Imaginad que trazáis un surco y que en este surco hacéis fluir el agua. Este surco, es la sabiduría que os indica la buena dirección, el camino a seguir; y el agua, es el amor que os sostiene a lo largo de todo ese camino. Cada día que vivís en la sabiduría y el amor, prepara el día siguiente en el que avanzaréis más fácilmente. Hoy es la continuación del ayer, mañana llegará a su vez, después los meses, los años, toda la vida. Y una vida traza el camino para las futuras encarnaciones.

Al principio sentiréis, evidentemente, que no tenéis poder alguno sobre un día entero, ni incluso sobre una hora, sino solamente sobre el minuto presente. Pues bien, por lo menos durante un minuto, esforzaros en crear en vosotros la claridad, la paz. Este minuto influirá al siguiente, y así, minuto a minuto, viviréis en armonía el día entero.

Omraam Mikhäel Aïvanhov