El aceite se ha consumido. Tu llama cálida, tu llama clara, tan fuerte, tan nuestra, se apago hoy.
Las puertas del cielo tienen todas sus antorchas encendidas.
El aceite se ha consumido. No así tu luz.
Tu llama se queda, no parpadea ante el huracán, ni ante el olvido.
El amor regresa al Amor. El amor se queda en el amor.
Los buenos no se van.
Los buenos se quedan en el olor de la tierra cuando llueve y en el sonido de la lluvia cuando la tierra duerme.
Los buenos se quedan en el sabor del café, en el sol que tuesta el grano y en la mano curtida de fuego y silencio.
Los buenos no se van.
Los buenos miran en nuestro arrobamiento y se ríen en nuestra risa.
Hoy es día de fiesta en el cielo, querido, querido Fermín…
Tu llama se queda, se queda, no parpadea ante el olvido.
Isabella di Carlo
Jorge Carvajal