Os enviamos este mensaje:
Que las piedras digan la verdad,
Que las plantas y los árboles proclamen el gozo de la creación,
Pero la acción es para la humanidad.

Porque en la acción está enterrado el fruto del esfuerzo humano.
Las aves no recuerdan sus actos ni los actos de otros;
Por ello, regresan a sus viejos nidos.
De modo, que olvide el hombre sus errores, y que se esfuerce
        en el sendero del Gran Silencio y Bienaventuranza.
El Gran Silencio es como el rugido de un océano
        y la quietud de una casa vacía.

314- (Las Hojas del Jardín de Morya I, La Llamada) 1924, The Agni Yoga Society, Nueva York