Blackthorn, un film de vertiginosos paisajes bolivianos, con cuidada y finísima música. Hermosa y creíble la interpretación de Sam Shepard, que nos recrea en el film sus recuerdos del pasado. Hay trasfondo en esta cinta bien narrada, quizás una llamada a la dignidad bajo el sol inmisericorde de las alturas, bajo las noches estrelladas y heladas, en los paisajes duros y bellos del altiplano, acogedores e inhóspitos al tiempo, una llamada a cabalgar y vivir en el silencio en el que se encuentra una voz que nos habla con más profundidad, sin buscar engañarnos. Es película española, y merecedora de grandes premios, en mi opinión. Un bonito regalo que los Goya han refrescado, y que se merece mucho más.

JT