“A veces irrumpe en nosotros el lado divino y entonces vivimos experiencias sublimes, fulgurantes, como relámpagos”, leíamos ayer (1).

Hoy traemos un pensamiento para preparar en silencio la Semana Santa y para buscar cada día ese momento de encuentro y conexión con el mundo divino.

Hay actividades y pensamientos que nos unen a las regiones de la luz. Otras, que frecuentamos, nos unen a las regiones de la oscuridad.

Cuando estamos en la luz recibimos la fuerza de otro mundo, en silencio y recogimiento.

Un día ocurre el milagro del que se nos habla, al sentirnos habitados por algo muy grande y puro, que nos regenera por dentro.

“Esa presencia en vosotros os dará la fuerza, la paz, la alegría”.

Una voz familiar y protectora nos llama a la paz y la verdad.

Que no la acalle el ruido del mundo.

Los pensamientos y los sentimientos son corrientes de fuerza. Es por ello que debéis siempre vigilar la calidad de lo que aceptáis en vuestra cabeza y en vuestro corazón; esto tiene que ser, incluso, una de vuestras preocupaciones esenciales. Cada día intentad consagraros, al menos durante algunos minutos, a una actividad que os una a las regiones de la luz. Escoged una ocupación que os obligue a atraer y a guardar las imágenes más bellas, los estados de conciencia más elevados, consideradla como el momento más importante del día, pensad que de este momento depende vuestro futuro, vuestra salvación.

Al principio, tal vez no veréis las consecuencias benéficas de estas actividades. Pero continuad, os aparecerán un día: poco a poco, os sentiréis habitados por algo muy grande, muy puro y, cualquiera que sea lo que os suceda, esta presencia en vosotros os dará la fuerza, la paz y la alegría.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86) , Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. (1)  Entrevista a Jaime Rierola, 2007, publicada en la web ayer 25.3.12. Imagen: primer plano, Pilkhana, India, 4 febrero 2012, foto de Olga María Diego<http://www.OMDphotography.com