Y Jesús dijo, Hermano mío, tus pensamientos están equivocados; tu paraíso no está lejos; y no es un lugar de límites, no es un país a alcanzar; es un estado de la mente. Dios nunca hizo un paraíso para el hombre; nunca hizo un infierno; somos creadores y nosotros hacemos el nuestro. Ahora, dejad de buscar el paraíso en los cielos; simplemente abrid las ventanas de vuestros corazones y, como un torrente de luz, un paraíso vendrá y traerá una felicidad sin límite.
Capítulo 33, 8-10- El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo, Levi H. Dowling, 1910