Nadie podrá leer el muy documentado libro de Matthieu Ricard, «En defensa de los animales», sin despejar su plato diario de cualquier trozo de carne. Nadie puede avanzar en la lectura de este alegato extenso y sólido de defensa de nuestros hermanos animales, sin añadir un nuevo compromiso, una nueva militancia a su vida. Mathieu nos emplaza a abrazar esta causa ya inaplazable. Las palabras de Milan Kundera  recogidas en el libro son muy  clarificadoras al respecto: «El verdadero test moral de la humanidad son las relaciones con quienes están a su merced:  los animales. Y es aquí donde se ha producido la mayor derrota del ser humano, una debacle fundamental de la que derivan todas las demás»

 

Tras la amena y más que fundamentada lectura, difícilmente el lector seguirá sumando la pulcra y esterilizada bandeja de carne a su bolsa de la compra. El ser humano no puede avanzar en su integral desarrollo, dejando tras de sí ese reguero de sangre inocente. A la vista de la argumentación presentada en el libro; a la vista del enorme coste ambiental, energético y sobre todo ético que el consumo masivo de la carne animal conlleva, el  humano alcanza ya la disyuntiva inpostergable de seguir como hasta ahora, o dar el salto evolutivo pendiente. O seguimos infligiendo un terrible y masivo sufrimiento a los miles de millones de seres sensibles que cada año son criados y sacrificados para nuestra ingesta, o por fin atendemos al gran desafío de nuestros días: empezar a tratar con el amor y la ternura debidos a nuestros hermanos animales.

 

Sólo un botón de muestra para sumarnos a la apabullante argumentación que Matthieu Ricard nos presenta en favor de la causa amimalista y vegetariana: «Si todos los habitantes de Norteamérica se abstuvieran de comer carne un día a la semana, eso permitiría, indirectamente alimentar a 25 millones de personas sin recursos, ¡todos los días durante todo un año! También contribuiría a luchar eficazmente contra el cambio climático».

Mathieu Ricard nos vuelve a sorprender, ya no en su faceta de moderno místico o vigoroso ensayista, sino también en su faz más militante. Porque si una causa noble habíamos postergado hasta nuestros días es la que él nos presenta de una forma tan clara, como firme. Por último, un poco de histórica poesía que también acoge el extenso libro recién editado en castellano. El reconocido monje budista francés nos trae de la mano al poeta clásico Ovidio, quien en su «Metamorfosis» ya cantó un consistente alegato en defensa del hermano animal:

«Tenéis el trigo, las manzanas que cuelgan

de las ramas flexibles; tenéis la uva que engorda

en la viñas verdes y hierbas agradables, verduras

que la cocción torna suaves y blandas; tenéis la leche

y la miel de trébol. La Tierra es pródiga

en provisiones y sus alimentos son amables.

Depositad en vuestras mesas cosas que no exigen ni sangre, ni muerte»

Pero qué desgracia y maldad hacer engullir carne a nuestra propia carne,

cebar nuestros cuerpos ávidos zampando otros cuerpos,

alimentar una criatura viva con la muerte de otra.»

 

Koldo Aldai, 26 septiembre 2015El libro lo acaba de editar Kairós, ahora en septiembre. Más info del mismo en: http://editorialkairos.com/catal <

http://editorialkairos.com/catal> …/en-defensa-de-los-animales

Nº de páginas: 416 págs.
Editorial: KAIROS
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788499884608