COMPARTIENDO LA TIERRA

¿Cómo podríamos asignar correctamente los recursos de la tierra? Aunque un seguimiento meticuloso y una asignación precisa de todo recurso sería preferible a la situación actual, seguiría estando excesivamente centrado en el concepto de posesión. El espíritu de la buena voluntad puede elevar nuestros ojos por encima del mundo material e instituir una era de compartir correctamente.

Imagínese un mundo en el que fuese posible calcular el valor monetario total de todos los recursos materiales del planeta. Entonces, combinándolo con datos precisos sobre la población, a cada nuevo niño se le concedería al nacer la propiedad de su parte correspondiente–un séptimo de mil millones de todo el titanio, huevos, té, etc. del mundo. Y, debido a que ciertos recursos como el titanio requieren la cooperación de otros para utilizarlo colectivamente en beneficio mutuo, sería, predominantemente, un mundo de titularidad grupal. Cada grupo o compañía sólo podría operar sobre la parte de recursos mundiales asignada a sus miembros, aunque estos pudiesen comerciar sus derechos entre sí para emprender operaciones con otros recursos. Se establecerían límites máximos, para que ninguna compañía, bien por su tamaño inherente, o mediante el comercio,  pudiese adquirir derechos superiores a un porcentaje acordado de cualquier recurso. Y si una compañía no fuese capaz de demostrar que está dando a su asignación de recursos un buen uso planetario, lo que necesariamente implicaría una redistribución justa de los propios recursos, o de los productos basados en ellos, entonces su derecho a existir para ese fin sería revocado.

Los detalles de semejante estructura mundial imaginaria podrían elaborarse indefinidamente, pero la cuestión es, ¿sería este mundo, independientemente de la herencia de concentraciones de riqueza o poder previas, o de los accidentes geográficos afortunados, un lugar más justo y feliz en el que vivir? Curiosamente, a pesar de que la visión parece abrazar la idea de la ‘humanidad una’, tiene una corriente subterránea inquietante, algo parecido a una sensación de “gran hermano” benigno que eclipsa el espíritu de compartir, buena voluntad y correctas relaciones humanas debido a un escrutinio y control excesivos de los aspectos materiales del planeta. Quizás el problema fundamental sea que la visión no se centra en el concepto de la propiedad en sí. Mientras nos aferremos con excesivo rigor a la idea de que tenemos derecho a ser dueños de propiedades materiales –sea un terreno, una casa, un coche, el petróleo, gas y minerales de la tierra, una empresa, etc.– ¿no es bastante probable que la especie humana se mantenga atada y prisionera en el mundo material? Porque un enfoque excesivo sobre la ‘propiedad’ puede inhibir el espíritu de compartir, especialmente cuando se trata de grandes cantidades de riqueza material (dinero y beneficios). Y esto tiende a producir más separatividad. La voluntad de compartir se desarrolla gradualmente, a medida que la consciencia humana se libera del control de las fuerzas materiales. De manera que aunque la humanidad deba seguir utilizando la sustancia del mundo material y extrayendo la belleza que contiene, ¿deberíamos poseerlo a toda costa? Indudablemente, esto sólo puede impedirnos realizar el objetivo espiritual de compartir.

Dado el ingenio humano, y el creciente poder de la tecnología para recoger, almacenar y procesar datos, no está fuera de nuestro alcance intelectual avanzar en la dirección de este mundo imaginario, pero esto sería vender la piel del oso antes de cazarlo. Si el espíritu de la buena voluntad estuviese vivo en la mayoría de la raza humana sería concebible que funcionase, pero igualmente, si el espíritu de la buena voluntad estuviese dinámicamente activo, el sistema ni siquiera sería necesario. Un compartir correcto interesa más, cara a los recursos generales del planeta, que  un recuento y clasificación meticulosos de cada recurso. Imagínese el laborioso detalle de monitorizar cada recurso mundial, muchos de los cuales están constantemente fluctuando o transformándose, introduciéndolo en ordenadores centrales para obtener porcentajes y acciones precisos. Tome una selección de recursos al azar, como el titanio, té y huevos mencionados anteriormente. El titanio y otras riquezas minerales pertenecen a la Tierra; son recursos “regalados por Dios” que yacían por casualidad bajo esa porción de superficie de la Tierra que algunos países afortunados ocupan actualmente, y este hecho fortuito se interpreta como propiedad, que es donde reside el problema fundamental. Los huevos y el té son cosechas, por así decirlo –cultivadas o alimentadas por seres humanos y por lo tanto más razonablemente consideradas como propiedad de quienes las plantaron y alimentaron. Otro problema es que el colapso de los recursos debido a la cifra de población parece cuestionable, porque podría malinterpretarse como que promueve la expansión de la población –más bebés es igual a más riqueza.

A medida que avanzamos en nuestra búsqueda de una visión capaz de empezar a atraer a las personas de buena voluntad, comenzamos a ver la multitud de problemas que surgen cuando se persigue algo más que un mero compartir general de los recursos mundiales para aliviar el hambre y la pobreza. La dinámica de la buena voluntad aparta el foco de atención de toda esta complejidad, dirigiéndolo hacia la calidad de las relaciones humanas y los dominios espirituales más que hacia la aritmética de la propiedad de esto y lo otro en el mundo material. Aún más, el espíritu de buena voluntad posee un impulso sacrificial al que no le preocupa su parte proporcional de las ‘cosas’, sino progresar en el servicio a los demás y estimular la cualidad espiritual en todas las relaciones de todos los reinos de la naturaleza. En lo que concierne al planeta, esto señala el camino a una custodia más que a una tenencia. Un ejemplo de nación demostrando este espíritu de buena voluntad fue la respuesta de Noruega, hace unos veinte años, al descubrimiento de unos vastos yacimientos petrolíferos en sus territorios del Mar del Norte. En lugar de repartir la riqueza obtenida entre los ciudadanos noruegos, Noruega, una sociedad que anteriormente era bastante pobre comparada con los restantes países escandinavos, ha empleado cantidades enormes de su nueva riqueza en ayudar a otros países. Per capita, Noruega es el país más generoso de la Tierra en términos de ayuda extranjera. Qué conducta tan inspiradora da Noruega al mundo, como una luz que brilla sobre un oscuro patrón de codicia y acumulación material. Es de esperar que los demás países captarán y seguirán la luz, alterando su comportamiento en concordancia. Este espíritu de compartir, que se eleva sobre la propiedad, es indudablemente la única manera de solucionar los grandes problemas del mundo como la contaminación, el calentamiento global y el problema de las siempre menguantes selvas tropicales.

Cualquier visión del futuro tiene que anclarse allí donde la humanidad se encuentre ahora y donde haya que dar el siguiente paso adelante. A veces la escasez o una crisis severa producen un cambio repentino de actitud y de forma de pensar, y exigen un enfoque totalmente nuevo. El espíritu de la buena voluntad se está activando gracias a la actual crisis planetaria y la humanidad está aprendiendo que sólo se encuentran soluciones cuando estas se fundan sobre la cooperación y el compartir. La buena voluntad afirma que no se trata tanto de que cada persona sea dueña de su trocito del planeta como de que la humanidad entera sea el custodio de la tierra y, aunque para mantener una buena salud lo esencial debería ser compartido por todos, el énfasis debe ponerse siempre en la cualidades invisibles e intangibles del alma. Sólo entonces podemos comprender que compartir no es más que una forma esencial de que la que la energía circule para crear y reforzar las relaciones. Compartir el aire que respiramos, el agua que bebemos, la red etérica que une todas las formas, es la expresión de nuestra participación en la vida Una que nos anima a todos.

EL RESURGIMIENTO DEL FÉNIX – EL RE-NACIMIENTO DE LA CIVILIZACIÓN

La voluntad al bien de los conocedores del mundo es la semilla magnética del futuro.

Alice Bailey

Las civilizaciones son las formas externas de constelaciones de ideas. En una época en la que una parte grande y creciente de la humanidad se está polarizando mentalmente, las ideas están naciendo con una velocidad cada vez mayor. El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo es un grupo clave para ayudar a moderar este proceso de rápida precipitación de ideas, y puede ayudar a la humanidad a realizar una transición segura a una nueva civilización.

A menudo se dice que actualmente vivimos en una época de profunda transición. Las costumbres familiares y las instituciones de las sociedades en todas las partes del mundo están siendo cuestionadas en muchos aspectos. Incluso podríamos decir que la civilización global misma está experimentando una transformación.

Víctor Hugo señaló que no hay nada más poderoso que una idea cuyo momento ha llegado. La dificultad de la humanidad en la época actual es que se enfrenta a un raudal cada vez mayor de ideas nuevas cuyo momento está llegando. Este es un resultado directo del crecimiento de la potencia mental en la humanidad. En parte como resultado del incremento de la educación masiva (en sí misma, desarrollo de una gran idea filantrópica), y en parte debido a la evolución de la conciencia, cada vez más personas se enfocan mentalmente y son capaces de trabajar con ideas. Y la civilización misma es el resultado, la expresión material exterior, de ideas. Puesto que las ideas cambian, del mismo modo, con el tiempo, lo hacen las múltiples formas e instituciones, las tecnologías y las formas de arte características, que constituyen la civilización.

¿Por qué cambian las ideas? Una idea, como todo lo demás, tiene un ciclo de vida. En primer lugar, atrae magnéticamente un cuerpo de pensadores, reúne colaboración, y construye su camino hacia la expresión activa. Dependiendo de la vitalidad de la idea, mantiene después esta forma de expresión durante un tiempo más largo o más corto. Finalmente, la forma se libera, lo que la lleva a su desintegración. Hace quinientos años, la Monarquía ocupaba el centro del escenario en la organización política de la mayoría de las sociedades. Ahora, los acontecimientos que rodearon el Aniversario de Diamante de la Reina Británica muestran que, en los pocos lugares en los que aún está presente, la idea de la Monarquía se entiende en términos en gran parte ceremoniales y simbólicos.

En varias de sus obras, Alice Bailey destaca la importancia de un grupo clave en este proceso de aparición de las ideas. El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo está formado por todos aquellos que están en la vanguardia de la transformación del pensamiento de la humanidad, a través de su constante esfuerzo para entrar en contacto y traer a la manifestación las ideas del Plan Divino. Este proceso necesita no sólo de aquellos pocos que pueden intuir las nuevas ideas entrantes, sino también de aquellos que pueden actuar como colaboradores, presentando las nuevas ideas a una población más amplia, permitiendo una aceptación generalizada. Y por último, están aquellos que son expertos en la aplicación de las ideas como programas de acción. Por lo tanto, se necesita una diversidad de mentes lo más amplia posible para traer las ideas desde los niveles elevados de abstracción hasta el punto en el que pueden incorporarse en instituciones y prácticas duraderas. Y para que una institución o práctica sea duradera, se debe prestar atención a cada punto del descenso de la idea a la forma.

Este proceso por medio del cual la civilización periódicamente se re-construye puede ser profundamente perturbador para quienes lo viven. Esto es especialmente cierto ahora, cuando el proceso se acelera. Además, la gente ahora vive más tiempo y puede esperar ver muchos más cambios en su vida que las generaciones anteriores. Por eso, cuando se acumulan muchos cambios, pueden incluso llegar a sentir que la civilización en la que nacieron está muriendo, y está siendo reemplazada por algo muy extraño. Alice Bailey lo observó cuando señaló que, «Las civilizaciones moribundas están presentes en sus formas finales, mientras van surgiendo las nuevas civilizaciones; los ciclos aparecen y desaparecen, y al desaparecer se superponen» .1

Si la humanidad debe aprender a vivir y a trabajar constructivamente en este período de cambio rápido de civilización, puede ayudar ver esta época como la expresión gradual de una visión elevada del futuro – una visión que no debe forzarse a ser demasiado rápidamente, sino que debe elaborarse cuidadosa y concienzudamente, para que todos puedan sentir que pueden hacer una contribución positiva. Este desarrollo paciente es una característica de la persistente voluntad-al-bien, que está profundamente implicada con el momento oportuno en la evolución de la conciencia. Incluso las buenas ideas pueden ser letra muerta si se ven obligadas a ser antes de que el público esté preparado para aceptarlas. La Liga de las Naciones se adelantó a su época: sin embargo, proporcionó un prototipo sobre el que se podría construir las Naciones Unidas. El efecto purificador de la austeridad se ha abordado en un Panorama Mundial previo, y los profundos problemas estructurales en la Unión Europea, puestos de manifiesto por la crisis económica actual, pueden conducir a una profunda reconsideración del significado y el propósito de la Unión misma. ¿Ha existido siempre principalmente para asegurar un mayor beneficio material para sus ciudadanos, o existe una dimensión más profunda de historia compartida, cultura y valores que debe aprovecharse? Y ¿hay alguna lección profunda que los esfuerzos de la Unión pretenden transmitir? 2 A pesar de que esta re-formulación puede ser un proceso doloroso, el hecho de que la mente humana sea conducida así al mundo de significados, que es donde se encuentran las ideas, es en sí mismo un efecto positivo. Lo que distingue el trabajo del Nuevo Grupo es que el móvil para entrar en contacto y desarrollar las ideas es siempre el bien de todos, por lo que las ideas con las que se entra en contacto albergan siempre en su interior la semilla de la síntesis. También es significativo que los miembros del Nuevo Grupo están predispuestos a trabajar de manera constructiva en formación de grupo, porque se ha dicho que las nuevas verdades sólo pueden ser captadas por el esfuerzo grupal.

Uno de los símbolos más antiguos del mundo es el Fénix, el gran pájaro que se consume periódicamente en el fuego y después re-nace. En la Sabiduría Eterna, el fuego se utiliza a menudo para simbolizar la mente. Como sabemos, el fuego puede ser tanto beneficioso como destructivo. Corresponde a todas las personas de buena voluntad aprender a trabajar de manera constructiva con la mente, asumiendo nuestro sitio en alguna parte dentro de la multitud de grupos que componen el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, tratando de entrar en contacto con la visión elevada de un mundo futuro en el que el bien de todos participe en cada órgano de la sociedad. Entonces, el Fénix de la civilización puede re-nacer con seguridad, y elevarse a mayores alturas.

1. Tratado sobre los Siete Rayos Vol. V, p. 257 (Edit. Kier)
2. Alice Bailey comentó en 1935 que «Europa es el campo de la educación del mundo en las ideas de una unidad del mundo real» (El Discipulado en la Nueva Era vol. 1, p. 161).

RESEÑAS

>>Future Money: Breakdown or Breakthrough? Por James Robertson (Green Books, 2012 www.jamesrobertson.com/futuremoney.htm)                                            >> WORLD HAPPINESS REPORT editado por Jeffrey Sachs, John Helliwell y Richard Layard (Earth Institute of Columbia University, 2012, www.earth.columbia.edu/articles/view/2960)

En Future Money, James Robertson, conocido pensador independiente especializado en cuestiones económicas y sociales, expresa, en un lenguaje claro y no técnico, un caso convincente para reformar totalmente la manera en que creamos y utilizamos el dinero. Su punto clave es que el sistema monetario actual motiva a la gente a vivir de ciertas formas más que de otras, y que estas formas resultan destructivas para las comunidades humanas y los sistemas ecológicos. El sistema monetario está por lo tanto estructurado en oposición directa a los esfuerzos de la sociedad civil para resolver algunos de los problemas más urgentes a los que se enfrenta ahora la humanidad –la pobreza mundial, la destrucción ecológica, la injusticia social, la corrupción económica y la agitación y violencia política. La necesidad de una reforma es por tanto grande y urgente.

Robertson muestra que el sistema monetario, esto es, la forma en la que los gobiernos y sus agencias desempeñan las tres principales funciones monetarias de proporcionar el suministro de dinero oficial, elevar los ingresos públicos, y gastarlo para satisfacer necesidades públicas, ha ido evolucionando de manera poco sistemática a lo largo de la historia, y en la actualidad está notablemente fuera de sintonía con las necesidades del siglo XXI. Como base para una reforma, la humanidad tiene que revisar cuáles deberían ser los propósitos y principios del sistema monetario en su totalidad. Robertson propone que el propósito central debería ser motivarnos y permitirnos organizar nuestras vidas personales y colectivas de maneras que condujesen a la supervivencia y bienestar de la humanidad y de toda la vida en la Tierra. Observa que el obstáculo principal para realizar este cambio es que, lamentablemente,  pocos o ninguno de los profesionales económicos y creadores de políticas del mundo están interesados en el propósito del funcionamiento del sistema monetario, o incluso si tiene algún propósito. Sugiere que la opinión informada y la acción pública, acompañada de un liderazgo constructivo enfocado en las medidas prácticas necesarias para la reforma, serán necesarios para convencer a los políticos y financieros de la necesidad del cambio.

Robertson ahonda en la historia del dinero para mostrar cómo han evolucionado los propósitos no hablados del actual sistema monetario, y establece las principales reformas que serían necesarias para las partes nacionales, internacionales y locales del sistema. Dado que la parte nacional es la más desarrollada, es aquí donde centra principalmente su atención. Entre sus recomendaciones, la principal es que la creación de la oferta monetaria nacional debería transferirse de los bancos comerciales al banco central. También propone que el peso de los impuestos debería pasar de ingresos a consumo, puesto que es el consumo lo que crea contaminación; y que parte de estos impuestos deberían utilizarse para financiar una Renta Ciudadana (Citizen’s Income), en lugar del complejo sistema de beneficios que existe en la actualidad. En el escenario internacional, Robertson propone reformas ampliamente similares, con la creación de una nueva moneda internacional que operaría en paralelo a las monedas nacionales; y el desarrollo de acuerdos para una colecta de ingresos internacionales gravando fiscalmente el empleo de recursos globales comunes como la pesca oceánica, los corredores aéreos y del espacio exterior, y también las actividades que causan contaminación transfronteriza, empleando los fondos para pagar los costes de la ONU y sus agencias y posiblemente también para proporcionar un componente global del Citizen’s Income. Observando que es esencial lograr la regeneración de más economías autosostenibles locales, hace una llamada para que los gobiernos locales se impliquen activamente, y para que se dé un espacio mucho mayor a las monedas de comunidades independientes, cooperativas locales, uniones de crédito y bancos de desarrollo.

Aunque Future Money no es un libro largo, es evidente que es el fruto de décadas de investigación y de contemplación de los principales temas relacionados con el dinero. Robertson proporciona también una gran riqueza de referencias para quienes quieran examinar la cuestión con más detalle. A base de destilar estos complejos asuntos en una agenda clara para la acción urgente, Robertson ha producido un libro de gran valor para todos los que están buscando guiar a la humanidad a un futuro mejor.

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El 2 de abril de 2012, el Real Gobierno de Bután presidió una reunión de alto nivel en la sede de la ONU en Nueva York, titulada, “Bienestar y felicidad: Definiendo un nuevo paradigma económico”. Durante ya muchos años, Bután ha estado desarrollando técnicas para medir la “Felicidad Nacional Bruta” (FNB). Apuntando a una creciente insatisfacción con la medida estándar empleada por otros gobiernos, el Producto Interior Bruto (PIB), otros grupos están también intentando desarrollar nuevas formas de medir la calidad de vida.

Encargado para coincidir con el encuentro, el primer Informe sobre la Felicidad Mundial salió el 2 de abril. Publicado por el Earth Institute de la universidad de Columbia, y co-editado por su director, Jeffrey Sachs, en colaboración con John Helliwell y Richard Layard, el informe refleja la nueva demanda mundial de prestar más atención a la felicidad y a la ausencia de miseria como criterios para una política gubernamental. Pasa revista al estado de la felicidad en el mundo actual y muestra como la nueva ciencia de la felicidad explica las variaciones personales y nacionales en felicidad. En su introducción, Sachs observa que en las sociedades empobrecidas, a medida que unos ingresos crecientes proveen mejoras básicas en alimentación, educación y salud, la búsqueda de mejoras en el bienestar material tiene mucho sentido. Sin embargo, la investigación ha mostrado que en los países más ricos, el constante aumento de ingresos, más allá de cierto punto, no parece conducir a una mayor felicidad. Cita varias razones para este sorprendente resultado: la gente tiende a comparar su nivel de riqueza con el de los demás; el aumento de riqueza en una sociedad puede estar distribuido desigualmente; otros factores, como la inseguridad o la falta de confianza social pueden erosionar los beneficios obtenidos con un aumento de ingresos; el hecho de que aunque unos ingresos mayores pueden elevar hasta cierto grado la felicidad, la búsqueda de un aumento en ingresos puede reducir la felicidad; así como la constante creación de nuevos deseos con la publicidad.

Sachs señala que la perspectiva económica simplificada que ve a las personas como consumidores racionales (implícita en el PIB) tiene que dejar paso a un modelo más rico de la humanidad que reconozca la compleja interrelación de emociones y pensamientos en nuestra toma de decisiones, y que reconozca nuestra profunda necesidad de comunidad y conexiones sociales. Observa que la idea de que las sociedades deberían fomentar la felicidad en sus ciudadanos es incuestionable, pero que una objeción sería que es una cualidad demasiado vaga y subjetiva como para estructurar las políticas de los gobiernos. Señala que existen numerosas dimensiones de felicidad que psicólogos, economistas, encuestadores y sociólogos han demostrado que pueden medirse, analizarse y relacionarse con las características del individuo y de su sociedad. Esta es la emergente ciencia de la felicidad, que el resto del informe examina con más detalle. Sachs concluye la introducción alabando el trabajo pionero realizado por Bután con la FNB, y sugiere que los sucesores al Desarrollo de los Objetivos del Milenio, los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), deberían incluir un compromiso específico para medir la felicidad.

En la Parte I del informe, el capítulo 2 contempla algunos de los métodos para medir la felicidad actualmente en uso, como el Gallup World Poll y el Informe Social Europeo. Los resultados sugieren que la recogida periódica de datos a gran escala puede mejorar la creación de políticas macroeconómicas y adecuar la entrega de servicios sociales.  El capitulo 3 examina las causas de la felicidad, tanto externa (por ejemplo ingresos, trabajo, gobierno, valores) y personal (salud, vida familiar, educación, edad), y concluye que aunque los ingresos totales son importantes en los países pobres, en los ricos probablemente sean más importantes los ingresos comparativos, y que muchos otros factores ejerzan un poderoso efecto, como la confianza social, la calidad del trabajo, y la participación política. El capítulo 4 considera algunas de las implicaciones de estos descubrimientos en cuanto a políticas, y encuentra que mientras que unos estándares básicos de vida son esenciales para la felicidad, una vez que la línea base está satisfecha, la felicidad dependa más de la calidad de las relaciones humanas que de los ingresos. Por lo tanto, deberían diseñarse políticas capaces de fortalecer las relaciones humanas, por ejemplo, apoyando la vida familiar mediante un equilibrio vida-trabajo honesto, y proporcionar una educación adecuada para todos.

La Parte II del informe presenta tres casos de estudio, empezando con el de Bután. Los autores observan la naturaleza multidimensional de la FNB, y citan a Jigme Thinley, primer ministro de Bután, quien dice que “la felicidad duradera permanente… sólo se obtiene sirviendo a los demás, viviendo en armonía con la naturaleza, y realizando nuestra sabiduría innata”. El Índice de la FNB se compone de treinta y tres indicadores separados, abarcando los nueve dominios de educación, salud, diversidad ecológica y resiliencia, buen gobierno, empleo del tiempo (trabajo y sueño), diversidad cultural y resiliencia, vitalidad de la comunidad, bienestar psicológico, y nivel de vida, y los autores describen cada indicador en detalle, así como la manera de combinarlos. Proporcionan sus resultados más recientes, y dan ejemplos para ilustrar cómo grupos distintos –alfabetizados o analfabetos, urbanos o rurales, jóvenes o viejos, monjes, granjeros o empresarios, pueden ser todos identificados como felices utilizando este modelo. Por último, observan que la FNB es un experimento vivo, y enfatizan que el propósito del Índice de la FNB es proporcionar un incentivo a personas de todo tipo de proveniencia para aumentar su felicidad dentro de la sociedad.

El segundo caso de estudio informa sobre el trabajo de la Oficina de Estadística Nacional de Reino Unido en sus recientes esfuerzos por medir el bienestar subjetivo. El autor de este estudio de caso refleja los esfuerzos iniciales por incluir cuatro preguntas experimentales respecto al bienestar subjetivo en su informe, y concluye que las medidas subjetivas y objetivas pueden complementarse entre sí para evaluar el bienestar nacional.

El último caso de estudio delinea el reciente trabajo de la Organización para el Desarrollo Económico (OCDE) estableciendo directrices sobre la medición del bienestar subjetivo para las oficinas estatales de estadística. Este esfuerzo está pensado para ayudar a estandarizar la medida del bienestar subjetivo, para permitir comparaciones entre regiones y entre países, y se prevé que las directrices se publicarán a finales de 2012.

La existencia del Informe Mundial sobre la Felicidad es alentadora, dado que muestra que incluso los economistas y estadistas testarudos están actualmente dispuestos a aceptar la necesidad de incluir más dimensiones subjetivas en sus valoraciones. El bienestar subjetivo o la felicidad no es, en sí, fácil de definir, pero es interesante observar el énfasis sobre la mejora de relaciones que refleja el informe. Alcanzar unas correctas relaciones humanas mediante la aplicación de la buena voluntad es un tema importante en los escritos de Alice Bailey. “Correcto” y “bueno” son otras dos ideas que la humanidad lleva tiempo esforzándose por encarnar, y comprenderlas y expresarlas no solo requiere un razonamiento claro, sino la ardiente compasión del corazón. El corazón es el custodio de la consciencia, y cuando las riendas del control pasan del incesante charloteo de la mente a la “pequeña voz queda”, se produce una tendencia natural a pensar y actuar en términos del bien de la totalidad. Entonces, ciertamente, como propone Jigme Thinley, la verdadera y perdurable felicidad puede emerger, a través del servicio a nuestros semejantes y a todos los reinos de la naturaleza, y la amorosa sabiduría del corazón puede convertirse en el imán de la sociedad.

 

LA SEMANA DEL FESTIVAL DEL NUEVO GRUPO DE SERVIDORES DEL MUNDO – 21-28 DICIEMBRE 2012

A medida que la consciencia de la humanidad se expande, nuevas energías se vuelven disponibles para ser utilizadas en servicio. Estas energías siguen un patrón cíclico, como todo en la naturaleza. Uno de estos ciclos ejerce su impacto sobre la consciencia humana entre el 21 y el 28 de diciembre, cada septenio. Grupos de todo el mundo celebran estos días como le Semana del Festival del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo – y conmemoran el trabajo de todos cuantos sirven abnegadamente a los demás sin distinción de raza, clase o credo.

Desde la última semana del Festival, celebrada en 2005, un cambio dinámico continua barriendo el mundo. Cantidades cada vez mayores de hombres y mujeres de buena voluntad han condensado la voz de un público crecientemente informado en un instrumento más efectivo para el cambio. Los miembros del nuevo grupo de servidores del mundo actúan, por tanto, como intérpretes, fomentando el crecimiento de la buena voluntad y del entendimiento. Ejercen un efecto fermentador sobre la consciencia humana y proporcionan un punto de equilibrio entre la humanidad y las fuerzas entrantes de reconstrucción. A pesar de los aterradores desafíos a los que todavía se enfrenta la humanidad, la visión mantenida por quienes pueden ver más allá de la confusión externa está iluminando el camino a seguir.

Esta semana de impacto grupal es un tiempo para meditar e irradiar el poder del amor y de la buena voluntad por toda la red del nuevo grupo de servidores del mundo  y a las mentes y corazones de toda la raza. También proporciona una oportunidad especial para involucrarse en el trabajo de este grupo de servidores. Por lo tanto, le invitamos a participar publicitando esta semana del festival, y haciendo resonar una nota fuerte y clara de buena voluntad en respuesta a la urgente necesidad de adoptar valores espirituales.

Como continuación a la Semana del Festival de hace siete años, hemos visto grandes alteraciones políticas, sociales y económicas, manifestándose en iniciativas como el “Movimiento Occupy”, la “Primavera Árabe”, y un foco constante, con diversos grados de éxito, sobre la importancia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU. Entre todos están ejerciendo un impacto significativo sobre la percepción de cuestiones sociales y principios espirituales. También hemos visto el desafío que supone para naciones y comunidades expresar estos valores y reformar las estructuras que servirán al bien común. Mientras dominen los intereses personales o nacionales, no podrá existir “armonía social”, ni seguridad o unidad, ni libertad o bienestar. Puede que los próximos siete años vean por fin el “sacrificio del egoísmo”, a medida que la gente de buena voluntad reconoce la necesidad de compartir y la contribución de todas las partes de la sociedad al crecimiento y prosperidad de la totalidad. La palabra sacrificio significa “unión”, y el trabajo del grupo está así estrechamente vinculado al fortalecimiento del puente entre los reinos superiores e inferiores de la naturaleza.

Como el destino de todo pueblo y nación está determinado por los valores que gobiernan sus decisiones, hagamos cuanto podamos en nuestras propias vidas para apoyar a quienes están trabajando para implementar estos valores en la sociedad. Podemos “fortalecer las manos del nuevo grupo de servidores del mundo” en meditación, especialmente durante la semana del 21 al 28 de diciembre. Por favor, utilice el impreso de respuesta para solicitar el material disponible para usar y distribuir.

A lo largo de la Semana del Festival, Lucis Trust, la casa matriz de Buena Voluntad Mundial, celebrará encuentros en Londres, Ginebra y Nueva York sobre el tema de “crear puentes”, empezando con una reunión el sábado 22 de diciembre 2012. Esperamos que pueda reunirse con nosotros en alguno de estos encuentros, o participar en las meditaciones. Por favor, envíenos un correo electrónico o escríbanos para recibir una copia de los detalles del programa e información sobre los demás encuentros que estamos planificando para la Semana del Festival. También puede consultarlo en nuestra página web en www.lucistrust.org/festivalweek Asimismo estamos produciendo un vídeo para ayudar a publicitar esta semana significativa y proporcionando un espacio en nuestra página web para que los colaboradores compartan con nosotros los actos que hayan planificado. Estaremos enormemente interesados en conocer cualquier evento que organice para esta semana, pero esté donde esté y haga lo que haga, lo importante es la preparar la consciencia para esta semana de oportunidad cíclica.

 

LA GRAN INVOCACIÓN

 

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,

Que afluya luz a las mentes de los hombres;

Que la Luz descienda a la Tierra.

 

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios

Que afluya amor a los corazones de los hombres;

Que Cristo* retorne a la Tierra.

 

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida

Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres,

El propósito que los Maestros conocen y sirven.

 

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,

Que se realice el Plan de Amor y de Luz

Y selle la puerta donde se halla el mal.

 

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

(versión adaptada)

 

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,

Que afluya luz a las mentes humanas;

Que la Luz descienda a la Tierra.

 

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios

Que afluya amor a los corazones humanos;

Que Aquél que viene* retorne a la Tierra.

 

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida

Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades humanas,

El propósito que los Maestros conocen y sirven.

 

Desde el centro que llamamos la raza humana,

Que se realice el Plan de Amor y de Luz

Y selle la puerta donde se halla el mal.

 

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

 

*Muchas religiones creen en un Instructor Mundial que vendrá en el futuro (de ahí  ‘Aquel que viene’), conociéndole por nombres como el Señor Maitreya, el Imán Mahdi, el avatar Kalki, etc. Estos términos se emplean a veces en versiones de La Gran Invocación para personas de una fe concreta.