«Siempre tenemos más oportunidades de mejorar una situación si nos concentramos más en el bien que en el mal. Tratad de aplicar esta regla en vuestras relaciones con los demás. Por ejemplo, más que criticar sus defectos, deteneos en las cosas buenas, que también tienen, para ver cómo pueden ser mejoradas todavía más. Aunque no tuviesen más que una, agarraos a ella. Dejad de lado sus defectos y en la medida que podáis, tratad de ayudarles a desarrollar sus cualidades. Esto será más provechoso para ellos y para vosotros también, porque la evolución de cada uno contribuye a la evolución de todos. Cuanto más avanzamos, más arrastramos a los demás con nosotros. Y si los defectos de ciertas personas os molestan tanto, he aquí una razón más para desarrollar la indulgencia y la paciencia mirándoles con buenos ojos.

Siempre debemos fijarnos en las cualidades de un ser diciéndonos: «Dios habita en su alma, no voy a ocuparme de los animales que merodean a su alrededor.» ¿Quién no alberga algunas fieras dentro de sí? En algunos, estas fieras están encerradas en jaulas o cloroformadas, pero están ahí».

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Foto de Lu Torralba: cielos en Carnac, Bretagne, 28 septiembre 2013