Hoy era el día especial. El día de estar con esos niños con mayores dificultades que el resto, porque si además de vivir en condiciones difíciles en los planos externos tienes dificultades añadidas en lo interno, todo se complica. El colegio Orden lo fundó una niña ya adulta con síndrome de Dawn. Quería ayudar a los que son como ella y lo consiguió. Cuando llegamos nos recibieron con una pantalla gigante donde proyectaban los videos de KK&KK por el mundo. Me quedé exhorto, petrificado, mirando y sintiendo aquellos recuerdos de esos otros viajes. Luego, la luz de los niños, su angélica mirada e inocencia, su ternura, su amor incondicional. Luego el paraíso…
Javier León, 9 febrero 2012