El camino más seguro y efectivo hacia la civilización planetaria es un camino cultural: el camino de la adopción de valores y comportamientos adaptados. Esto debe surgir en una masa crítica dentro de la sociedad civil; porque en ausencia de dicho cambio cultural, los líderes políticos y de negocios permanecen impotentes para efectuar los cambios necesarios. Los primeros por falta de apoyo popular y los segundos por falta de la adecuada demanda en el mercado.
El requisito de un movimiento cultural que pueda ser capaz de producir la motivación para avanzar hacia la civilización planetaria no es utópico. En muchas partes del mundo está aflorando una variedad de la cultura que puede ser la precursora de la transformación de la civilización. En esta cultura la gente está reconsiderando sus preferencias, prioridades, valores y comportamientos, cambiando del consumo basado en la cantidad hacia la selectividad, teniendo en cuenta la cualidad definida por su afabilidad con el ambiente, la sostenibilidad y la ética de producción y uso. Los estilos de vida con el sello distintivo de un desperdicio ostentoso de materia y energía están cambiando hacia modos de vida marcados por la simplicidad voluntaria y la búsqueda de una nueva moralidad y armonía con la naturaleza.
Las personas que ingresan a los nuevos movimientos culturales están unidas por la aspiración de llevar una vida más responsable, simple, saludable y natural. Están consternadas por lo que consideran el establecimiento de una sociedad con base en una desalmada impersonalidad y una insensata destructividad. El aumento de la pobreza y la violencia dentro de las ciudades, la propensión a la anarquía y la intolerancia étnica, la impotencia de la policía y de las medidas militares para manejar estos asuntos, la disolución del contrato social entre la sociedad y el trabajador, y el aumento del desempleo y el desamparo los impulsan a alterar su modo de pensar y de actuar.
Estos cambios de valores y conductas, aunque generalmente se ignoran o se desestiman, son rápidos y revolucionarios. Por el momento están ocurriendo al margen de la sociedad civil, donde un buen número de movimientos populares están optando por salir de la corriente principal opinión y se están reformando a sí mismos. Sus miembros tratan de reconsiderar las creencias, valores y formas de vida que predominan en su sociedad y adoptan patrones alternativos de comportamiento personal y social.
Una cultura esperanzadora está aumentando también en los Estados Unidos, en el corazón del mundo industrializado. Este es el hallazgo de una serie de sondeos de opinión realizados recientemente por organizaciones e individuos interesados en rastrear la evolución del pensamiento y la acción de los norteamericanos.
… Al segmento de la población que tiene una mente significativamente abierta y que mira hacia el futuro, Ray lo denominó el segmento de los “creativos culturales”. Encontró que los miembros de esta cultura en surgimiento pertenecen a las clases que están en mejor situación y que tiene aproximadamente el doble de mujeres que de hombres. De acuerdo con Ray, en el momento del cambio de siglo la participación de esta cultura era del 23.4 por ciento de la población adulta de EE.UU., no muy lejos del 28% que hallaría posteriormente el estudio IOOW.
El factor que identifica a los creativos culturales no es tanto lo que predican sino que lo que practican, porque raras veces intentan convencer a otros y prefieren ocuparse de su propio crecimiento personal. Su comportamiento, especialmente su elección de estilo de vida, los diferencia de la corriente principal.
El común denominador en los valores y estilos de vida de los creativos culturales es el holismo. Esto se hace evidente por su preferencia por los alimentos integrales naturales, el cuidado holístico de su salud, la experiencia interna holística, la información de sistemas integrales y un equilibrio holístico entre el trabajo, el juego, el consumo y el crecimiento interno. Se ven a sí mismos como sintetizadores y sanadores, no solo a nivel personal sino también a nivel de la comunidad y de la nación, e incluso a nivel planetario.
Aunque la nueva cultura al margen de la sociedad está creciendo, sus miembros no están bien organizados y a esta cultura, como totalidad, le falta cohesión. Los creativos culturales todavía no tienen el suficiente peso político, social y económico como para constituir un agente significativo de transformación de la sociedad. Si se fuera a realizar el tipo de transformación que se requiere, la corriente principal de la opinión pública tendría que entrar en escena, con valores y prioridades más adaptados. Pero en el momento presente, la mayoría de las personas que constituyen la corriente principal están desorientadas y descorazonadas. Se encuentran en una competencia inexorable por la supervivencia en un mundo donde los trabajos son cada vez más escasos y encontrar empleo a partir de la edad madura es casi imposible. Quienes plantean las preguntas más profundas se encuentran rodeados por un vacío espiritual, moral e intelectual. No existen respuestas significativas a preguntas como: “¿Quién soy?” y “¿Para qué estoy viviendo?”. Las consecuencias incluyen un constante aumento en popularidad de las enseñanzas místicas y la explosión del fundamentalismo religioso.
La orientación de las nuevas ciencias
Existen elementos de esperanza que iluminan la aparente oscuridad de la desesperanza. La búsqueda de significado y sabiduría más allá de los confines de la vida cotidiana es una búsqueda básicamente correcta. Como dijo el anterior presidente de la República Checa, Vaclav Havel: “La autoridad de un orden democrático mundial simplemente no se puede erigir sobre algo diferente a la autoridad revitalizada del universo”. Una nueva civilización, capaz de orientar a los pueblos y suministrar las bases para la paz y la cooperación, solo se puede construir cuando la “autoridad del universo” haga partícipe a la autoridad de las instituciones mediante las cuales los pueblos se gobiernen a sí mismos en sociedades democráticas. El hecho de que cada vez más personas estén buscando activamente una autoridad superior que guíe sus asuntos, mirando más allá de la racionalidad dominante de su sociedad, significa que se puede estar abriendo una puerta de motivación para entrar en el sendero de la civilización planetaria.
La ciencia es el mejor recurso que tenemos para descubrir la autoridad del universo. No solamente es la fuente de las nuevas tecnologías que están moldeando nuestras vidas y todo lo que nos rodea, sino que es la base para una visión confiable del mundo. La ciencia puede ayudar a que la gente adopte valores y actitudes oportunas, e incluso una moralidad apropiada.
La ciencia todavía no realiza plenamente su potencial como facilitadora de la transformación de la sociedad moderna. Además de la separación entre ciencia y sociedad –algo que un número cada vez mayor de científicos de vanguardia están tratando de superar activamente– una de las razones principales por las cuales la gente no busca una guía en la ciencia es porque no tiene una visión actualizada sobre lo que es la ciencia. En la corriente principal de la opinión se tiende a creer erróneamente que la ciencia se limita a la observación y a la medición y el cálculo de lo observado. Esto es un error. La ciencia es mucho más que el mero ejercicio de registrar y calcular. Es parte de la perenne búsqueda humana para encontrarle sentido al mundo. En su mejor aspecto es una búsqueda de significado tal como lo son la religión, el arte y la literatura. La diferencia entre ellas no está en el fin último, sino en el método para alcanzar ese fin. La ciencia utiliza el pensamiento racional para analizar e interpretar lo que revelan la experiencia y el experimento, mientras que la religión combina dicho pensamiento con un elemento de fe incuestionable, y el arte y la literatura lo combinan con elementos estéticos.
La creencia actual acerca de la ciencia es que es un remanente del tipo de ciencia que dominó la mayor parte de la Era Moderna. La ciencia “clásica” derivó su visión del mundo de las teorías de Galileo, Kepler, Newton y Descartes, viéndolo como una esfera autómata de materia inerte, carente de alma, obedeciendo ciegamente a las leyes universales del movimiento y la interacción. Pero la visión dominante de la ciencia es malinterpretada con respecto a lo que a menudo se conoce como “las nuevas ciencias”. Desde el punto de vista de las nuevas ciencias actuales, el mundo no es como una máquina que se puede manipular a voluntad. Resulta ser muy diferente del mundo simple donde las cosas se comportan como objetos materiales sólidos que están aquí o allá y no en muchos lugares a la vez. Tampoco es el efecto de una cosa que se limita necesariamente a una o a otras pocas cosas. Lo cierto es que dichas condiciones se cumplen en nuestro entorno inmediato, pero se limitan a ciertos órdenes de tamaño y magnitud, y a ciertas dimensiones de velocidad y distancia. Más allá de estas dimensiones las cosas se vuelven cada vez más extrañas. Y por una buena razón se está discutiendo ampliamente el video que pregunta: “What the bleep do we know?” (¿Qué Rayos Sabemos?), en donde se sugiere que nuestra consciencia es la que crea la realidad…
Pero incluso si el mundo es sorprendente a la luz de los nuevos conceptos de la ciencia, no obstante es comprensible. Resulta que el universo tiene sentido; de hecho es más significativo que el mundo mecanicista donde la materia inerte se mueve impersonalmente contra un fondo de espacio pasivo. El mundo en su totalidad demuestra ser una estructura armoniosa en donde todas las cosas interactúan unidas para crear una totalidad coherente. No es un agregado mecánico, porque no puede ser fácilmente descompuesto en sus partes. Es una totalidad integral, en donde hasta cierto punto y de alguna manera todas las cosas interactúan unas con otras. Y el alcance de esta interacción parece trascender lo que hasta ahora se conocía como los límites del tiempo y el espacio.
Los hallazgos que fundamentan la visión del nuevo mundo de la ciencia provienen de casi todas las disciplinas empíricas, desde la física, la cosmología, las ciencias de la vida e incluso las investigaciones sobre la consciencia. Aunque los aspectos específicos de los fenómenos en los que se enfocan difieren en los detalles, tienen un impulso común. Hablan de la interacción que crea interconexión y produce una coherencia instantánea y multifacética. El sello distintivo de un sistema de tal coherencia es que sus partes se correlacionan de tal manera que lo que le sucede a una parte también le sucede a las otras partes, y por ende le sucede al sistema como totalidad. El sistema responde al resto del mundo como una totalidad, se mantiene a sí mismo como una totalidad y cambia y evoluciona como una totalidad. Es una totalidad: una totalidad integral. Este concepto del mundo puede inspirar a la gente hacia una solidaridad más profunda entre unos y otros y un mayor respeto por la integridad de la naturaleza.
La visión interna al respecto es que las personas, en cualquier parte del planeta que vivan, están tan conectadas con nosotros como los pájaros en el cielo, los árboles en el bosque y los peces en el océano. Cuando las personas morales comprenden esto, no consideran a ninguna persona o cultura como extraña y cuyo destino les es indiferente. Comprenden que son parte de una totalidad mayor y que unidos a los demás evolucionan con todos ellos dentro de esa totalidad o corren el riesgo de la degradación y la muerte.
La totalidad y la coherencia pueden funcionar como criterio fundamental de una moralidad más adaptada. Dada la tendencia general hacia la integridad y coherencia de la naturaleza, tenemos sólidas razones para considerar como buenas las acciones que promuevan la coherencia y la totalidad, y considerar como malas las acciones que las obstaculizan. Tenemos sólidas razones para buscar la totalidad tanto en nosotros como a nuestro alrededor. La totalidad en nosotros significa el funcionamiento integral de nuestro organismo: significa salud. Y la integridad a nuestro alrededor significa una comunidad social saludable y un ambiente ecológico integral.
La totalidad en el cuerpo y en la naturaleza no son ideales abstractos. La ciencia nos está diciendo ahora que la naturaleza es una totalidad, como lo es también la biosfera. Solamente los seres humanos son un gran factor de fragmentación e incoherencia. Esto no siempre fue así; las sociedades tradicionales respetaban la integridad de la naturaleza y, en tiempos pasados, hasta creían que las leyes cósmicas gobiernan el universo. La fragmentación y la incoherencia que hemos fraguado en el mundo moderno es un mal no intencionado. Cuando lo entendamos por lo que es, lo superaremos. El descubrimiento de la ciencia según el cual todos estamos conectados con todos y con la naturaleza es algo que nos suministra una enorme motivación para dicha superación.
Las nuevas ciencias podrían ser fuentes efectivas de sabiduría en la sociedad moderna. Podrían inspirar una mayor solidaridad en el mundo humano y una mayor preocupación y cuidado con el ambiente natural. Ellas confirman que nuestras fugaces impresiones e intuiciones de unidad no son invenciones de la imaginación sino que tienen raíces en la realidad del cosmos. Realmente somos uno con los demás, con el mundo viviente y con el universo en su totalidad, porque estamos conectados en forma sutil pero efectiva. Nuestras acciones individuales e incluso nuestros pensamientos e intenciones afectan a las demás personas a nuestro alrededor y, a la vez, somos afectados por otras personas. Esto nos hace parte de una red de conexión y totalidad. Con este entendimiento podríamos ser parte de la solución en lugar de permanecer como parte del problema. Podríamos convertirnos en agentes morales que buscamos la integridad y totalidad dentro de nosotros mismos y en nuestro entorno; arquitectos conscientes de una civilización planetaria sostenible.
Escenario posibles de avance evolutivo
2005 – 2010: El primer paso hacia un avance
• La experiencia del terrorismo y la guerra, junto con el aumento de la pobreza y varias amenazas ambientales, entre ellas la escasez de agua limpia, desencadenan cambios positivos en la forma de pensar de las personas. La idea de que las personas mismas pueden ser agentes efectivos en la transformación hacia un mundo más pacífico y sostenible capta la imaginación de individuos de más y más sociedades. Personas de diferentes culturas y diferentes formas de vida jalonan conjuntamente para confrontar las amenazas que encaran en común.
• El surgimiento mundial de movimientos populares hacia la paz y la cooperación internacional conduce a la elección de figuras políticas con motivaciones similares, infundiendo nuevo ímpetu a proyectos de cooperación económica y comprensión intercultural y hacia medidas globales para asegurar la calidad y cantidad de agua requerida para satisfacer las necesidades humanas básicas y la sustentabilidad de los ciclos más esenciales de la biosfera.
• Líderes de negocios locales, nacionales y globales adoptan una estrategia en donde los esfuerzos en procura de ganancias y crecimiento se basan en la debida información mediante la búsqueda de responsabilidades corporativas a nivel social y ecológico.
• Surge un Parlamento Electrónico en Internet, vinculando a los parlamentarios de todo el mundo y proporcionando un foro para debates sobre las mejores formas de servir al bien común.
• Organizaciones no gubernamentales se vinculan a través de Internet y desarrollan estrategias compartidas para restaurar la paz, revitalizar las regiones y los ambientes destrozados por la guerra y asegurar un adecuado suministro de agua limpia. Promueven políticas responsables social y ecológicamente en los gobiernos y negocios locales y nacionales.
2010 – 2015: Contornos de la cristalización de la paz y la cooperación
• El dinero de los presupuestos militares y de defensa es reasignado hacia tentativas prácticas de financiación de iniciativas para la resolución de conflictos y la implementación de proyectos de sustentabilidad ecológica convenidos internacionalmente y coordinados globalmente.
• Se crea un programa mundial de energía renovable, pavimentando las vías hacia una tercera revolución industrial que haga uso de la energía solar y de otros recursos energéticos para transformar la economía global, proporcionar agua limpia y elevar a las poblaciones marginadas, sacándolas del círculo vicioso de la pobreza.
• La agricultura recupera su lugar como fuente primaria en la economía, produciendo artículos de primera necesidad y cosechas que permitan la creciente obtención de energía y de materias primas para las comunidades y la industria.
• Los líderes de negocios del mundo aúnan esfuerzos para crear voluntariamente una economía de mercado ecosocial y autorreguladora que garantice un acceso justo a los recursos naturales, a los bienes industriales y a la actividad económica de todos los países y poblaciones.
2015-2020: Surgimiento de las bases de una civilización planetaria
• Los recursos naturales que se requieren para la salud y la vitalidad están a disposición de todas las personas y países de la comunidad humana.
• Se reforman o se crean nuevamente estructuras de gobierno nacional, continental y global, y los estados se mueven hacia la democracia participativa, liberando una oleada de energía creativa entre las poblaciones capacitadas y cada vez más activas.
• Comienza a funcionar el sistema de mercado ecosocial, creado en consenso y coordinado globalmente.
• Como una consecuencia de la desconfianza internacional e intercultural, el conflicto étnico, la opresión racial, la injusticia económica y la desigualdad de géneros, se da paso a un elevado nivel de confianza y de voluntad compartida entre la gente del mundo para lograr relaciones pacíficas entre los estados y sostenibilidad en la economía y el medio ambiente. Se establecen las bases para una civilización planetaria pacífica y sostenible.
La creación de una civilización planetaria exige una gran transformación, pero tal transformación no es única en los anales de la historia. Es parte de un proceso de evolución sociocultural que empezó con las civilizaciones míticas de la Edad de Piedra, continuó con las sociedades teocráticas de los imperios arcaicos y cambió hacia las civilizaciones basadas en el razonamiento humano, fruto de la innovación de los antiguos griegos. Esta “civilización del Logos” sobrevive hasta hoy, aunque con una mezcla de elementos espirituales y teocráticos. Actualmente su reinado se acerca a su final: la racionalidad a corto plazo que subyace en la forma dominante de esta civilización produce más efectos secundarios negativos en lo social, lo económico y lo ecológico que logros positivos. Ha llegado el momento para un cambio en la civilización: de la civilización del Logos hacia la civilización de Holos.
El cambio a la civilización de Holos es necesario porque el sistema hombre-naturaleza en este planeta se ha convertido en un organismo fuertemente interactivo, altamente interdependiente y casi viviente. La preocupación por algunos de sus elementos, excluyendo o descuidando otros, conduce a una creciente inestabilidad y en última instancia podría llevar al colapso.
Pero el holismo requerido para una nueva civilización no es una cualidad metafísica misteriosa. Es la adopción de un enfoque sistémico sin el cual ningún sistema complejo puede ser manejado en forma segura y duradera. El sistema que debemos guiar ahora hacia el desarrollo sostenible debe abarcar al planeta entero; por eso la preocupación holística es al mismo tiempo una preocupación planetaria.
Mitos y Teos fueron locales o regionales; el Logos ha crecido hasta la dimensión planetaria. En la dimensión planetaria el Logos ha llevado hasta el límite su esfera de acción efectiva; hay que reemplazarlo. En lugar del Logos mecanicista y manipulador, debemos colocar un sistema completo orientado hacia Holos: la nueva civilización planetaria*.
La transformación fundamental implicada en el salto hacia la civilización planetaria no tiene precedentes únicamente en lo relacionado con la velocidad con que se desarrolla. En el pasado, varias generaciones podían adaptar su pensamiento y comportamiento antes de que se completara un cambio fundamental en dicha civilización. Actualmente el cambio se debe realizar en el mismo período y momento en el que las generaciones están viviendo. Esto implica un reto sin precedentes. La manera de lograrlo merece una mayor reflexión.
————
El profesor Ervin Laszlo, fundador y presidente del Club de Budapest, fue uno de los primeros representantes en el área de la filosofía de los sistemas y de la teoría general de la evolución. Ha publicado cerca de 70 libros traducidos a 18 idiomas. A lo largo de su larga carrera académica como profesor de filosofía, filosofía de los sistemas y ciencias del futuro, trabajó en la enseñanza e investigación en diversas universidades de renombre en EE.UU., Europa y el Lejano Oriente.
Laszlo publica una revista científica trimestral («WORLD FUTURES: The Journal of General Evolution) y una serie de libros sobre el particular. También ha editado una enciclopedia de cuatro volúmenes. Ha publicado más de 300 artículos en periódicos y revistas del mundo, incluyendo en países como EE.UU., Europa, Japón y China.
Entre sus títulos y distinciones está un Ph. D. en “Letras y Ciencias Humanas” de la Sorbona en París, un “Diploma de Artista” de la Academia Franz Liszt en Budapest, una medalla de honor de la Universidad Kyung Hee de Seúl, el título honorífico de doctor en ciencias económicas de Turku School of Economics and Business en Finlandia, al igual que el título de doctor honorario en el área de ciencias humanas en el Instituto Saybrook en San Francisco.
Sus nombramientos en el año pasado incluyeron subvenciones para investigaciones en las Universidades de Yale y Princeton, cátedra de filosofía, ciencias de sistemas y ciencias del futuro en las Universidades de Houston, Portland e Indiana, en Northwestern University y en la Universidad del Estado de Nueva York. Su carrera ha incluido además el ser profesor de cátedra en varias universidades en Europa y en el Lejano Oriente. Trabajó además como director de programa para el Instituto de Capacitación e Investigación de las Naciones Unidas (UNITAR). En agosto de 1999 recibió el doctorado Honoris Causa del International Institute of Advanced Studies in Systems Research and Cybernetics de Canadá.
Ervin Laszlo se desempeña no solamente como Presidente del Club de Budapest sino como director de The General Evolution Research Group, también fundado por él. Presidente de International Society for Systems Sciences, Consejero del Director General de la UNESCO, Embajador de International Delphic Council, miembro de la Academia Internacional de Ciencias, de la Academia Mundial de Artes y Ciencias y de la Academia Internacional de Filosofía. También tiene o ha tenido cargos como miembro de junta o miembro extraordinario de numerosas asociaciones internacionales, entre ellas, en una ocasión, el Club de Roma.
Uno de sus más recientes libros traducidos al español se titula “Tú puedes cambiar el mundo”. Esta edición, publicada en España por Nowtilus, cuenta con una presentación del presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza; una introducción del consejero delegado del Forum Barcelona 2004, Jaume Pagès; una introducción del ex presidente soviético Mikhail Gorbachov y un epílogo de Paulo Coelho. Mayores informes en www.clubdebudapest.com
Nota: La revista Kosmos se distribuye gratuitamente a todos los embajadores y otros líderes de la ONU. También a los integrantes del Foro Político Mundial, integrada por personalidades como Mijail Gorbachov, buscando ejercer influencia en el ámbito de la Buena Voluntad Mundial. Este grupo trabaja para instaurar los principios Integrales en las Naciones Unidas, por medio de sus representantes y otras personas que están trabajando para educar a quienes hacen la política, sobre la necesidad de un acercamiento tanto interno como externo, en la próxima etapa de desarrollo hacia la Unidad Mundial.
Aunque usted no hable inglés, le recomendamos consultar el sitio en Internet (www.kosmosjournal.org) pues las fotografías son dignas de contemplar. Anímese e inscríbase a la lista para recibir los correos y poder explorar todo el sitio.
Se sugiere, amorosamente, a quienes quieran ayudar a difundir los invaluables conocimientos esta publicación, que la recomienden a otras personas, en particular a quienes tengan la posibilidad de suscribirse. Las suscripciones son importantes para su mantenimiento, porque proyectos tan visionarios no son para públicos masivos y se parte de un presupuesto muy limitado. La calidad y el alcance de los mensajes que difunde la revista Kosmos evidencia claramente que la anima un esfuerzo mundial de buena voluntad, con propósitos enteramente altruistas. Apoye a la revista Kosmos o a otras iniciativas similares. Contribuir con ellas es servir a la gran causa de la Humanidad.
(Extracto del artículo publicado en Kosmos www.kosmosjournal.org)
Información facilitada or Sabiduría Arcana (www.sabiduriaarcana.org)