{jcomments on} Según la WIKIPEDIA (enciclopedia libre de Internet, que no el último boom de Shakira), la palabra que tanto escuchamos últimamente “globalización es “un proceso económico, tecnológico, social y cultural, a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La R.A.E., algo más parca en palabras la define como “tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales”. Hace pocos días este hecho ha quedado sumamente demostrado con la celebración de Halloween (“jalogüin” en la lengua andaluza), que aunque pocos sepamos realmente que significa, quién más quién menos ha disfrazado a los niños de brujas o vampiros; se ha tomado una copa en un “ambiente terrorífico” o le ha puesto una vela a la calabaza en vez de añadirla a la berza… ¡la globalización socio-cultural-económica, señores!
Pues hoy Jueves, es el Thanksgiving Day (zangibin dei, p´a entenderno), Día de Acción de Gracias. ¡Que maravilla! A mi entender, ésta si que es una hermosa celebración cuya extensión hasta el último rincón del planeta sería benéfica para la humanidad. Dar gracias. ¡Hay tanto que agradecer! Nuestro sabio refranero ya lo dice: “De bien nacidos es ser agradecidos”; se valora positivamente la gratitud, lo que es muy inteligente y práctico. Sentir agradecimiento es expresar amor; es enfocar nuestra mente para rebuscar cualquier indicio de alegría, aprendizaje, amabilidad, ayuda, apoyo, entusiasmo, dolor, esfuerzo, ternura, diversión… en la gente que nos rodea y en nuestras experiencias vividas, por las que dar las gracias. Pensando en todo ello es imposible sentir negatividad, pues como dijo el poeta Facundo Cabral, “no estás deprimido, estás distraído”; muy despistado de todo lo bueno y lo bello que nos rodea, aún cuando en primera instancia lo hayamos etiquetado de malo, horrible, injusto o inmerecido. Toda adversidad contiene en sí misma la semilla de un beneficio equivalente o mayor, aunque en ese preciso momento no lo veamos. Lo que se da, se recibe. En lo que se enfoca la atención, aumenta y se expande. A la Vida y a las personas les gusta ser reconocidas y recibir agradecimiento y la respuesta es proporcionar mas personas, cosas y situaciones que agradecer. Es la Ley.
Representar el agradecimiento, en marketing o escaparates, quizá no sea tan sencillo como los múltiples corazones rojos de San Valentín o las monstruosas caretas o calabazas de Halloween, pero cuantas mas caras sonrientes tengamos y veamos y más besos y abrazos demos y recibamos, no cabe duda, estamos dando gracias y celebrando el Thanksgiving.
Gracias, de corazón.
Ana Novo
www.creoycreo.com
Autora del libro “Elige tu vida, ¡ahora!