Ayudar al mundo entero, aportar la luz y la paz a todos los humanos, creéis que no es posible porque ¡son tan numerosos! Por supuesto, si planteáis el problema de esta forma, es imposible hacer algo. Pero si conocéis ciertos métodos, esto puede ser posible.
Intentad, por ejemplo, imaginar a la humanidad como un solo ser. Sí, imaginad el mundo entero como un ser que está ahí, cerca de vosotros, y le cogéis la mano dándole mucho amor… En este momento, pequeñas partículas de vuestra alma se van en todas las direcciones del espacio, y lo que hacéis por este ser se refleja en todos los hombres y las mujeres en el mundo que, poco a poco, empezarán a tener otros pensamientos, otros deseos, mejores, más generosos. Si centenares, miles de personas realizaran este ejercicio, un soplo nuevo, un soplo divino pasaría a través de todas las criaturas y, un día, se despertarían verdaderamente transformadas.
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta