Querido amigo,

Cercano está el tercer aniversario de David y María viene con frecuencia a ver a mis nuevos alumnos porque tienen la edad que tenía su pequeño cuando falleció. Los mira en silencio, con lágrimas en los ojos pero su cara está más relajada. Los mira con un amor infinito porque sabe lo valiosos que son. La foto de David sigue en el aula y los niños saben que él está en el cielo, “con mi abuelo” dice alguno, “como mi perrito” dice otro. Sus caras, su alegría, te llenan la vida. Allí, con ellos, soy  feliz. Hoy por la mañana estábamos poniendo los mandilones y pregunté ¿quien sabe cómo se llama el agujerito por donde metemos el botón? y un pequeño muy especial dijo “se llama el amigo del botón”. Qué edad tan bonita, tan mágica. Doy gracias todos los días por poder disfrutar de ellos.