un día Lourdes me dijo respecto a mi comportamiento en prisión: “siempre me ha impactado cómo eres, pero ahora mucho más”. Simplemente oír esa frase ya es ganar. FA: Es liberador escuchar esto, pero habrá a quien le resulte difícil de creer. MC: El camino del Espíritu exige una sinceridad total, si mientes, si dices lo que no sientes, si hablas de lo que te gustaría ser y no de lo que eres, haces un agujero muy importante en el equilibrio y se paga caro. Yo no me atrevería a decir esto ni algo parecido si no fuera porque a lo largo de mi conducta -no de mis palabras- lo he notado. Cuando me dejo ir, por así decir, cuando los veo, no siento absolutamente nada. Primero, no me han hecho daño -en lo material sí, pero eso no tiene importancia-. Mis relaciones familiares se intensificaron; el respeto mío por mi mujer y por mis hijos aumentó exponencialmente y el suyo hacia mí. Es muy fácil caminar por las moquetas de los salones financieros, no es tan fácil caminar por los patios de la prisión y sin embargo el que caminaba era el mismo. Y, segundo: sabía lo que hacía, nadie me obligó. FA: La libertad es entonces honestidad con uno mismo… la certeza de que uno es capaz de caminar en paz por un patio de presos… MC: Al final, la libertad no es un asunto físico; por mucho que te encierren en un entorno físico. Te imposibilitan para una serie de cosas, pero no te privan de la libertad verdadera, que es la del espíritu. ¿Cuándo se es libre? Cuando se es digno. Y la dignidad es uno de esos conceptos que no cabe mediopensionista: o se es digno o no se es. Una mínima indignidad contamina todo. En mi camino espiritual, un día traté de buscar una síntesis, el verdadero patrón: ¿la individualidad? ¿la vacuidad?... No: la limpieza de corazón. Punto. El lenguaje del corazón es un leguaje común a los esoterismos. Trasciende las palabras -es lo que dice Zhuangzi: “¿cuándo encontraré un hombre con el que pueda hablar sin palabras?”- y va más allá. No trates de responder con abstracciones mentales; simplemente sé limpio de corazón; límpialo. Yo practico un mantra, por así decirlo, a diario; me digo que el Espíritu no cabe en una estancia sucia, además es muy meticuloso, es muy pesado, como haya la más mínima suciedad, se va. Entonces tienes que limpiar las cavidades del alma de todo tipo de olores, de suciedades, hay que tener el corazón limpio para ser digno. Y si eres digno, eres libre. Si no tienes el corazón limpio estás esclavizado por el demonio de turno, que es tu vanidad, tus cosas… Cuando era presidente de Banesto dije un día a mi secretaria, que todavía está aquí: “Paloma, el hombre que es sus cosas, con sus cosas muere. Ahora estamos aquí y esto es muy importante, pero esto es una cosa nada más… trátalo así y serás libre, si lo tratas como si fueras tú, serás una esclava. Si algún día nos lo quitan, si yo soy yo, seré yo y no pasará absolutamente nada”. Nos lo quitaron y aquí sigo. FA: ¿No está en la materia el Espíritu? MC: La materia como concepto excluyente del Espíritu es una barbaridad, el Espíritu fluye por todos lados. Hay que cuidar el cuerpo, porque es el vehículo que nos ha sido dado para almacenar este “trozo” de Espíritu y seguir progresando. Por eso la austeridad tiene sentido en la medida en que los abusos del cuerpo se pueden transformar en suciedades en esa cavidad del alma y hacer que se vaya el Espíritu. Estoy dando vueltas al principio de continuidad de la forma. La materia aparentemente es densa, pero cuando profundizamos, no hay nada. Entonces, en el orden vibratorio de los 9,8 metros por segundo al cuadrado (la aceleración que determina la fuerza de gravedad) que es donde estamos, las cosas tienen una forma. Si aumentamos la presión, nos morimos: si la disminuimos, nos expandimos. Cuando una persona muere, en realidad lo que ocurre es que se produce una disgregación, pero no una eliminación de vida. ¿Hay alguna posibilidad de demostrar que no pervive un cuerpo con un orden vibratorio distinto? No hay ninguna posibilidad. Probablemente es más fácil de demostrar que algo de eso se produce, que lo contrario. Yo creo que ese orden vibratorio no tiene forma porque, al no obedecer a la presión de 9,8 metros por segundo al cuadrado, no necesita de forma, pero está. Entonces inunda corazones. Cuando Lourdes moría yo le decía que no se preocupara –no sé si era consciente o no- porque iba a vivir siempre en mi corazón y en el de las personas que la queremos. Eso, que suena bonito, que suena romántico, lo más importante es que es cierto. Y no es cierto en el plano literario, que también, sino en el plano metafísico, en el sentido estricto hay una vibración que se va prolongando y continuando en los siguientes. Es decir, cuando yo muera, tendré sitio en el corazón de mis hijos y Lourdes tendrá su sitio. Esa es la humanidad: tu sitio, mi sitio, nuestro sitio… no hay ningún sitio, sólo hay un sitio. FA: ¿Es el sitio del amor en estado puro? MC: Claro. Cuando se casó mi hija Alejandra yo le decía: “en el amor no hay dos que se transforman en uno; hay ninguno”. Si hay uno, ya no es amor. El amor puro es ninguno, es fundirse en todo. Siempre ha existido una física y una mística del amor que algunos no han entendido bien. Y por eso el borde de lo sensual en los místicos cristianos, tanto en Eckhart como en Santa Teresa por ejemplo; porque es la manera más adecuada que tenemos de expresar el amor. Como también el dolor. Cuando una persona profundamente amada se va, por mucho que sean tus convicciones potentes, hay un dolor inexplicable. Es un dolor terrible, que nace de las profundidades de la tierra… porque te estás muriendo. Cuando lo amado cambia de dimensión, estás muriendo y en ese momento estás renaciendo. El día que Lourdes se murió, algo de mí murió y estoy renaciendo en sentido estricto además. Esta vez tutelado por su vida, por su obra, por su ejemplo, y por esa vibración de otro orden que sigue viva.  FA: La poesía mística se entiende aunque no pueda explicarse… MC: La palabra no sirve para el mundo del Espíritu pero no tenemos otra cosa y a veces es una tragedia. Por eso voy a publicar La palabra y el Tao. Yo me encontré con tres versiones del Tao te ching con contenidos a veces divergentes. ¿Cómo era posible? Aprendí entonces el papel distorsionador del lenguaje. Yo escribía en cartulinas las tres versiones de un mismo aforismo y las ponía en la mesa de la celda para tratar de encontrarles el sentido, y encontré una cosa: el literalismo, el atender a la palabra es una idolatría. Trasciende la palabra y encontrarás el sentido. De repente sentía que había comprendido algo, aunque no lo pudiera explicar. Krishnamurti habla de incorporarlo al torrente sanguíneo. Aunque no sepamos cómo entra, cuando está, ya no se va. FA: ¿Por qué madruga tanto? ¿Qué le reporta el silencio? MC: Me levanto a las cuatro y media de la mañana. Antiguamente, cuando estaba Lourdes, tenía que evitar hacer ruido… ahora, lo echo de menos. Y me gusta el silencio. Es mucho más que gustarme, me parece imprescindible. En el silencio nos escuchamos a nosotros mismos. Hay mucha gente que no le gusta lo que escucha y entonces prefiere que la aturda el ruido externo. Pero sin silencio no se puede caminar en el Espíritu. Rezar es silencio, meditar es silencio. Amor es silencio. El amor con ruido es ruido. Quien no es capaz de estar en silencio no es capaz de estar en si mismo con mayúsculas. El ruido permite estar con el sí mismo con minúsculas, con la personalidad. El ruido sirve para Mario Conde-presidente de Banesto, pero no para la divinidad de la que somos posada transitoria. El silencio permite ser honesto y limpio de corazón, permite revisar los verdaderos impulsos de lo que se hace. Por ejemplo, permite discernir si damos una entrevista por vanidad o para ayudar. Nadie es inmune a la vanidad y yo la he sentido en muchas ocasiones. Ahora soy libre porque no tengo vanidad; yo ya no mido las consecuencias de mis actos ni de mis palabras en términos de que repercutan o no sobre mí, sino si sirven o no para terceros. La razón por la que he dado una segunda entrevista en televisión fue porque me llegaron muchas cartas de personas que estaban sufriendo y que me decían que les había ayudado, y pensé “pues ahí voy otra vez”. Y ahora han sido miles, las personas que han puesto correos… bastaría con una. Hay una persona que me ha llamado, que tiene lo mismo que Lourdes y que simplemente quería que le dijera dos palabras. FA: Ha estado recientemente en un monasterio del Císter. ¿Se necesita acudir a retiros para luego estar en el mundo de todos los días conectado a esa limpieza de corazón? MC: Desde pequeño, las películas que me gustaban eran de monjes y de samuráis. Sabía que más tarde o más temprano iba a ir a un monasterio. Lourdes lo presentía e incluso creo que llegó a comentarlo con sus hijos. Tenía esa asignatura pendiente. Allí se tiene la experiencia del silencio. Cualitativamente no es distinto a mi vida, pero hay más tiempo de soledad, menos ruido… El silencio es una actitud, no necesariamente un resultado físico, así que claro que se puede estar en mitad del ruido de todos los días con el silencio interior que da la limpieza. Aunque el silencio físico ayuda. Yo tengo el sueño de crear un centro para nutrir el Espíritu, igual que hay sanatorios para adelgazar. Sería un lugar de silencio y absolutamente ajeno a cualquier confesionalidad, con momentos para lo que los monjes llaman “capítulo”, uno o dos al día, para exponer temas que tengan que ver con el mundo espiritual, y donde la gente pueda ir sinceramente a encontrarse consigo mismo o a encontrarse con lo que sea pero envuelto en silencio. Además de los centros de meditación cristianos, budistas o hindúes, existen los de las nuevas colectividades, como Findhorn o Auroville. Todo está muy bien y creo que son utilísimos, pero sueño con un sitio neutro para estar en silencio. FA: ¿Hasta dónde llega su capacidad de ayuda, después de su trayectoria vital? MC: Hasta dónde llega no lo sé. Hay un hecho crucial en mi vida que es la muerte de mi mujer, que ha desarrollado una necesidad casi biológica de ayudar en el terreno en donde creo que más desesperada está la gente, que es la ausencia no sé si de referente, de sentido a sus vidas. En tanto en cuanto yo haya crecido, habrá crecido mi capacidad de ayuda, porque la capacidad de ayuda de uno depende de lo que se tenga dentro. En los momentos de percepción mediática que vivimos tengo que aceptar que cosas como las entrevistas de televisión han ayudado mucho. Por ejemplo, uno de los correos que he recibido es de una chica muy inteligente, con una enfermedad de glucogénesis que le genera una incapacidad permanente. Me ha mandado sus fotos y es impresionante. Con una sonrisa enorme y con un texto que decía que mis palabras habían sido un impulso. Lo más gratificante que me puede pasar es que me diga algo así una persona lisiada. Todo por una entrevista, por unas palabras. Eso es lo que yo quiero. Quiero más posiblemente. Quiero restaurar la idea… han fracasado los materialistas. La religión puede ser un producto tóxico, pero el materialismo puede ser heroína pura. No se puede hacer nada ni mejoraremos política, ni cultural ni económica ni socialmente si no recuperamos el papel del Espíritu en nuestras vidas. Cuando me dicen que estamos mejor que hace no sé cuánto tiempo, yo digo “¿Mejor? Cuando mueren 5.000 niños al día, cuando hay genocidios, cuando un país está mejor que antes porque han muerto cientos o cientos de miles de personas, ¿eso es mejor?”. El problema no está ni en los sistemas políticos, ni en la democracia: está en el hombre. El producto humano que está en estos momentos dirigiendo el mundo, al verse desconectado del sentido de la trascendencia, no sabe dónde anclar valores tales como la dignidad, ¿dónde se ancla? Hablan mucho de la ética laica, bien, pero la ética laica, sin un sentido de trascendencia es a mi juicio muy frágil, tremendamente frágil y la historia lo demuestra. FA: ¿Bastaría con madurar como personas y poner en valor la capacidad de servicio? MC: Y darnos cuenta de que no es que mueran 5.000 niños, es que los estamos matando. No hay nada de lo que está ocurriendo en el mundo de lo que no seamos absolutamente culpables. No hay un tema de otros que no sea de nosotros. Occidente se ha desentendido… Simplemente, con que asumiéramos que todas esas cosas están pasando porque estamos consintiendo que pasen, simplemente con eso, el mundo cambiaría. Pero nos han enseñado a que “yo soy yo, y los otros son los otros, mis actos no tienen nada que ver con los actos de los otros…”. Eso es sencillamente falso: metafísica, física, económica, cultural y socialmente. FA: ¿Está cambiando todo eso? ¿Hay algún indicio? MC: Yo creo que sí. La Iglesia Católica en España, por ejemplo, que ha sido el modelo dominante durante siglos, está cayendo en la percepción de la juventud, pero no toda ella se está refugiando en el nihilismo ni en el hedonismo. Lo que ocurre es un cambio de conceptos. La solidaridad ha dejado de ser un planteamiento político para ser un planteamiento humano, como la noción de la comunidad y de la convivencia; las consecuencias dramáticas de un capitalismo brutal se están transformando en términos de convivencia. La sensación que había hace diez años de que estábamos ante el fin de la historia es rotundamente falsa. Estamos en el principio de la historia afortunadamente. Creo que lo que dicen del Kaliyuga es verdad, en el sentido de que se están descomponiendo los restos de una civilización basada en la no trascendencia, y se está recomponiendo. Yo veo que hay muchos que no se dan cuenta de que esto está pasando pero afortunadamente pasa, lo de menos es que se den cuenta o no. La Nueva Era, factores más o menos anecdóticos aparte, tiene un fondo, tiene un fondo crístico, un fondo profundo que está llamando a mucha gente y eso es muy positivo.  Con que eso pase estamos ayudando. No arreglaremos nada, absolutamente nada, con modificar leyes políticas o sociales, si no arreglamos antes al hombre. Hay que empezar desde los cimientos -la educación es la clave- y darle al hombre el sentido de trascendencia que tuvo siempre al margen de la religión en concreto. El ensayo que hemos hecho de un hombre sin trascendencia nos ha conducido a esto. FA: ¿Los cimientos del hombre desde uno mismo? MC: Absolutamente. Pero desde uno mismo, no como separado de todos sino como integrado en todos, y empezar por todos a la vez. FA: Solo unas palabras sobre su estado interior y su ánimo, para terminar. MC: Hay un dolor frío; podemos convivir con el dolor, pero no tenemos derecho a convivir con la tristeza, la tristeza es en el fondo un egoísmo y es una cobardía; el dolor es un sentimiento sano; la tristeza es epidérmica, es social, y el dolor es profundo. Hay un dolor interior que no se ha ido porque no se puede ir, pero al mismo tiempo hay una percepción de que eso sucedió por algo y para algo. Y ahora tengo un tipo de contento diferente, es una alegría distinta, es una alegría que no se olvida de su amigo el dolor pero que me permite hacer cosas como las que hemos hablado y muy tranquilo. El día que me estaban haciendo el tac, -esto es absolutamente verdad- miré para arriba y pensé “ahora suponte que te dicen que tienes un tumor de pulmón como el que cuentan por la calle, ¿cómo te enfrentas a la muerte?”. La primera reacción fue “bueno, ¿tengo el valor que tuvo Lourdes?” y seguí: “ése es un término de comparación; bien, al margen de esas comparaciones, ¿cómo te enfrentas?”. Y me di cuenta de que estaba sonriendo. Todo está bien. Lola Bastos www.fundacionananta.org
Rovira: La palabra que nace del corazón puede curar el planeta
Lunes, 11 de Febrero de 2008 00:00
El autor en castellano de más éxito propone vivir sirviendo al amor y sin miedo  11-Febrero-2008 Ha recibido más de 5.000 cartas de sus lectores y lo dice como si recordara las lecciones que ha extraído de ellas. El éxito de Alex Rovira (Barcelona, 1969) como escritor es acorde con su devoción por el lenguaje y por la comunicación. “La palabra que nace del corazón –dice- cura las enfermedades del alma y del cuerpo y, por lo tanto, puede curar perfectamente el planeta”. En esta entrevista con Fundación Ananta, Rovira deja ver una inmensa fe en la evolución humana y planetaria, y muestra entre otras convicciones que la alegría surge cuando ponemos la propia vida al servicio del amor, que la felicidad nace de dentro cuando se intenta ser útil a los demás, generando actitudes que transforman la existencia; confiando, sin miedo, entendiendo que la vida es una aventura… “La brújula interior” es el primero de sus libros y al que concede más valor. Lo escribió a la salida de una depresión profunda, la misma que le hizo cambiar de vida y dedicarse al desarrollo personal en lugar de avanzar en una carrera sin fin como economista. Lo ha visto traducido a catorce idiomas y se han vendido medio millón de ejemplares. Es una cifra pequeña si se compara con “La buena suerte”, con más de cuatro millones de libros en cuarenta idiomas. “Los siete poderes” y “El laberinto de la felicidad” en doce idiomas los dos y con un volumen de ventas de más de medio millón y de cien mil libros respectivamente, completan hasta el momento su obra, cuyo componente espiritual está exento de dogmas, credos y clichés. En su discurso, salpicado de citas con las que parece querer ceder a otros la fuerza de sus argumentos, insiste en que el maestro verdadero está dentro de cada uno. No cree en los iluminados sino en estados de lucidez, y lamenta que las religiones den más valor a jerarquías y formalismos que a la liberación y a la paz interior. Alex Rovira reza muy a menudo; da clase de Economía en la escuela de negocios ESADE, tiene un programa semanal en la Cadena SER, es colaborador frecuente en El País y este invierno intervino en un reportaje de TVE sobre “Las nuevas utopías”. Su inquietud por la búsqueda de las cuestiones que considera esenciales encuentra en él el soporte de quien conoce las leyes de lo material, y la fluidez de quien disfruta comunicando. Quizá por eso su presencia como conferenciante interesa en tantos foros. Todo encaja para que hayan contado con él en la preparación de un programa televisivo que verá la luz este mismo año… Fundación Ananta: ¿Es posible otro mundo? Alex Rovira: Desde luego, sobre todo si lo creemos, si vemos la posibilidad de regeneración y le damos fuerza. No será fácil, pero lentamente iremos desarrollando una mayor conciencia, simplemente por un sentimiento de supervivencia. Incluso quienes no tengan esa conciencia actuarán más equilibradamente por la presión del entorno. Yo confío en que esto va a ir a mejor, porque algo se está moviendo. Seguro que va a haber conflictos, forma parte de la naturaleza, de la vida, pero tengo mucha esperanza. FA: ¿Hasta qué punto todos podemos aportar algo? AR: Toda persona es profundamente creativa si actúa sin miedo; el miedo es el mayor inhibidor de la creatividad, así que consiste en desarrollar la confianza, actualizando el propio potencial. La persona que se siente fuerte, no por lo que tiene, sino por lo que es, confía, no desde la ingenuidad, sino desde la profunda seguridad que le da saber que lo peor que le puede pasar es morir sufriendo, pero que la vida es una aventura o no es nada. Desde ahí, se despliega un potencial creativo impresionante. A partir de ese despliegue, esa creatividad es necesariamente armónica porque parte de un respeto profundo a la vida. Desde ahí se busca el equilibrio, se busca la armonía, se busca la paz y el bienestar, se busca el que todos ganemos. FA: ¿Cómo se vence el miedo? AR: Cuando le preguntan a un moribundo qué haría si volviera a la vida, además de ponerse en paz con sus seres queridos, contesta. “me habría arriesgado más”, según cuenta Elizabeth Kübler-Ross. El dragón del miedo parece que te va a matar, pero cuando le miras a los ojos te das cuenta de que eres tú mismo; y cuando te acercas a él, se convierte en un unicornio, que es símbolo de la libertad, el que te guía hacia ti mismo. Al miedo no hay que vencerlo, hay que convencerlo. Porque lo que niegas te somete, pero lo que aceptas, se transforma. Si tú hablas con tus miedos, muchas veces te das cuenta de que ocultan un deseo al revés. Asumir el riesgo es probar a ganar. FA: ¿Y cuál es el camino para alcanzar la armonía? AR: Pasa por la consciencia y el amor, que son lo mismo, porque quien es consciente ama, y quien ama quiere conocer más; es una espiral que se retroalimenta. Y la acción en la que se encarna está revestida de lo creativo y lo armónico de quien ama y conoce. Lo decía Paracelso. Y ahí nace un profundo sentimiento de realización (la palabra “realización” es muy bonita porque nos lleva a dos dimensiones: en inglés, realize, es darse cuenta, y además implica actuar en lo real, actuar en la materia); el cielo y la tierra; como es arriba es abajo; es el Kybalion. Finalmente somos canales de una voluntad superior, de Brahma, de una consciencia divina. FA: ¿Hay que ser creyente entonces para comprender esa importancia? AR: Aunque no creas en nada, porque no lo has vivido –el Misterio no se puede transmitir sino experimentar en primera persona-, desde una dimensión agnóstica y humana, sin duda, es mucho mejor hacer de este mundo un lugar más habitable. Como decía Oscar Wilde -o Benavente de otra manera-, “quizá el egoísmo más inteligente consiste en intentar que los demás estén muy bien para que tú puedas estar mejor”. Aunque ésta sea una propuesta de mínimos, señores empresarios, tomen nota. FA: ¿Hay algún signo esperanzador en este momento? AR: Decía Paul Éluard que “hay otros mundos pero están en éste”. Es verdad: en nuestra realidad conviven muchísimas realidades de diferentes signos, de diferentes talantes, pero lo que está claro es que hay una masa crítica de personas cada vez mayor que está buscando una dimensión psicológicamente sana, espiritualmente profunda, ecológicamente integrada… Esta propia conversación es fruto de un conjunto de hilos, de contactos entre personas que actúan en la consciencia, en la cooperación y en el amor… Y, en otro ámbito, estoy muy contento de lo que está pasando en EE.UU con (el senador por Illinois y candidato demócrata Barack) Obama y espero que la consciencia de las relaciones lleve a elegir gobernantes que, más allá de ser pequeños psicópatas y grandes narcisistas, sean buenas personas. FA: Proliferan los encuentros de corte espiritual, ¿es otro indicador? AR: Hacen falta espacios de reflexión, de intimidad. Me gusta el concepto de “islas de sentido”…me refiero al espacio que se genera en un encuentro de varias personas con una visión compartida, con un interés por hablar de lo esencial. Es frecuente dejar lo esencial para después del funeral. Cuando dejas de aplazarlo y lo abres a la vida, intentando hacerlo con rigor y respeto, sobre todo a la dignidad del otro, pues eso convoca, porque hay una profunda sed espiritual que llama a ser saciada. FA: Parece necesario revisar el concepto de prosperidad… AR: La prosperidad es un estado de consciencia; lo que creemos es lo que creamos, y toda manifestación en lo real no es más que la manifestación de un proceso psicológico consciente o inconsciente. En la medida en que somos capaces de tomar consciencia de cómo funcionamos y cómo nos vinculamos con el otro, y de que podemos elegir en todo momento nuestra relación con el otro, podemos construir proyectos mucho más estables, sólidos, sanos, positivos, prósperos, ecológicos. Hace falta desarrollar la consciencia, que es la capacidad de comprender, la capacidad de ver, la capacidad de servir, la capacidad de amar. La prosperidad pasa por desarrollar una visión sistémica-holística de la realidad. FA: ¿Cómo se explica esa relación entre la consciencia y la abundancia? AR: El trabajo hacia la prosperidad pasa necesariamente por el trabajo hacia la propia consciencia: conocerte, reconocerte y ver que llega un momento que esa frontera que se llama “yo” se diluye, no existe, es arbitraria y puramente conceptual; que es un “nosotros” lo que existe, que no hay nada que esté separado y que precisamente eso te exige un compromiso en la medida de tus capacidades y de tus talentos, de tus recursos, para mejorar las condiciones de vida de este planeta en el que te ha tocado vivir, en esta tierra. Yo creo que se empieza a mover todo cuando se tiene una consciencia mucho más global, mucho más planetaria. FA: Los recursos ¿no seguirían siendo limitados? AR: Gandhi decía que “en el mundo hay recursos suficientes para satisfacer las necesidades de todos pero insuficientes para satisfacer la avaricia de algunos”. Encarnar los principios esenciales, basados en la capacidad de amar, nos permite elevarnos sobre nuestros límites y trascenderlos. El dinero, la riqueza, aparecen como un síntoma. Puedes hacer mucho dinero explotando, castigando, mintiendo, pervirtiendo, pero a largo plazo eso genera miseria colectiva, uno gana y todos pierden. Yo recomiendo a los empresarios que piensen que lo que están gestionando es una causa, y que en lugar de clientes tienen socios… se puede cambiar el paradigma completamente. FA: ¿Tiene sentido hablar de paz interior cuando lo que falta es paz en el mundo? ÁR: La paz interior es la que crea la paz mundial. No puede haber lo uno sin lo otro, todo es un reflejo. Por eso digo siempre que la psicología crea la economía; el estado de consciencia crea la realidad; lo que nuestra alma está viviendo, se encarna necesariamente. Depende de cómo trabajemos nuestro espacio interior, así se manifestará nuestra realidad. Todo cambio debe venir precedido de una toma de consciencia de lo que somos. FA: ¿Qué significa rezar? AR: Cuando rezo, que lo hago muy a menudo, me salen tres principios: la gratitud, que emerge de manera natural; la aceptación, el “hágase tu voluntad”, que no es la resignación sino la actitud positiva de que, sea lo que sea, voy a aprender, y el tercero es ver claro. Yo no creo en los iluminados, que muchas veces son neuróticos o narcisistas, sino en los lúcidos, que precisamente son personas ajenas a toda vanidad. Creo que el gran reto es conseguir esa lucidez. FA: Parece muy liberador, la Iglesia no transmite así la idea de la oración. AR: El problema es que toda iglesia se ha construido desde una asimetría, la iglesia que estamos viviendo hoy no es la de Jesús, es la de Pedro: humana, anclada en las jerarquías. A mí me resulta profundamente inquietante ver unas jerarquías eclesiásticas que no saben tomarle el pulso al signo de los tiempos, que han perdido mucha humildad y que parece que están más pendientes de su tocado o de sus zapatos que del hambre que pasan muchas personas. FA: Una vez dijo Vd “¿Por qué ser budistas, si podemos ser Buda? ¿Por qué ser cristianos si podemos ser Cristo?” AR: No creo en las relaciones asimétricas, ni en los maestros, creo que cada persona es maestra de sí mismo. Creo en los acompañantes que tras un trecho del camino te muestran que tú también puedes seguir andando o elegir otra opción. Durante una meditación me vino… ¿por qué ser budistas si somos Buda? En realidad lo somos; es el atman; es esa conciencia pura que espera manifestarse. Si entras en la relación de asimetría estás vendido porque entras en el dogma y el dogma te impide la libertad de pensar por ti mismo, de construir por ti mismo, y sobre todo te aleja del reto fundamental, de que te descubras en ti mismo, que hagas tu propio viaje interior, que desciendas a tus infiernos para que luego puedas descubrir tu cielo, que descubras esa semilla espiritual que habita en ti y que es consciencia pura, satchitananda. Siendo hombres como Jesús, llevamos también el Cristo, la semilla divina. Despertemos. La frase iba en ese sentido: no buscar relaciones de dependencia, sino la cooperación, la palabra, el diálogo. FA: ¿Estamos llamados a ayudar a despertar a los demás? AR: Estamos llamados a despertar y a reconocer al Cristo interior. Y a ayudar a despertar a otro sólo si el otro quiere. Si te dice que tiene sed, le puedes hacer ver que tiene el agua dentro y enseñarle a llegar a su fuente… Decirle que el camino pasa por el servicio, por intentar ser útil a los otros; por encontrar un sentido a su vida aunque crea que no lo tiene. Y ese sentido se encuentra a través del amor. Del amor a alguien, a algo… FA: Se requiere fortaleza, la vida no es fácil… AR: La alegría o la felicidad no es algo que te llegará de fuera hacia dentro, es algo que puede nacer de ti, tú tienes la opción y, con la voluntad, puedes ser un generador de una actitud que transforme la existencia. Y que por simpatía se contagie, no desde la vanidad el narcisismo o la falsa prepotencia, sino desde el reconocimiento de que eres humano, que algún día morirás; desde el reconocimiento de que la vida es tremendamente frágil y por eso milagrosa, y desde el reconocimiento de que no puede haber vida sin muerte ni dolor sin esperanza. FA: ¿Un maestro es alguien capaz de transmitir eso? AR: Las enseñanzas funcionan cuando se mueven sobre un discurso de coherencia. No creo en los iluminados. Buscando referentes y maestros he encontrado que las personas más lúcidas son personas muy sencillas, muy discretas, y los que se presentan como grandes maestros están bajo una neurosis muy importante, o en un estado narcisista muy grave. Lo que están es tapando un vacío enorme, un vacío de amor. Eso es ser un miserable. Miseria quiere decir exactamente desconexión del amor. El miserable es incapaz de amar. FA: Es evidente su gusto por el lenguaje preciso… AR: Recurrir a la etimología de las palabras, acudir al latín, al griego, al sánscrito, ayuda a entender la esencia del significado, ese que hace que la palabra transforme, revele, ese que nos toca el alma y que nos despierta. FA: ¿Es esa la razón del éxito de sus libros? AR: Baltasar Gracián decía que “quien critica se confiesa”. Si “La buena suerte” o “El laberinto de la felicidad” está teniendo el éxito que está teniendo, yo creo que obedece a que están tocando de una manera muy simple lo esencial, igual que “La brújula interior” y, en otro sentido, “Los siete poderes”. Cuando algo va entrando lentamente y va generándose por “boca-oreja” es porque hay un conjunto de personas que creen en eso. Yo he recibido más de 5.000 cartas y correos electrónicos, de personas de todo el mundo contándome en algunos casos su vida, hasta veinte páginas a dos caras con fotografías pegadas. Hay unas historias de vida que son increíbles y que te demuestran que sí, que es posible, y que la palabra, cuando nace del corazón, transforma, renace, cura la enfermedad, las relaciones, y por lo tanto puede curar perfectamente el planeta. Hay que comunicarse, hay que hablar, hay que hacer actos para todos. FA: ¿Se entiende bien la propuesta de espiritualidad fuera de las religiones? AR: Con “La buena suerte”, por ejemplo, me ha ocurrido algo curioso. En ningún caso se habla del concepto Dios, pero es un libro muy espiritual. En Japón, un gran maestro de Aikido, me dijo que era un libro profundamente zen. Pero luego, en Estados Unidos, me dijeron que reflejaba muy bien la ética protestante. Pero es que aquí, una persona del Opus Dei me dijo que era un libro sobre la fe… FA: ¿Cómo funcionan los símbolos? ¿Elevan también el espíritu? AR: Los arquetipos sirven, como los cuentos, para despertar. Lo metafórico se comprende a otro nivel. El caso de la mariposa, en griego, se dice igual que alma, psyché. Es el alma libre, el alma pura. Cuentan que los niños que morían en los campos de exterminio en Auswitch, la noche antes de morir dibujaban mariposas en la pared, como previendo que el alma se liberaría del cuerpo, que volvería a Brahma, que somos esa consciencia que se libera y que se encarna. Me lo confirmaron especialistas pediátricos cuando mi hija pequeña –que ahora está bien gracias a Dios y a los fantásticos profesionales que la atendieron- estuvo en la UCI. FA: Un hijo en una UCI resulta cruel… quizá también un “arquetipo”. AR: Es terrible. Creo que es lo más contradictorio que puede haber. No entiendes nada. Te lleva a territorios de reflexión a los que nunca llegarías de otra manera. Ver a un hijo deseado, recién nacido, conectado a máquinas que le mantienen el latido del corazón, la respiración, el drenaje de los riñones… requiere un ejercicio de coraje y aceptación extremo. Son momentos para replantearse el sistema de prioridades, la propia vida. Aunque no es comparable, me ocurrió algo determinante también cuando murió un amigo mío de un infarto con 38 años y dejando tres hijos. Yo llevaba un estilo de vida que no me gustaba en absoluto y estaba esperando mi primera hija, con la responsabilidad que eso comporta. La profunda depresión en la que caí me hizo cambiar de vida y fue cuando escribí “La brújula interior”. FA: ¿A dónde conduce la brújula interior? ¿Permite realizar los deseos? AR: Lo importante, quizá, no es la realización del deseo sino lo que consigue el deseo que hagamos para que nos realicemos. La felicidad no es un lugar al que llegar, es una manera de andar. Cuando llegas al norte con la brújula, la brújula se vuelve loca. Tienes que ir donde el corazón te guíe, y te das cuenta de que lo importante no es llegar sino caminar. FA: Volvemos a los símbolos, el camino, la meta… el laberinto. AR: El laberinto representa el alma torturada. Habla de un camino en el que para salir, hay que volver al centro… En el de Chartres, tienes que pasar por las cuatro áreas: cielo, tierra, activo, pasivo… y llegar al centro, donde está el trébol, la flor, para volver a salir. Es un arquetipo clave, y cada uno puede adaptar el significado a su propio camino, a mí me fascinan; es llamativo que tengan la misma forma en las culturas precolombinas y en las pre cristianas. FA: En el de su libro aparece un cazador de mariposas… AR: Simboliza la figura del maestro humilde, el que te lleva a encontrarte contigo mismo, y así es como encuentras la salida. Pero la salida no es lo importante. Lo importante es la capacidad que tienes de asumir, de dar un sentido a tu vida, y de darte el tiempo y la paciencia para hacer la alquimia interior en todo lo que te toca vivir. Es decir, toda salida del laberinto se produce cuando te das cuenta de que estás en el centro. El Universo, la vida, no es más que un laberinto que se despliega desde tu centro. Y la existencia o no de muros o de callejones sin salida depende sobre todo de tu visión de las cosas o de la alquimia interior que hayas podido hacer… Y te das cuenta de que todo son trampolines. Y que estamos en un mundo dual, en el que los retos y dificultades que te pone la vida son oportunidades para ensanchar la consciencia; y que muchos de los muros están hechos de tu propio miedo. Si te eres fiel, vuelves al centro del laberinto. FA: Propongo terminar entonces en el centro del laberinto, con lo que haya. R: Ahí te encuentras a ti mismo, ese atman, ese pequeño príncipe interior, la pureza, el alma desnuda, la lucidez. En todas las tradiciones, en los cuentos iniciáticos aparecen dos grandes héroes: el guerrero que tiene que afrontar un destino terrible para combatir al mal y que se imponga el bien, y este otro personaje. Es el niño o la niña que tira flechas al cielo para pedirte que no le olvides…es esa intuición limpia. Lola Bastos www.fundacionananta.org
“El amor es la energía que atrae y mantiene todo cohesionado”
Lunes, 11 de Febrero de 2008 00:00
Entrevista a Inma Nogués, escritora, conferencista y doctora sintergética  8-Febrero-2008 Se encuentra diariamente con sus pacientes en el extrarradio barcelonés de Esplugues, pero después le queda tiempo para escribir libros en los que nos revela que no somos sólo cuerpo. Estira y estira las tardes para impartir cursos sobre la constitución física y energética del ser humano, pasar consulta en Merrylife (www.merrylife.org), para asistir a personas en duelo, para dinamizar grupos de estudio de la obra del maestro Tibetano, para organizar muchos de los aterrizajes de Jorge Carvajal en Cataluña… Entrevistamos a Inma Nogués en el centro Merrylife que ella dirige, junto a la también doctora Luján Comas. En la pequeña sala de su consulta aflora la sencillez y amabilidad de esta mujer que ha hecho de su vida una concatenación de vitales compromisos. Te has especializado en el estudio de los cuerpos sutiles y centros energéticos. Das a conocer que no somos únicamente un cuerpo… Es difícil dar a conocer que no sólo somos un vehículo físico. El cuerpo es la parte de nuestra constitución que nos es más familiar y con la que más nos identificamos. Esta visión se fundamenta en el modelo newtoniano y mecanicista de entender la realidad que interpreta al ser humano como una máquina biológica. De hecho Newton entendía el Universo, como una gran “máquina”. Esta visión mecanicista nos ha permitido introducirnos profundamente en el estudio de nuestra constitución superficial. Al decir superficial no le doy una connotación de menos importancia. Se extiende la conciencia de que somos algo más que una compleja máquina… Nuestra constitución va más allá de lo que vemos con nuestros ojos. Cada vez estamos tomando más conciencia de que el aspecto físico es sólo una “parte” de nuestra realidad, de que somos algo más que un compleja máquina, suma de órganos físicos, intercambios y reacciones químicas o enzimáticas, etc. Albert Einstein estableció una relación entre materia y energía, plasmándola en su conocida ecuación E=mxc2. De esta fórmula deducimos que materia y energía son la expresión dual de una misma sustancia universal y que los seres humanos, así como somos materia, también somos energía. La física cuántica habla de la materia como energía condensada... Así es. El siguiente eslabón dentro de las moléculas son los átomos y las partículas subatómicas. Éstas están sometidas a las leyes de la física cuántica. Integrar el estudio y comprensión de nuestra constitución a los ojos de la física cuántica, es un paso necesario. La física cuántica estudia los constituyentes más pequeños: los átomos y las partículas subatómicas. Cuando nos introducimos en su mundo toda materia es pura energía. Cada vez somos más conscientes de los aspectos sutiles de nuestra constitución, que abarca las emociones, los pensamientos, el cuerpo vital de energía, también conocido como cuerpo energético holográfico. Somos también alma. ¿Cómo podemos tomar conciencia de esas dimensiones que también somos? Abriendo nuestra mente y corazón, no limitándonos a los antiguos patrones de ideas y pensamiento. Se nos pide que nos abramos a lo nuevo sin negar lo anterior, se trata de ampliar nuestra visión y comprensión con una visión de síntesis. Hemos de ser capaces de integrar lo que la nueva física nos aporta en cuanto que seres multidimensionales. ¿Oriente ya nos susurraba algo de todo esto? Efectivamente. Todo ello no está muy lejos de lo que las tradiciones orientales nos vienen diciendo desde hace miles de años. La medicina tradicional china, ayurvédica o tibetana ya integraban los aspectos más sutiles o energéticos de nuestra constitución. Son momentos de síntesis, de unión e integración. Con todo ello avanzamos en la comprensión de nuestras dimensiones físico-etérica, emocional, mental y espiritual. ¿Qué importancia tiene el contacto con esos centros energéticos o chacras que tanto has divulgado en tus libros y cursos? Chacra es una palabra sánscrita que significa rueda o vórtice. Así como existen siete sistemas glandulares principales, siete notas musicales, siete colores en el arco iris…, también existen siete chacras principales. Cuanto más avancemos en el conocimiento de nuestro cuerpo energético, más comprenderemos su importancia. Los chacras son receptores, trasmisores y distribuidores de energía y forman parte de la plantilla energética holográfica que constituye nuestro cuerpo etérico. Estos vórtices energéticos se despliegan según avanzamos en nuestra conciencia. Las energías que fluyen a través de ellos, y de ahí a todo nuestro cuerpo, están matizadas por nuestras emociones, pensamientos y energías más sutiles o superiores. El correcto circular de la energía es muy importante para evitar tanto congestiones como depleciones de ella, que pueden acabar afectando al cuerpo físico. Esto ya lo tiene en cuenta la medicina tradicional china con la acupuntura. Una y otra vez nos encontramos ante el desafío de elevar emociones… Es muy importante trabajar con nosotros mismos para ampliar nuestra conciencia y favorecer que energías más elevadas circulen a través de los chacras. Armonizar nuestro mundo emocional y actuar equilibrando nuestro cuerpo energético, son actuaciones fundamentales para mantenernos en salud. ¿Qué aporta la física cuántica a la nueva medicina? Aporta un cambio de paradigma. Paradigma en una palabra de origen griego que significa patrón. Nos referimos al nuevo marco de pensamiento en el que antiguas preguntas pueden responderse a los ojos de una nueva y más amplia visión, sin negar ni rechazar lo anterior. Incorporar la física cuántica a la medicina nos va a permitir un gran avance. Podemos ampliar enormemente el conocimiento sobre nosotros mismos, sobre nuestra constitución más sutil o energética y de las herramientas a utilizar para recuperar el equilibrio y la salud. ¿Por ejemplo? La física cuántica nos introduce en el mundo de los átomos y las partículas subatómicas, donde rigen las leyes de la probabilidad, donde el observador modifica lo observado. La integración del paradigma cuántico a la medicina y la biología nos va permitir entender la interconexión de todos los procesos. Conoceremos mejor la cinética de nuestras emociones y pensamientos y de cómo estos influyen en nuestra biología. Comprenderemos mejor el gran potencial de nuestro cerebro, donde las conexiones entre neuronas, llamadas sinapsis, al ser de un tamaño tan pequeño, están sometidas a las leyes de la física cuántica. Entenderemos también por qué medicinas energéticas como la homeopatía, las esencias florales…, tienen su razón de ser. ¿Medicina de síntesis? Aceptar el paradigma cuántico nos permitirá integrar el conocimiento llegado desde Oriente, donde los conceptos energéticos ya estaban muy presentes. Nos acercaremos a una medicina de síntesis, donde cada criterio médico tendrá su lugar de actuación. Comprenderemos más claramente como las emociones y los pensamientos actúan sobre nuestra salud. Observaremos como la oración y la sanación son herramientas de futuro en una medicina de síntesis, en una medicina del alma. ¿Cómo estáis colaborando tú y tu equipo de Merrylife en el progreso de las profundas trasformaciones que experimentamos los humanos y la sociedad en general? El anhelo y objetivo de todo el equipo de Merrylife ha sido servir. Plantamos semillas para la expansión de la conciencia. Realizamos cursos, conferencias y talleres, así como consultas médicas, con el propósito de avanzar en el autoconocimiento y aportar herramientas en la dirección de la autotransformación y autosanación. Sabemos que es fundamental un cambio en las actitudes y visión de nuestras vidas, porque transformándolas se trasforma la Vida con mayúsculas. Ya es momento de tomar las riendas y coger el rumbo de nuestra sanación física, emocional y mental, para que fluyamos en lo que realmente somos: el alma, intermediario para expresar nuestro espíritu. ¿Cómo progresamos en nuestro imprescindible autoconocimiento? A través de en un progresivo despliegue de nuestra conciencia. Este es un proceso lento y laborioso pero ahora estamos en un momento de gran oportunidad. La humanidad ya esta más preparada para evolucionar, no con tanto dolor y sufrimiento, sino a través del amor y la sabiduría. En estos momentos se están produciendo grandes cambios que favorecen y catalizan nuestra evolución. Podemos dar un salto cuántico en nuestra conciencia de forma global, pero hemos de estar dispuestos a no identificarnos con nuestro pequeño yo y acercarnos a nuestro verdadero Yo, que es pura expresión de amor sabiduría y poder. ¿Qué ha aportado la medicina sintergética a tu bagaje como doctora? Me ha aportado una gran comprensión e integración de distintos enfoques y visiones, tanto de nuestra constitución, como de las herramientas a la hora de armonizar a un paciente. Básicamente ha sido una expansión para mi propia conciencia y fuente de gran inspiración. He aprendido que es muy importante lo que hacemos, pero sobre todo la conciencia con que lo hacemos. ¿Qué ha aportado la obra de Alice Bailey y el maestro Tibetano a tu conciencia individual? Ha sido estímulo, fuente de inspiración, comprensión, toma de conciencia... Son más de catorce años estudiando las enseñanzas extraordinarias del Maestro Tibetano, que me han aportado claridad y comprensión a esta vida tan compleja. Le han dado sentido. A ellos mi eterno agradecimiento y les pido que continúen guiándonos e inspirándonos. ¿Hay un plan de amor, una trama divina o la humanidad va a la deriva? Hay un plan de amor que abarca a toda la creación. Todo lo creado está sumergido en esa energía de amor. El amor es más que un sentimiento, es más que una emoción. Es la energía de la Vida con mayúsculas que atrae y mantiene todo cohesionado, es la energía en la que todo tiene lugar, en la que “vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser”. No existe nada fuera de esa trama, todo es expresión de esa única energía que se manifiesta desde un átomo, una molécula, una célula hasta un planeta, una estrella, una galaxia... Todo es manifestación de la única energía que algunos llamamos Dios, porque Dios es la energía de la Vida. En este proceso de expresión de la Vida hay un plan de luz y amor que se va revelando a medida que nos abrimos a su comprensión. Ya es momento de evolucionar, no con tanto dolor y sufrimiento, sino a través del amor y de la sabiduría. Estamos llamados a convertir nuestro planeta es ese lugar de amor y paz que tanto anhelamos. He ahí nuestro privilegio, he ahí nuestra responsabilidad. ¿Estamos siendo asistidos, custodiados? Grandes seres de infinito amor y sabiduría velan por nosotros y nos guían desde los planos subjetivos. En estos momentos de cambio y evolución tan importantes en nuestro planeta, es imperativo alinearnos con nuestro Ser, nuestra alma, para ser más sensibles e impresionables a la guía de los Grandes seres. Ellos no pueden hacer el trabajo por nosotros, ni interferir en nuestro libre albedrío. Somos no- sotros los que debemos hacer el esfuerzo de elevar nuestras vibraciones para percibir el plan de amor y luz que debe llevarse a cabo en la tierra. Todos somos imprescindibles y necesarios en esta maravillosa empresa. Nos consta que te has nutrido también de la obra de Omraam Mikhaël Aïvanhov, ¿qué te ha aportado este gran guía espiritual de nuestros días? Su obra es un maravilloso legado de amor y sabiduría. Su mensaje es fácil de comprender y asimilar. Es muy asequible. Me ha llevado a la práctica de la sabiduría sin grandes retóricas ni complicaciones. Le estoy muy agradecida. ¿…y la Dra. Elisabeht Kubbler Ross? Tuve el privilegio de conocerla personalmente. Para mí es un ejemplo de fortaleza, entrega y valentía. La labor de la Dra. Kubbler Ross ha sido un enorme servicio para la humanidad. Su trabajo sobre la muerte ha sido y es trascendente para cambiar la cultura gris que tenemos en occidente entorno a este tema. La muerte es intrínseca a la vida. Hemos de cambiar muchos conceptos sobre ella. ¿Qué has aprendido en estos años con vuestra labor de apoyo a las personas en duelo? Muchas cosas. He visto demasiado dolor y sufrimiento respecto a la muerte. No estamos preparados para ella. Vivimos de espaldas a una realidad inevitable, aún sabiendo que nos sucederá a nosotros y a nuestros seres queridos. Sentir que no somos sólo un cuerpo físico, es de vital importancia para no apegarnos tanto al dolor. ¿Existe la muerte? He comprendido que somos un alma en un cuerpo y que el alma es inmortal, que la vida es cíclica y que la muerte y la vida son simples cambios de estado, por lo que únicamente existe la Vida. Nuestros seres queridos al morir únicamente se adelantan en el tiempo, en ese movimiento cíclico. Debemos continuar llevándolos en nuestro corazón y comprender que nuestro dolor es sólo por su ausencia, ya que ellos continúan existiendo en otros planos de conciencia. La vida es un privilegio que debemos aprovechar para avanzar y crecer en amor y sabiduría. Es lo único que nos llevaremos. Bibliografía: “De lo físico a lo sutil” Editorial Didaco Koldo Aldai Fundación Ananta www.fundacionananta.org
Tras la justicia social y el encuentro de credos
Martes, 01 de Enero de 2008 00:00
Entrevista a José Ellacuría S. J.  Aterrizó en el Taiwán de los años 50. Allí estudió el chino y fue ordenado sacerdote. Asomaban ya entonces las chimeneas sobre el fondo de arrozales. El país comenzaba su tránsito de sociedad rural a fuertemente industrializada. Los problemas laborales no tardarían en llegar. Pronto se vio organizando el movimiento obrero, a la vista de las lamentables condiciones de las fábricas. En aquella lejana isla y sus nobles causas invirtió cuarenta años de su vida, hasta que le expulsaron. Ahora aquí, se encuentra con los últimos de Occidente, concretamente con los presos de segundo y tercer grado de la cárcel de Martutene de San Sebastián. En Loiola-etxea, junto a otros dos compañeros jesuitas, hacen vida comunitaria con ellos. Les proporcionan plato, techo y esperanza. Les acogen y les ayudan a reinsertarse. Allí le visitamos en una soleada mañana invernal. Esta idílica villa a los pies de Ulía, con profusa decoración intercultural, con anchas estancias de madera, es refugio de los presos que han conquistado un pequeño margen de libertad. En este hombre de presencia siempre cercana, de hablar calmo, sencillo y fraterno han encontrado los olvidados un asidero. José pasa los días con ellos. Cuando llega el fin de semana viaja a impartir retiros y seminarios. Desde muchos lugares le reclaman, quieren compartir esa envidiable paz que no perturbó ninguna batalla. ¿En sus seminarios abandera el “todos somos uno”? El dualismo es la enfermedad de Occidente. Nos da miedo decirlo, pero se nos ha inculcado la separación entre Dios y el ser humano, entre Dios y el mundo. Hemos colocado a Dios en el más allá y esto ha acarreado la línea divisoria entre ser humano y naturaleza, entre hombre y mujer, entre blanco y de color... No somos uno, pero tampoco somos dos. Los hindúes lo llaman el No-dos. No hay dualidad; algo en común tenemos todos. ¿Todos tenemos algo de Dios? Dios es el que es, es decir, presencia en todos y en todo. Es difícil de entender. Mejor es quedarnos con esas maravillosas imágenes: Dios es la vid, nosotros los sarmientos. Dios es relación como el océano con la ola, como la rama con el árbol; una relación íntimamente divina. ¿Por qué no hemos alcanzado entonces la unidad humana? Influenciados por Aristóteles y la filosofía griega, los occidentales hacemos énfasis en el raciocinio y en el análisis. Pero hay otro tipo de conocimiento al que no llega la razón. Quien tiene que explicar racionalmente una canción de amor, no ha entendido de qué se trata. El que nos quiere dejar estancados en el conocimiento racional de Dios, se queda atascado en una religión infantil. La división humana viene de lo que realmente no somos. No actuamos desde nuestro interior. Mi vida viene desde fuera, es vivida por los otros. ¿Vivimos poco adentro? No cabe duda que uno de los mayores déficits de las personas de hoy es la “interiorización”. Hay muchas cosas importantes en la vida, pero sólo una importa absolutamente. Puede ser valorado que tengamos éxito a los ojos del mundo, salud, riqueza... pero más valioso que todo ello es encontrar nuestro ser esencial, más allá de nuestro limitado yo personal. Sólo hallaremos la paz dándonos cuenta de quiénes somos realmente a nivel más profundo. En Arrupe encontramos un vivo ejemplo de ese vivir desde adentro. ¿Vd. ha bebido mucho en Oriente? El sumergirse en otra cultura tan distinta como la china, te da más experiencia, te hace ser menos rígido, más consciente de la debilidad humana, te facilita la comunicación y te da el convencimiento existencial de que nadie tiene toda la verdad y en todos hay algo de verdad. Al conocer a gente diferente, comienza a producirse una transformación. ¿Podemos imaginar a Ignacio de Loiola en posición loto practicando Zen, al igual que Arrupe? El Zen nos ha dado una técnica que nos permite pacificarnos, llegarnos más fácilmente a ese silencio interior tan necesario. Esta técnica no es muy diferente a la que nos proporcionaba San Ignacio en el siglo XVI. El nos habla en los Ejercicios de los preámbulos antes de la oración. Es el mismo silencio del cuerpo, de la mente y de los sentimientos, que solemos expresar en tres verbos: relajarse, centrarse y pacificarse. ¿Teólogo y sindicalista en Taiwán al mismo tiempo? Nunca he sido teólogo, pero siempre me ha interesado la dimensión transpersonal o mística de la persona humana. Allí aprendí aquél dicho Sufí: “Si escupo a uno, me escupo a mi mismo”, porque somos No-dos.. ¿Cómo vivió el perdón tras su expulsión por “cura agitador” de Taiwan? Fue el 23 de Marzo de 1989, Viernes Santo. Celebré los oficios del día en una parroquia de Hong Kong, ya en el exilio. No sentía que tenía que perdonar a nadie, era todo lógico. Si molestas, estorbas; si estorbas, te apartan. Recuerda a Monseñor Romero y a los mártires de la UCA que fueron asesinados en Noviembre de ese mismo año. ¿Necesitamos aún de la religión? Sí necesitamos de la religión, y mucho. Pero todas las religiones del mundo se tendrían que dedicar más a ayudarnos a experimentar que Dios quiere ser persona en cada uno de nosotros tal y como somos, con nuestras partes buenas y malas; que nuestras vidas son como una encarnación de Dios; digo que las religiones deberían insistir en esto más que en darnos normas éticas y morales. La espiritualidad va mucho más allá de la moral. Vds, los jesuitas se están desnudando de doctrina y de institución.. Algo de institución siempre tenemos que tener. Ahora bien, si la religión es para coger adeptos, si la religión es para controlar… sobra. Si religión es para ser únicamente altavoz de la voz de los obispos… se queda muy coja. Ahora bien, la religión puede ser ayuda para encontrar el silencio interior, para formar un cuerpo de unidad. La religión me puede ayudar a creer que una parte tuya tiene algo en común conmigo. Me puede ayudar a entender la Vida con mayúsculas, como energía infinita de Dios. Pero bueno padre.., ¿me está Vd. hablando de reencarnación? La vida no muere, tan sólo muta de una a otra. El nombre es lo de menos. Somos vida divina desde el principio. ¿Cómo vivió Arrupe ese ignorarle de Juan Pablo II? Hablo por lo que he oído a otros...: con muchísimo dolor. ¿Quién sabe de la causa verdadera de su larga enfermedad? En Oriente solemos decir que, muchas veces, las enfermedades vienen de dentro afuera y no de fuera adentro. El cuerpo nos dice cosas, que ni el mejor amigo se atreve a decirnos. ¿Mantenía contacto con su hermano Ignacio? Mientras que vivían los padres les enviábamos carta semanal y ellos nos mantenían informados unos de otros. Nunca le visité en el Salvador. Ignacio murió en 1989 y entró en la Compañía en 1947. En todo ese tiempo nos vimos en un par de ocasiones, una con motivo de la muerte de nuestra madre. Ni en los momentos más duros dudó en su compromiso con los más necesitados… Ignacio había venido a recibir un premio otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona. Antes de regresar, la situación se agravó en El Salvador y era temerario el volver. Él le consultó al Provincial de la Compañía en España y le dio plena libertad para que hiciese lo que quisiera. Ignacio marchó en el último avión. La Universidad había tenido ya cuatro atentados anteriormente. Decía Monseñor Romero que si tocas un cable de alta tensión te quemas; la alta tensión en aquel caso la constituían los militares y la oligarquía salvadoreña. ¿Cuál es su experiencia del perdón? El perdón tal como se entiende habitualmente es: “si pides perdón, yo te perdono”. Eso no es el perdón cristiano. El perdón es incondicional. En China, en lugar del alfabeto se utilizan ideogramas. Cada carácter representa una idea. Para el “perdón-misericordia” usan dos caracteres: Tze-bei. El segundo representa el mal que te ha inundado el corazón, y el primero un corazón con su delicado afecto semejante a la hierba que sobresale en un prado. Lo expresa bien la concepción budista: un corazón herido que reacciona dando amor. ¿No le costó esfuerzo alcanzar el perdón? Los que ejecutaron la matanza estaban cegados. ¿Cómo observa a los jóvenes presidiarios que Vds. acogen en Loiola-etxea? Son, en general, unas personas muy heridas. Gente que ha sufrido y que también ha hecho sufrir a otros. Muchos desde fuera piden apedrearlos, como hicieron los fariseos y los letrados con la adúltera. Jesús lo veía de otro modo. Ellos intentan cambiar de vida e insertarse de nuevo en la sociedad. ¿Cuál cree que debe ser la aportación de la Compañía de Jesús en el progreso de las profundas transformaciones que experimentamos los humanos y la sociedad en general? Lo señaló el Papa cuando recibió a los congregados de la XXXV Congregación General que acaba de terminar: En los problemas modernos, ir en la avanzada de la investigación. Al mismo tiempo, el contacto directo con la gente pobre y el trabajo por la justicia, tienen que ser nuestra prioridad. Habría que señalar también el esfuerzo que se va a poner en una mayor colaboración con los laicos, así como la necesidad de actuar como un cuerpo universal y con una misión universal. ¿Por qué los jesuitas están también en la vanguardia en lo que respecta al diálogo interreligioso? En esto no hay ningún secreto. Si hay jesuitas autóctonos muy bien formados en la India, Africa, China, Japón... es evidente que tienen que tener contacto con esas grandes religiones: Hinduísmo, Budismo, Islam... Suelen decir que los místicos de todas ellas se entienden bien; pero cuando esa fe se formatea en religión, ahí empiezan los desencuentros. Si dialogamos y nos respetamos mutuamente, conseguiremos que cada una, respetando sus creencias y su modo de relacionarse con Dios, obtenga un enriquecimiento con la experiencia de todas ellas. ¿Hasta dónde están dispuestos a ir con ese diálogo? Cuando más hondo se hace uno, se hace más libre de sus límites inmediatos y más capaz de mirar con mayor amplitud. Crece también la valentía para comenzar nuevos proyectos. ¿Aumenta la distancia entre las dos Iglesias? No todos aceptamos la existencia de “dos Iglesias”. Juan XXIII nos dijo que “los cristianos no somos monjes que cantamos el mismo canto en el coro”. La Iglesia debe ser crítica con ella misma y con todo lo que vaya contra la justicia y los derechos humanos. Esto es señal de salud más que de decadencia. ¿Los “marines del Papa” no contemplan la objeción de conciencia? El término “marines del Papa” creo que no ha sido el más indicado. Son títulos que ponen las editoriales para atraer la atención de los lectores. Casos de objeción de conciencia en la Compañía son relativamente frecuentes. Un ejemplo de ello es la reacción de algunos teólogos a los avisos de la Curia Romana. Koldo Aldai Fundación Ananta
Graciela Figueroa: danzando hacia el propósito del alma
Jueves, 27 de Diciembre de 2007 00:00
La directora de Río Abierto en España cree que la transformación hacia un mundo mejor es un hecho imparable  27-Dic-07 Uno de los modos de expresión preferidos de Graciela Figueroa (Uruguay, 1944) es la danza. Por eso su manejo de las palabras está tocado con la coherencia de quien vive traduciendo a lo terrenal el lenguaje del alma que es la música. Y la música le regala además una metáfora que le ayuda a explicar su principal certeza: el tono que marca la sinfonía del Universo es el amor-sabiduría. Lo dice así, como si no pudiera concebir esos conceptos por separado. Bailarina desde los dos años y dedicada en cuerpo y alma a la transformación en la que cree, Graciela Figueroa se muestra segura en esta entrevista con Fundación Ananta, de que nadie puede frenar ya el cambio hacia un mundo más justo y mejor para todos. Desde la organización Río Abierto www.espaciodesarrollo.org.uy y www.rioabierto.es cuyas delegaciones en España y Uruguay dirige, propicia en cientos de alumnos, a través del movimiento y la expresión de los diferentes cuerpos, la posibilidad de explorar nuevas formas de estar en el mundo, y de intentar avanzar por el camino de la libertad hacia su propósito genuino. En la escuela, que nació en Buenos Aires de la mano de María Adela Palcos, los profesores que se forman no enseñan tanto a bailar como a reconocerse en el propio movimiento y en la propia transformación, y a ayudar a los demás a encarnar en el cuerpo los dictados del alma. En Uruguay acaba de dar a luz una fundación que lleva su nombre y que se apellida “para la Paz y el desarrollo armónico” con la que facilita la expansión de todo su trabajo docente, terapéutico y creativo hacia sectores de la sociedad desfavorecidos, en los campos de la educación, la salud, el arte y la convivencia. Fundación Ananta: ¿Qué hace importante danzar? Graciela Figueroa: Ocupar el espacio, moverse, ayuda mucho en el bienestar, no sólo del cuerpo físico energético, sino también emocional y mental; crece la confianza en uno mismo y también en el mundo. Vivimos muy por debajo de lo que somos, incluso en lo mecánico, y la danza ayuda a ocupar otros espacios y a completarnos como personas; a armonizarnos. FA: ¿Se trata de un camino espiritual? GF: Es evidente que bailando se transforma la energía, el nivel del ser de la persona; la gente se siente en general mejor. Como todo, depende de cómo lo uses, pero tiene esa posibilidad clara. El baile, a través de los siglos ha sido visto como una forma de conexión… Me viene a la memoria un evangelio apócrifo de San Juan, en el que Jesús aparece danzando en círculo y dice: “quien no danza no sabe qué va a pasar”. FA: ¿Cómo se entiende que resulte expansivo para la conciencia? GF: La persona que trabaja para su realización, para completarse como ser humano, cada vez escucha más la voluntad del Todo. Que cada uno ponga la palabra que quiera: Dios, Diosa, Universo, Cosmos, Inteligencia suprema…. Las voluntades se unen. Cuando busco lo más profundo en mí, eso se une a la voluntad cósmica… Todo lo que conecta más con uno, conecta con los otros. Ayuda a entenderse a sí mismo y a los otros. FA: Ahí hay un comienzo para un cambio de paradigma GF: Cuando intento hacer lo mejor para mí y para los que me rodean de una manera honesta, eso me va guiando hacia algo que es bueno para todos; si busco desanudarme, limpiarme, inmediatamente lo reflejo en mi familia, en mi trabajo, en todo. Es de una potencia enorme y apoya la certeza de que el mundo puede ser lo que queremos todos. FA: Sin embargo, cuerpo y espíritu están tan distantes a veces… GF: Hay personas que dicen “esto es espiritual, y esto otro es material”, pero yo creo que lo espiritual está en todo. Al articular las ideas, a veces queremos poner el espíritu en el cielo y la materia en el suelo… da igual cómo separes los nombres… está todo en todo. Puedes mirar para abajo y llamarlo tierra, mirar para arriba y llamarlo espíritu, o puedes mirarlo todo como una unidad. FA: ¿Por qué resulta tan especial bailar en grupo? GF: Se vivencia el sentimiento de que un poquito que cada uno haga es enorme y produce el máximo milagro. Ahí sentimos que todos somos uno, y a la vez cada uno se siente único y con su propio lugar, sin necesidad de pelearlo. Eso crea una sinergia que hace que la energía se multiplique, que cambie de estado, que dé el salto cuántico. FA: Se entiende muy bien ahí el manto de amor-sabiduría GF: Tiene que ver con la energía que -dicen algunos y yo también lo siento- lo une todo. De alguna manera nos cubre y, de otra, nos sostiene y nos mueve. Como cuando decimos Rapsodia en Do mayor, es esa nota, ese rayo que marca todo. Hasta los científicos dicen ya que somos más espacio que materia, si es que cabe hacer la diferencia. Se dice que hay siete rayos activos en el Sistema Solar, y cinco más que se están manifestando… Esto corresponde a una explicación de las que ha llegado en forma de irrupción creativa, espiritual. Como siempre, cabe preguntarse si es verdad cien por cien; yo hablo de ello si siento que va a ser bueno para nosotros, “por sus frutos los reconoceréis”. Con frecuencia en clase trabajamos los tres primeros rayos: uno es la voluntad de vida, la energía que tiene más que ver con el cuerpo, y el tercero es la inteligencia activa, que tiene que ver con la luz, la intuición, la imaginación, la inspiración… Entre ambos estaría este segundo rayo, de amor-sabiduría, esta cualidad que lo une todo. FA: Cada aspecto parece independiente. GF: El camino de permitir llegar el Cielo a la Tierra, que parece que todos queremos, pasa por armonizar todas esas inteligencias que tenemos los humanos; que trabajen juntas sin interferirse: que mi instinto de supervivencia no invada mi centro intelectual, que mi intelecto no mate mi corazón; que estén alineadas y en armonía… Se trata de una integración dinámica y adecuada a cada momento FA: ¿Es posible otro mundo? GF: La transformación está ocurriendo ya, en este momento, por todos lados. El poder del amor y de la luz es algo que nadie puede frenar ya, aunque en las noticias veamos cosas muy distintas. FA: La situación del planeta es alarmante GF: Algunas cosas “negativas” están ayudando a crear esa conciencia. En cualquier lado se ha oído hablar del cambio climático, y eso ya es un sentir el ser de la tierra. Son cosas que dan la pista de que, siendo individuos indivisibles y únicos, somos también una humanidad única. Cada uno con su espíritu, pero una sola humanidad y habitando en una sola tierra. Y los niños tienen ahora una conciencia inmensa. FA: ¿En qué medida son responsables los empresarios? GF: Todos tenemos una parte de responsabilidad. Son fundamentales los empresarios con una conciencia expandida; necesitamos su ayuda para este mundo nuevo que queremos y para el que trabajamos tantos. Ellos saben cómo llegar a la abundancia para todos, que es la real. FA: ¿Alguna recomendación? GF: Que ayuden a que el dinero circule bien, que lo pongan al servicio de ser más felices y de crear felicidad y que se abran a ese tipo de abundancia verdadera. Les recomiendo que chequeen si durante su actividad están abiertos a la guía del corazón y si no han invadido el intelecto con el objetivo único de ganar dinero. En principio, la intención es noble porque el dinero da fuerza, seguridad… El problema es cuando eso invade los centros más altos y se piensa que el dinero es lo único. Todo está en todo, porque la luz lo ilumina todo, y el amor es vida, pero fortalecer la alineación de todos los centros es lo que conduce a la sincronicidad y a la abundancia real. FA: ¿Conoces empresarios abiertos a esa clase de abundancia? GF: Esto parece como un reclamo, pero una vez fui a un encuentro que se llamaba Congreso de empresarios para la expansión de la conciencia. Había gente que estaba en los primeros puestos del ranking de los más ricos del mundo y su fórmula de éxito había sido apostar por lo mejor de cada empleado. Se desenvolvían abiertos a la abundancia, tanto desde la inteligencia como desde el amor y la fuente de vida. Es todo un tema. FA: ¿Crees que es más feliz cuando se pone al servicio de los demás? GF: No tengo la menor duda; si se hace con la conciencia adecuada, es una ayuda a sí mismo y se traduce en que tiene una vida mejor. FA: ¿Por qué le sirve a un empresario hacer ejercicio físico? GF: Es importante; a veces se abren mundos, se ocupan partes nuevas del cuerpo y de la emoción aliada, y también de la mente, de su inteligencia; es muy transformador. Cualquier deporte es ya algo, porque pone en funcionamiento el cuerpo, que tiende a completarse y completar su vida. Todos tenemos pendiente desarrollar algún aspecto. Pero hay formas de ejercitarse que asumen a todo el ser humano, no sólo a su cuerpo físico. FA: ¿Cuál es el objetivo de la “empresa” Río Abierto? GF: Tiene que ver con dejar llegar a la tierra nuestra verdadera herencia. Somos seres en crecimiento, no estamos acabados. En Río Abierto nos ayudamos a despertar, a ver la autenticidad de nuestros impulsos, cada vez más profundos. Se trata de encontrar, al final, el propósito del alma. Tratamos de ver nuestra responsabilidad, con nuestras visiones, acciones y sentimientos de cada instante. Formamos parte de las escuelas y seres que se asumen como cocreadores y colaboradores en la posibilidad que tiene la humanidad de dejar llegar el Cielo a la Tierra y la Tierra al Cielo. FA: ¿Qué hay de la Fundación Graciela Figueroa para la Paz y el Desarrollo armónico? GF: Acaba de nacer en Montevideo, con la vocación de promocionar el desarrollo a través de las áreas del arte, educación salud y convivencia; es como un impulso para los proyectos sociales que estamos haciendo a pulmón. Hay todo tipo de clases, trabajos en hogares, con niños delincuentes… Las personas que se están formando en Río Abierto en Uruguay trabajan con adolescentes facilitándoles terapia corporal. Desde la salud o el arte, podemos llegar a áreas que de otra manera no se podría. Muy poco a poco pero con una altísima motivación y propósito. Lola Bastos www.fundacionananta.org
"El Cielo en la Tierra", nuevo libro de Ramiro Calle y Joaquín Tamames
Miércoles, 21 de Noviembre de 2007 00:00
Los derechos de autor son para Fundación Ananta
21-nov-07- Queridas amigas y queridos amigos de Fundación Ananta: Informamos de la aparición del libro ”El cielo en la tierra”, prologado por Jorge Carvajal, y en el que los autores comparten con el lector una correspondencia ocurrida entre septiembre de 2006 y agosto de 2007.
El titulo ha sido editado en la colección Fundación Ananta de Lid Editorial, que se ha convertido en una editorial de referencia en el mundo del management.
Este es el tercer libro editado en 2007 bajo esta colección Fundación Ananta dentro de Lid Editorial, y puede encontrarse en:
1.- Librerías, aeropuertos y estaciones de tren.
2.- En Lid Editorial, bien pidiéndolo por internet (www.lideditorial.com) o hablando con la editora Helena López-Casares o con la Directora de Comunicación, Aldara Barrientos. Su teléfono es 91 372 90 03.
3.- En Fundación Ananta, mediante transferencia en concepto de donación voluntaria, a la cuenta número 2100 4991 6022 0004 2306. El importe, incluido envío por correo, es de 16 euros, y se emitirá certificado de donación, deducible fiscalmente, si en el pedido por email se incluyen los datos de dirección y DNI. Los pedidos pueden hacerse a
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
y a
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
Los derechos de autor de Joaquin Tamames serán ingresados en Fundación Ananta, cuyos actos y actividades son todos gratuitos.
Jesús Alonso o la fe en la fuerza de un grupo de personas unidas por una visión común.
Sábado, 27 de Octubre de 2007 00:00
Entrevista al asesor de empresa mexicano  27-Oct-2007 Ha hecho su carrera al otro lado de las aguas. Es asesor de empresas y consultor de sistemas en Monterrey. Orienta a corporaciones mexicanas en calidad y rendimiento humano, pero sobre todo alienta y fortalece almas. Director fundador del Instituto Conciencia Siglo XXI, se ha especializado en la capacitación y desarrollo de habilidades personales y profesionales a través de técnicas de Programación Neurolingüística e Inteligencia Emocional. Alonso es también director internacional de la Escuela Espiritual OROMU con sede en la misma ciudad norteña. Esta moderna escuela de crecimiento personal cuenta con una docena de delegaciones en México y otras diez en otros países, entre ellos España. Charlamos con él sobre la nueva empresa en su reciente visita a España, donde ha impartido diferentes cursos para el “desarrollo del potencial interno” dirigido al personal sanitario de la Comunidad de Madrid. ¿Es la empresa motor de cambio social en positivo? No lo es actualmente, al menos no, en muchos países, pero puede llegar a serlo si se despierta una conciencia social entre los empresarios. La empresa vive en una sociedad formada por empresas, su competencia, sus aliados, sus proveedores y muchas veces sus clientes son otras empresas. Ellas se acostumbran a vivir en medio de una sociedad de entes virtuales y poco a poco se pierde el sentido social humano que la motivó a formarse. ¿En qué medida la empresa contribuye a esa evolución social? Los trabajadores son tomados por los empresarios como “recursos” humanos y eso configura en gran medida lo que piensan de ellos y cómo los tratan. Pero los trabajadores son seres humanos, no recursos, deben ser tratados como entes que aportan más que sus manos, pies y cabeza a la empresa. Ellos aportan valores, sentimientos y visiones que le dan una personalidad a la empresa. Una empresa puede dar dirección a estos elementos y formar a una pequeña colectividad social, “los trabajadores” con una identidad propia, con sentido de pertenencia, creando sinergias y motivaciones adicionales a las propias del trabajado. Esto los convierte en personas realizadas, identificadas con la empresa y comprometidas con el desarrollo del ente moral (que es la empresa) que a su vez contribuye al avance de la sociedad.  ¿Cuál es el paradigma de la nueva empresa? Observo una nueva empresa que está despertando a la realidad de que sus trabajadores son más que recursos. Ellos también tienen una idea de cómo les gustaría que su empresa fuera. Ellos conforman una misión y una visión y actúan en esa dirección. La nueva empresa trabaja mucho más en la conformación de una misión, una visión y unos valores comunes que permiten extraer de las personas que ahí colaboran lo mejor de cada una de ellas. La fuerza de un grupo de personas unidas por una visión común hace que pasen de ser un simple conjunto de personas a un equipo de trabajo. ¿Cuáles con sus aspectos diferenciadores con respecto al pasado? Pienso que en la nueva empresa se reconoce que su fuerza radica en la medida en que su personal esta comprometido con la misión y visión para la que trabajan. Un grupo es más poderoso en la medida que la misión, la visión y sus valores son más uniformes que los de su competencia. Un trabajador siempre dará más por su empresa si se siente parte de ella, esto trae una consecuencia económica apreciable y una ventaja competitiva que puede ser decisiva en el mercado de hoy. ¿En qué medida es importante el establecimiento de relaciones de confianza entre los diferentes agentes de la empresa? El precio de la desconfianza se paga muy caro. Basta calcular cuánto cuestan las medidas de seguridad que una empresa debe mantener para evitar que sus empleados los defrauden o abusen de su confianza. Cada nuevo trámite, cada nueva firma de autorización que uno incluya en un determinado proceso, lo vuelve más caro y va agregando costes a la economía de la empresa. En los organigramas el personal de seguridad es otro elemento que tiene que ver con el control y la desconfianza que buscan muchas veces, no tanto hacer eficientes los procesos, sino controlar los abusos de los empleados. Por otra parte en el exceso de trámites que muchas entidades gubernamentales tienen se busca principalmente evitar los abusos y no tanto hacer eficientes los procesos. Esto encarece todo y lo vuelve más lento en un mundo donde la velocidad es un agente de competitividad importante. Todo esto hace evidente que en la medida que una empresa cree un ambiente de confianza entre su personal, puede ir construyendo un sistema de trabajo donde lo único verdaderamente importante es cumplir con la misión y caminar hacia la visión manteniendo sus valores como ejes fundamentales de este recorrido. ¿Están los agentes laborales preparados para los nuevos cambios? He conocido algunos casos donde esto se da pero son generalmente empresas medianas cuyos directores han sido formados con una fuerte orientación hacia los valores humanos. Ellos están produciendo cambios importantes y han obtenido impresionantes logros. Sin embargo hace falta que esta formación llegue a más personas. Hay múltiples evidencias que apuntan a que la presión que reciben los ejecutivos de las grandes corporaciones los llevan a sacrificar sus vidas personales. Es preciso entonces analizar si el verdadero sentido de trabajar en una de esas empresas se está cumpliendo. Si una empresa no es capaz de ofrecer a sus empleados un campo donde pueda realizarse como profesional y enriquecer con esto su vida personal, entonces uno debe preguntarse si esa empresa estará cumpliendo su función como tal. ¿Dónde encontramos las mayores dificultades para la implantación de la nueva empresa? En los paradigmas vigentes. Uno crece como empresario en medio de un mundo que nos enseña la competencia despiadada y hay muchos que piensan que ser duros con el personal y con los competidores, redundará en beneficios para la empresa. Cambiar un paradigma requiere un enorme esfuerzo además de una valentía y creatividad que sólo raras veces coinciden en una persona y si esta persona debe ser empresario, pues se hace más difícil todavía. ¿La transformación de la empresa es una transformación de la conciencia o algo más? En mi opinión todas las obras que el hombre hace son un reflejo de su conciencia, una empresa siempre refleja la forma de pensar de la persona que la creó o del pequeño grupo que la dirige. Por supuesto que la transformación de la empresa deberá ser el fruto de una nueva conciencia que deberá aparecer entre las nuevas personas que la integran o bien entre las mismas personas que la formaron, una vez que adoptan una nueva visión e integran en su misión nuevos elementos. ¿Cuáles son sus consejos para un empresario español con mente abierta para el cambio? La nueva empresa debe nacer del nuevo empresario, entonces lo que debemos reconocer es que será sólo a través de un cambio en la forma como el empresario se concibe a sí mismo y como concibe a su empresa. Me explico: hay dos cosas que determinan la forma como una persona actúa en el mundo: su visión de sí mismo y su visión del mundo en el que actúa. Una vez que el empresario se redefina a sí mismo como un agente de cambio social y entienda que su empresa tendrá un mejor futuro en medio de un mejor mundo, buscará no sólo redefinir su empresa sino reorientar su función para lograr junto con sus empleados (que es la parte del mundo donde puede actuar directamente) influir en el cambio social. ¿Cómo combatimos el stress generado a menudo por la actividad empresarial? El stress nace de no poder aliviar las presiones que se sienten al tratar de cumplir las expectativas que se tienen del rol que a una persona le ha tocado desempeñar. Para combatir el stress se requieren dos elementos fundamentales: por supuesto una serie de técnicas que a nivel personal le ayuden al manejo de estas tensiones y un ambiente de trabajo que promueva la labor de equipo y cree un clima laboral relajado. Siempre será más fácil relajarse en la oficina o en el campo laboral, si contamos con un equipo de personas dispuestas a ayudarnos. ¿Alguna receta concreta...? Sí, empecemos con la empresa: 1. Practicar una sana administración del tiempo. Una empresa debe tener una cultura que promueva un buen manejo de agendas y compromisos (hay varios cursos que enseñan como hacer esto). 2. Muy amplias vías de comunicación tanto verticales como laterales, que permitan hablar sin barreras, formular autocríticas, elaborar iniciativas en todos los niveles de la organización. Siempre dentro de un ámbito de respeto. 3. Mantener dentro de la agenda de la empresa una serie de eventos sociales que permitan la convivencia del personal en otros campos además del laboral. A nivel personal: 1. Controlar la respiración. Debemos concentrarnos en la respiración y dejar que el aire llene los pulmones completamente, hacerlo cerrando los ojos e imaginando que el aire es una especie de gas relajante que poco a poco va eliminando todas nuestra tensiones. 2. Poco a poco ir tensionando nuestros pies (o moverlos con fuerza no con velocidad), mantenerlos unos segundos así y luego con una exhalación relajarlos. Seguir con las piernas, las tensionamos, las mantenemos por unos segundos tensas y luego con una exhalación las relajamos. Repetimos lo mismo con nuestra espalda, luego nuestros brazos, el cuello y terminamos con la cara. Siempre las relajamos con una exhalación. 3. Dejamos que nuestro cuerpo disfrute de la sensación de estar relajado y nos decimos a nosotros mismos: “ahora estoy en paz y repongo energías”, luego de unos momentos, nos decimos: “ahora estoy lleno de energía” respiramos fuertemente, varias veces al tiempo que nos repetimos estos pensamientos y abrimos los ojos sintiéndonos radiantes de energía. Este ejercicio debe repetirse varias veces al día y sobre todo cada vez que nos sintamos tensos. En casos de estrés crónico, es conveniente que la persona repita el ejercicio cada 2 horas por espacio de al menos 10 minutos. Poco a poco el cuerpo irá aprendiendo a hacerlo de manera automática. La Redacción Fundación Ananta
Mayor Zaragoza: Una democracia nueva se está abriendo camino
Lunes, 03 de Septiembre de 2007 00:00
El ex director general de la UNESCO cree que ha llegado el momento de la acción  3-Sep-2007. Tenemos, todos juntos, que inventar nuestro futuro; tenemos, todos juntos, que hacer posible la paz… Son palabras de John F. Kennedy que en Federico Mayor Zaragoza hacen eco. Porque cree en la humanidad, cree en “Nosotros, los pueblos” a los que alude la Carta de las Naciones Unidas. En una entrevista con Fundación Ananta, el ex director general de la UNESCO y máximo responsable de la Fundación Cultura de Paz se muestra convencido de que las posibilidades que abren los nuevos medios de comunicación, a través de Internet o de la telefonía móvil, van a dar un vuelco a lo que hoy se interpreta como democracia, y pueden contribuir por ejemplo a una mejor representatividad social en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Persuadido de que todos los hombres somos iguales en dignidad, cree que todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad en imprimir al mundo el cambio que necesita; destaca el papel al respecto que tienen los empresarios, y reclama un mayor protagonismo de la mujer en las grandes decisiones porque entiende que su respeto inherente por la vida es una garantía para la cultura de paz. Se declara creyente pero rechaza que lo que defiende esté ligado a ninguna religión ni ideología, insiste en la necesidad de asumir la ciudadanía plena que nos hace seres proactivos, sin miedo y con autoestima, en lugar de súbditos silenciados, y reclama prestar atención a “los invisibles” para seguir avanzando en alcanzar “los imposibles”. Fundación Ananta: ¿Cómo hacer ver que otro mundo es posible? Federico Mayor Zaragoza: Lo que conviene hacer ver es que ha terminado la época de súbditos resignados; que tener ciudadanía plena implica llevar las riendas del propio destino, no seguir siendo espectadores, indiferentes, inactivos, esperando que alguna instancia local, nacional o internacional resuelva. La Carta de las Naciones Unidas, surgida en el crítico año de 1945, después de una guerra atroz, de un holocausto, de un genocidio, del uso de las más abominables prácticas de exterminio, empieza diciendo “Nosotros, los pueblos”. El presidente norteamericano Roosevelt, que fue el que diseñó en buena medida el sistema de las Naciones Unidas, pensaba que era la gente la que tenía que resolver determinados problemas. FA: ¿Qué pueden hacer los pueblos? FMZ: Evitar la guerra a nuestros hijos. Miremos a las generaciones venideras; del pasado sólo hay que extraer las lecciones, y el presente es tal como es porque no adoptamos precisamente medidas correctoras en su tiempo. El compromiso supremo es el futuro y tenemos que cambiarlo, ha llegado el momento de la acción. Antes no podíamos, porque la posibilidad de participar era muy limitada: Democracia no es ser contado, sino ser tenido en cuenta, que es muy diferente. FA: ¿Qué falta para ese ser “tenido en cuenta”? FMZ: La participación de los ciudadanos cuando nos convocan a elecciones en medio de una publicidad y de un sistema absolutamente desquiciado, está muy bien, yo no voy a ir nunca contra las urnas, pero para ser verdaderamente tenido en cuenta es necesario tener una actitud proactiva, -no esperar a ver cuándo nos movilizan por una catástrofe- es precisa una actitud a favor de aquello que pensamos que es nuestro gran deber: nuestros hijos y nuestros descendientes. Hasta ahora, tanta gente no ha hecho nada por pensar que podía hacer muy poco… FA: Parece imposible hacer algo eficaz, con todo lo que hay que cambiar… FMZ: Se lo oí a Madre Teresa directamente, cuando Dominique Lapierre le dijo que lo que hacía por su institución apenas era una gota de agua. Ella respondió rápidamente: “si esta gota no existiera, el océano entero la echaría de menos”. Tenemos que darnos cuenta de que toda acción, aunque sea muy poca, es válida, y que hoy ya la podemos hacer. FA: ¿En qué medida tenemos ahora más capacidad? FMZ: Hoy disponemos de unos medios de comunicación que nos permiten una participación no presencial. Éste es un tema que tenemos todos que intentar explotar; ya no es necesario que nos hallemos en una ciudad, un día concreto, detrás de una pancarta determinada. Ahora podemos, a través de mensajes de móvil o Internet tener una participación oficial precisa acreditada. Esto en quince años va a dar un vuelco a lo que hoy se interpreta como democracia, incluidas las Naciones Unidas. Los “pueblos” ahora no son pueblos sino Estados y a veces representan al pueblo pero otras veces no, o lo representan mal. Ahora vamos a poder decir: “¿por qué no votamos a los representantes del pueblo en la Asamblea General?”. Podría haber una participación mundial de gente que presta su apoyo a uno u otro candidato a través de estos medios. Puede convertirse realmente en una nueva era de las instituciones democráticas. FA: Nos sentiríamos útiles, recuperaríamos la autoestima… FMZ: No se puede vivir sin autoestima. Por eso es tan importante que abandonemos esta abdicación de los valores a favor de leyes de mercado. ¿Cómo puede ser que la economía se rija por unas leyes de mercado que están guiadas por intereses a corto plazo? La economía, como todo, debe guiarse por los valores: justicia, libertad, igualdad y solidaridad. Una vez son estos los principios universales que mueven la inmensa diversidad de seres humanos, viene la autoestima, porque uno se reconoce igual al otro. Cuando nos dicen: sea usted mujer u hombre, blanco o negro, de una religión o de otra, usted tiene reconocida la misma dignidad exactamente que cualquier otra persona, en ese momento no hay discriminación, y no hay exclusión, y no hay frustración, y no hay radicalización, y no hay estas asimetrías y estas disparidades en el acceso a bienes materiales, a medicamentos, a alimentos… FA: Eso resolvería conflictos principales en el mundo FMZ: Es tremendo pensar que se mueren de hambre todos los días 60.000 personas y que al final todos consideramos que esto es una especie de “producto residual normal” de este sistema, y que todavía hay quien lo defiende. ¿Cómo se puede defender un sistema que ha hecho que la brecha, en lugar de reducirse, se haya ampliado? Yo mismo, durante algún tiempo, pensé que quizá había alguna solución que yo no veía, en esta movilización del mundo a través de las grandes empresas, de la privatización, porque había gente aparentemente bienintencionada ahí… Pero no ha sido así. La prueba es la miseria, la indigencia, las condiciones en que tantas gentes viven, el incumplimiento reiterado de promesas… A África le hemos dicho veinte veces que ha llegado su momento y nos miran cada vez con esos ojos de esperanza… Y otra vez bluf, y vuelta,… y la frustración puede llevar a la radicalización, al uso de la fuerza. No lo justifica pero lo puede explicar. FA: ¿Qué importancia tiene la mujer en todo esto? FMZ: Yo la sitúo en primer lugar. Durante siglos, la mujer ha estado supeditada, y la sociedad de hoy, esta sociedad globalizada que algunos pretenden todavía justificar, está consolidando este mando supremo por parte de los hombres. El 95 por ciento de las decisiones hoy las toman los hombres. En el momento en que vea cambiar eso, diré que la cultura de paz empieza a ser posible; en el momento en que vea que los presidentes de las grandes compañías, los directores de los grandes bancos, los presidentes de las naciones son mujeres… que empieza a haber mujeres a este nivel de toma de decisiones, la autoestima que esto va a generar, esta nueva dimensión de la mujer, esto será fundamental. FA: Ha habido algún intento, y se ha dado el concepto de “mujer cuota” FMZ: Evidentemente, no estoy hablando de aquello, para cumplir. Necesitamos esta visión femenina, de tantos matices, para este cambio radical que queremos. Para pasar de una cultura de violencia, de fuerza, de imposición, de extremismo, de dogmatismo, de fanatismo, a una cultura de conciliación, de conversación, de diálogo, de entendimiento, hay que tener ese respeto inherente a la vida que tiene la mujer. (Esto no todas lo tienen y hay algunos ejemplos preclaros de mujeres que han ocupado posiciones de relieve político y sin embargo no han tenido el menor rasgo de esta naturaleza). Ha llegado el momento, en este siglo, en este milenio, de cambio de surco, y se van a llevar sorpresas los que no lo quieran ver. FA: ¿Cuánto pueden hacer los empresarios a favor del cambio que parece deseable? FMZ: Admiro a los empresarios. Como científico, entiendo que para transformar la realidad, esta realidad que no nos gusta, hay que conocerla; si sólo la conocemos de manera epidérmica, sólo la podemos transformar de manera epidérmica. Y admiro a los empresarios porque, además de atreverse a saber, saben atreverse, cosa que muchos no sabemos. Nosotros aportamos conocimiento pero no sabemos a veces aplicarlo. El riesgo sin conocimiento es peligroso, pero el conocimiento sin riesgo es inútil. Y los empresarios son los que dan al conocimiento esta capacidad, los que buscan su aplicación en el momento oportuno, y que esto genere riqueza y puestos de trabajo. Siendo director general de la UNESCO, le pedí a Jacques Delors un informe sobre la educación en el siglo XXI, en el que apeló a aprender a conocer, a aprender a hacer en virtud del conocimiento y a aprender a ser, a ser uno mismo, uno mismo con autoestima, sabiendo que cada uno debe actuar; Delors añadió aprender a vivir juntos, y yo he añadido otro: aprender a emprender. Y para eso, necesitamos la proximidad de los empresarios. Las universidades deben estar con los empresarios, y no en asociación esporádica o eventual. Porque de ellos es de los que podemos aprender a emprender. FA: Vuelve a aparecer la autoestima… FMZ: Algunos se oponen a la enseñanza de la ciudadanía, y argumentan que es para formar en determinadas ideologías. No es cierto. Es para decir, exactamente, a los ciudadanos, a ellos y a ellas: miren, todos somos iguales en dignidad, todos tenemos que tener acceso, sin prioridades, todos tenemos que jugar los mismos papeles y tenemos que ser capaces de cambiar de una economía de guerra a una economía de paz. FA: ¿Estamos en condiciones de dar ese giro? FMZ: Sí, lo vamos a lograr. Ahora, los pueblos ya no aceptan supuestos que antes parecían inevitables desde las instancias de poder. Los súbditos pensaban que había cosas irremediables y que a veces no había otra salida que entregar la propia vida. ¡Nuestra propia vida, nada menos! Todo esto ha concluido. Yo soy un hombre creyente, pero lo que no puedo aceptar es ni posiciones dogmáticas, ni posiciones fanáticas, ni posiciones extremistas de nadie, incluido, desde luego de mi propia religión. Forma parte de la autoestima, ¿Cómo voy yo a aceptar que alguien me pida obediencia ciega a algo? Se ha terminado. A partir de ahora, estos ciudadanos adormecidos, uniformizados, receptores, espectadores… se movilizarán. FA: El siguiente paso parece natural… FMZ: Progresivamente habrá un montón de gente que estará activa, que estará proactiva, que se movilizará, que dirá que “no” cuando no esté de acuerdo, que aplaudirá cuando apoye; que dirá que no quiere la violencia porque piensa que los conflictos -que siempre existirán- se pueden solucionar a través del diálogo y del entendimiento, que no hay ninguna creencia que deba ser impuesta a ninguna otra, que no hay ningún tipo de raza que deba imponerse a otra, que no hay ningún tipo de género que deba imponerse a otro…Todo esto está llegando a la madurez. FA: ¿Como una revolución silenciosa? FMZ: Mejor que lo reconozcan, y que piensen que a veces la diferencia entre evolución y revolución, es sólo una “r”, la “r” de “responsabilidad”. Los que no quieren la evolución a veces se merecen la revolución, y la revolución no es buena para nadie; yo no la aconsejo a nadie. Precisamente lo que creo es que hemos estado durante siglos en una cultura masculina de imposición, de fuerza, de músculo, de que “si quieres la paz prepara la guerra”. Y que ahora ha llegado el momento de decir: “si quieres la paz, ayuda a construirla con tu comportamiento cotidiano”. Tú, tú también; no estés de espectador, mirando, porque de momento te pedirán que tu hijo dé su vida por causas que no conoces o no compartes. FA: Es esperanzador ver evidencias de ese cambio FMZ: Hay síntomas, muchísimos, de que están cambiando mucho las cosas, y en todo el mundo, si bien hay países donde la gente todavía piensa que todo tiene que seguir como hasta ahora. Mire América Latina, el cambio tremendo que ha dado: ya no se dan en América Latina las situaciones que facilitaron una Operación Cóndor indigna, en la cual fueron determinantes los Estados Unidos. Yo admiro a los Estados Unidos; son los de la Sociedad de Naciones, los de Roosevelt con las Naciones Unidas, los de Kennedy y de mucha gente que ha tenido una visión de futuro extraordinaria, pero también son los que en determinado momento han impuesto la Operación Cóndor, y han cambiado presidentes por militares. Pero ¿cómo se puede imaginar que en la persecución de lo que ellos llamaban “comunismo” -por cierto, se les ha olvidado China- cómo es posible que hayan hecho todo eso? Pues “todo eso” ya no existe ahora. Esta posibilidad de decir aquí fuera el señor éste, y ponemos aquí al otro, y aquí este país lo explotamos…! 27 compañías internacionales estaban explotando las fuentes de energía de Bolivia cuando allí no tenían casi nada que ponerse en los platos. Y cuando uno mira Sudáfrica puede ver que, gracias a la genialidad de Mandela y de Le Clerk, ha superado el “apartheid” racial, pero ¿y el apartheid social? ¿Lo ha superado? Todo eso es lo que tenemos que saber ver. FA: ¿Es necesario tener convicciones espirituales para compartir estas reflexiones? FMZ: Soy un científico que no ha encontrado respuesta a las preguntas esenciales, y pienso que la mayor parte de la gente tiene unos principios en los que cree, ya sea por necesidad de trascendencia o por inquietud de búsqueda. Hay mucha gente agnóstica y en permanente búsqueda, que se da cuenta que no hay argumentos ni para demostrar que sí ni para demostrar que no. Yo no puedo establecer ningún paralelismo entre las propuestas de futuro y de dignificación general de la humanidad y de toma de conciencia a escala global, con ninguna falta de fe o con ninguna fe determinada. Esto es inherente a cada uno de los seres humanos, a cada ser humano único, cada ser humano capaz de crear; ésta es nuestra esperanza, es nuestra maravilla. Por tanto, cada uno debe crearse su propia personalidad y su propio semblante. Las preguntas están ahí, y las respuestas pueden ser de espera, de inhibición o de adhesión a determinadas culturas religiosas. Lo que es seguro es que la existencia es un misterio, que a algunos nos parece un milagro… Desde luego, lo que no se puede hacer es la técnica del avestruz, no tenemos que esperar a los tsunamis, no tenemos que esperar a las catástrofes,… ahí todos nos mostramos solidarios ¿por qué? Ojos que ven corazón que siente… Tenemos que ver más allá de lo que nos muestran los medios de comunicación. FA: ¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación? FMZ: Los medios de comunicación hacen bien; la información se refiere a lo extraordinario, a lo atípico, al tsunami. Nadie nos dice permanentemente: “los mares han estado hoy estupendamente en todo el Planeta, la gente ha disfrutado del mar”… Nos dicen cuando hay un tsunami, cuando hay un terremoto, cuando hay un señor que ha pegado un navajazo, pero no nos dicen todos los días que 44 millones de personas han sido capaces de vivir normal y apaciblemente, y que “6.300 millones de personas que pueblan la Tierra, en general, se han comportado dignamente, apaciblemente”. Esto no nos lo dicen las noticias, pero lo tenemos que ver, porque así podremos hacer lo que ayer era imposible y hoy es posible. FA: Conviene recordar esos “imposibles”, que han dejado de serlo FMZ: ¿Quién nos iba a decir que hoy en Sudáfrica habría un presidente negro? ¿Quién nos iba a decir que hoy toda la Unión Soviética, gracias a la genialidad de Gorbachov, iba a ser un espacio que busca la democracia, que está incorporado plenamente a un gran proceso de libertad? Estos eran los imposibles …es que la paz es imposible Guatemala… ¡Posible!; ...Es que la paz es imposible en El Salvador… ¡Posible!; …es que la paz es imposible en el Ulster… ¡Posible!: es que la paz es imposible en Mozambique… ¡Posible! Tantos imposibles ayer, hoy posibles; tanta discriminación ayer en relación a la naturaleza y a los aspectos sentimentales de la gente… Imposibles ayer, posibles hoy. FA: ¿Cómo ha llegado a ser posible tanto? FMZ: Porque cada ser humano es capaz de crear. Y lo que no tenemos que hacer es esperar a que sólo nos despierten de nuestra distracción y postración los grandes acontecimientos y las grandes catástrofes. Que nos despierten también los invisibles. Estos invisibles que se mueren cada día invisiblemente; que seamos capaces de ver el conjunto de la humanidad. Como dijo el Premio Nobel de la Paz de 1985, tenemos que ser capaces de ver no sólo lo que nos muestran, sino el conjunto, lo que queda invisible; porque sólo viendo los invisibles seremos capaces de hacer los imposibles. FA: Sobran argumentos para defender el reparto de la riqueza FMZ: En la aldea global, el 20 por ciento de la humanidad tiene el 80 por ciento de todo. ¿Con qué argumentos y con qué moral puede defenderse ese desequilibrio? La igualdad de oportunidades, la justicia, es un principio general. Al no haber unas Naciones Unidas eficaces y que tengan una capacidad adecuada… tenemos tráfico de drogas, tráfico de patentes, tráfico de capitales, tráfico de personas, tráfico de armas. ¿Qué es eso? ¡3.000 millones de dólares al día en armas mientras la gente se muere de hambre! Uno de los grandes temas es dar de comer a todo el mundo, repartir mejor. Hay mucho que hacer y nada se soluciona si tratamos de que todo siga igual, que siga habiendo guerras… FA: Hay quien cree que ese reparto arriesgaría nuestro bienestar FMZ: Le voy a hacer una pregunta que les interesará seguramente a los empresarios: ¿a quién pertenece África? Ya no le digo América Latina ni le digo la mayor parte de los países, le hablo sólo de África, que lo piensen, que lo digan, quizá por eso algunos dirían que no sería bueno que todos tuvieran lo mismo. Yo defiendo firmemente que todos tengan acceso a las mismas oportunidades, que todos sean iguales en dignidad. O partimos de la base de que todos sean iguales en dignidad, sin exclusiones ni discriminaciones, o seguirá siendo un mundo asimétrico, con enormes desgarros sociales, a escala local e internacional, donde sólo por el músculo se seguirán manteniendo situaciones de paz entre guerras. Si preparas la guerra para tener paz, lo único que tienes es guerra, porque es lo único que sabes hacer. FA: ¿Bastaría con acabar con el miedo? FMZ: El miedo está ligado a todas las situaciones de la cultura de guerra. La seguridad total basada en libertad nula, miedo total, silencio total, no la queremos; queremos la seguridad de la paz y de la justicia, y esto es precisamente lo que hace que los ciudadanos hablen, participen, cuenten, porque ya no son silenciados, ni por miedo ni por irresponsabilidad. Es tan importante la influencia del miedo, que el preámbulo de la Declaración de los Derechos Humanos dice “para liberar a la Humanidad del miedo y de la miseria”. Los empresarios son los que más pueden ayudar a esto. El empresario importante, en colaboración con el que ahora empieza; esto es lo que tenemos que promover. Y tenemos que promover la creatividad y la capacidad de invención…. Pero guiados por los valores universales y no por los intereses a corto plazo. FA: Unas palabras que completen su mensaje… FMZ: Quiero terminar esta entrevista recomendando a los empresarios que lean algunos párrafos de un discurso genial que el presidente John Fidgerald Kennedy pronunció en junio de 1963, muy poco antes de ser asesinado. Fue en Washington DC, en la Universidad Interamericana. Y dijo: “No hay ningún problema cuya solución esté fuera de la capacidad del hombre, porque el hombre es capaz de crear. Tenemos, todos juntos, que inventar nuestro futuro, tenemos todos juntos que hacer posible la paz; no hay nada que esté más allá de la mano del hombre y de las riendas de su destino”. Que sigamos la recomendación del presidente Kennedy y seamos capaces todos juntos de inventar un destino distinto para la humanidad. Lola Bastos www.fundacionananta.org
Hisham Kabbani: En el verdadero paraíso el amor nunca se acaba
Miércoles, 13 de Junio de 2007 00:00
El sabio sufí de reconocimiento internacional defiende un Islam basado en la paz  13-Jun-2007. Otro Islam también es posible, aunque a sus abanderados les cueste cuanto menos el descrédito, aunque su credo inflamado de amor y poesía no goce precisamente del apoyo de otros fieles más beligerantes.Hisham Kabbani pertenece a la comunidad musulmana-sufí de América y es firme defensor de un Islam basado en la paz, la tolerancia y el amor. Clérigos musulmanes más tradicionales marcan con él distancia, pero no por ello se arredra este incansable sabio sufí. No hay más que darse una vuelta por Internet de la mano de Google para comprobar hasta que punto es denostado esta “Desviación esotérica del Islam”. Sin embargo en Europa y América se ha sentido muy bien acogido este líder sufí de mirada y sabiduría profundas, de mente abierta. Por eso le reclaman para impartir conferencias y cursos desde las universidades americanas y ahora también desde los centros académicos en España, en su actual gira. Por eso ha mantenido también en nuestro país entrevistas en el Misterio de Asuntos Exteriores al más alto nivel, con la finalidad de contribuir al progreso de nuestra convivencia multicultural. Nació en Libano, tiene cuatro hijos y a comienzos de los noventa, a requerimiento de su maestro Shaykh Nazim, se trasladó a los Estados Unidos. Allí ha abierto un total de 13 centro sufíes. Las puertas se le cierran en diferentes ámbitos del Islam, y sin embargo se le abren en los espacios de espiritualidad abierta y no doctrinaria. Su Islam cargado de hermosos cantos, de mística y de voluntad de confraternización es muy bien acogido en círculos de nueva conciencia o nueva espiritualidad. No obstante los ataques del Islam más fundamentalista hacia sus postulados, Hisham Kabbani trabaja incansablemente por la paz. Ha contribuido a pogramas de ayuda y socorro en Bosnia, Kosovo, Afghanistan, Iraq, Somalia y su Líbano natal. Ha respaldado iniciativas de paz en Oriente Medio, Bosnia, Kashmir, Afghanistan y Kosovo. Kabbani trabaja también con gobiernos musulmanes en aras a restaurar las antiguas prácticas islámicas y prevenir el incremento del radicalismo. El encuentro que con él mantuvimos se desarrolló en un domicilio particular en el centro de Madrid. A él acudieron, además de su particular séquito, personas de Iglesia motivadas por el diálogo interreligioso. Concretamente había jesuitas, franciscanos y gentes de comunidades de base. Hay barbas blancas de pega y las hay de auténtica y genuina sabiduría. Hisham Kabbani vestía las genuinas, tal como pudo comprobar Fundación Ananta, a lo largo de esta charla informal. El diálogo arrancó con reflexiones metafísicas sobre el espacio y el tiempo, en las que este hombre culto, a caballo ente la tradición y la modernidad, hizo valer los argumentos de la propia física cuántica y subrayó la importancia de la “unión íntima con Dios”. Para Kabani, tal como reza la propia tradición islámica, el santo es “el amigo íntimo de Dios”. Tras estas disquisiciones metafísicas, ya surgieron las primeras preguntas más comprometidas:  ¿Se puede ser a un mismo tiempo cristiano y sufí? Por supuesto, nadie te puede pedir que renuncies a tu amor por Jesús. El sufismo cree en Jesús. Los sufís que no aman a Jesús están fuera del sufismo. Jesús vino a la tierra en un momento crítico de la historia con una misión de salvación. Vino a ayudar a los hombres y a evitarles caer en males mayores. Si dejamos de amar a Jesús dejamos de amar el camino de Dios. El sufismo no te pide que te quites la cruz. Hay musulmanes, que con su comportamiento, han traicionado a Mahoma. ¿Anunció Jesús la llegada de Mahoma? “Después de mi vendrá Otro…” dijo el propio Jesús. El mismo ángel Gabriel que se le manifestó a la Madre de Jesús, es el que inspiró a Mahoma el Corán, el que le indicó cómo rezar. Hemos de tener en cuenta que Mahoma era iletrado. Los musulmanes admitimos la existencia de toda una cadena de verdaderos profetas. Mahoma es el que sellaría esa cadena. ¿Hay alguien que no este incluido en la misericordia de Alá? Dentro del propio Islam hay diferentes opiniones. Nuestra opinión concreta es que Su misericordia engloba a todo el mundo, pues todos los humanos son creados a través de Él. El Señor nos ha dado vida con su infinito amor y no podemos pensar situarnos fuera del alcance de esa misericordia sin límites.  Cuando un hijo se porta mal su padre no lo tira al fuego. Igualmente ocurre con los hijos de Alá. No puede castigar a sus amados. ¿No importa el credo que profesemos? Todos seremos benditos. El profeta Mahoma intercederá por todos nosotros, tanto para los que lleguen a la meta, como para los que no la alcancen. ¿Si Dios es unidad, por qué hablamos como si estuviéramos separados? Somos gotas en medio de un Océano de unidad. Por más que en determinados momentos nos podamos sentir separados de ese Océano, de Dios venimos y a Dios retornamos. Al retornar a Dios ya no seremos más gota, sino Océano. ¿Hay un solo camino para llegarnos a Dios? Los caminos hacia Dios son tan infinitos como las respiraciones del hombre. ¿Qué sabemos desde la tierra del Paraíso? Vivimos un mundo imaginario, un paraíso de comida plástico. Sin embargo hay un Paraíso de comida pura y fresca que no se puede comparar de ninguna de las formas a éste. En el verdadero paraíso el amor nunca se acaba. Todo lo que allí existe es fuente de placer sin fin en presencia del Señor.  ¿Tenemos que ir, por lo tanto, a por la “comida fresca”? Así es. Somos como niños que aún no sabemos distinguir la comida fresca y nutritiva, de la “comida basura”. Pautas sencillas llegar a Dios… Tres pautas. Primero, dile a Dios todos los días: “Creo en ti, Tu eres mi Creador y yo soy tu siervo”. Segundo, ama a todos los seres , a toda la Creación. Tercero, destierra de ti todo mal sentimiento y di con covencimiento “Yo perdono a todo el que ha hecho daño” Si cumples con esos tres sencillos preceptos, no será siquiera necesario que acudas a la mezquita o sinagoga. Pautas sencillas para demostrar ese amor por Dios… Cuando te despiertes haz una postración mientras que dices : “Oh Dios, Tú eres mi Señor y yo soy tu siervo”. Igualmente otra postración al mediodía, antes de la caída del sol y después de la caída del sol. Si no puedes postrar tu cuerpo, simplemente inclina tu corazón. El sol va también avanzando en esa tarde de los credos que se reencuentran en una apretada sala de estar. La tertulia va llegando también a su fin. Cuando ya parecían las palabras agotadas, es cuando surge el canto sufí en toda su poesía reveladora, con su ritmo creciente y cautivador. Dos jóvenes del séquito de Hisham Kabbani nos deleitan con finísimas melodías, cuyas estrofas todos los presentes acompañamos con gozo … Tu eres un rayo de Sol. Yo soy un rayo de Sol. No existimos. Solo hay el Sol. La y la y la y la la… Fundación Ananta
|
|