… Hoy por la tarde fui a llevar a mi hijo a Santiago porque mañana empieza el curso. Al regresar, conduciendo, me acordé de ti cuando decías que mientras viajabas disfrutabas del paisaje. Estaba el cielo tan bonito, tan bonito! Por el retrovisor veía el sol poniéndose, y de frente una luna llena grandísima, con unos colores en el cielo increíbles.
Por la mañana conocí a doce de mis veinticinco nuevos alumnos. ¡Son tan pequeños y tan bonitos!. Cada día me gusta más estar con los niños. ¡Qué suerte tengo por tener este trabajo! Un abrazo.