Según Aristóteles el objetivo de la vida es ser feliz, el fin último al cual se destinan todas nuestras acciones.
 
Es comprensible, por tanto, que sea un tema que siempre interesa al ser humano y, desde todas las filosofías, doctrinas y ámbitos, de todos los tiempos, se estudie e investigue para averiguar las claves, los requisitos o los elementos y condiciones que nos faciliten y permitan conseguir ese bien supremo, y muy escurridizo, de la vida.
 

Otros, en cambio, consideran que no hay camino para llegar a la felicidad, sino que ésta es el camino.
 
Yo comulgo con ambas posturas; la felicidad es camino y es meta. La Felicidad Soy Yo. La Felicidad Eres Tú.
 
Reflexionando al respecto, no creo que se necesiten muchas claves, requisitos ni condiciones para ser, estar, sentirse y hacer feliz. Me atrevo a fijar el requisito, uno: SER.
 
Ser, a mi entender, es lo único que permite la verdadera felicidad. No el tener. Tampoco el hacer. Simplemente ser.
 
Ser, Amor, Felicidad. Sinónimos.
 
En alguna ocasión me he referido a la secuencia correcta para vivir: ser-hacer y tener. Andamos algo equivocado y por ello en lugar de expresar la felicidad que somos, vamos por la vida estresados, ansiosos, malhumorados, insatisfechos y deprimidos: ¡infelices! Insisto en que en esta ocasión, el orden de los factores si altera el producto, y mucho.
 
Diría más, convirtiéndolo en fórmula, estaríamos en que ser+hacer=tener. No podemos tener felicidad, no podemos hacer nada para conseguirla, salvo que ya seamos felices; expresemos al exterior, la felicidad que somos. A partir de ahí, lo que hagamos y tengamos nos vendrá por añadidura, pero no alterará un ápice la felicidad y alegría del ser.
 
Cuando el ser humano toma conciencia de su verdadera esencia, de que es una maravillosa y valiosa “astilla” del Creador de cielos y tierra; del regalo que supone su tiempo de vida en este planeta para que pueda experimentar toda su libertad y poder creativo, en continuo desarrollo y evolución hacia su Misión o Propósito que da sentido a su vida; es Feliz, verdaderamente; es entonces cuando siente plenitud y realización.
 
Puede que además comparta su vida con otros seres dándose mutuamente amor; puede que al poner sus talentos al servicio de los demás goce de una buena prosperidad económica; puede disfrutar de la maravillosa naturaleza y gozar de los placeres y belleza que nos rodean. Sólo necesita una cosa: ser feliz: estar atento, valorar, apreciar y agradecer todo lo que ya es, tiene y hace en el momento presente.
 
Sin este requisito, nadie ni nada nos podrá hacer felices y nos pasaremos la vida, en busca de un tesoro perdido que ya todos somos y poseemos en nuestro interior.
 
Para ayudarte a recordar que Eres Felicidad, y que cuentes con una buena guía orientativa a la hora de expresarla, te recomiendo el e-book “101 pasos hacia la felicidad”, de Angel Gonzalez, amigo y un buen especialista en ser feliz.
 
Ana Novo, 17 enero 2013

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