Querido amigo:

Como siempre leí con interés y atención lo que enviaste de Koldo sobre «te prometo una vida apasionante». Es patente que escribe de maravilla, que tiene ideas muy sugerentes y un gran corazón.

Entiendo todo lo que dice y entiendo que lo diga. Su visión es muy humana y razonable y abierta y conciliadora y por lo tanto fácil de compartir por muchos. Pero le falta una cosa: la visión de la fe cristiana. Y eso la hace incompleta y, en el fondo, en mi opinión, errada en algunos aspectos.

La principal verdad de la fe cristiana es que Jesucristo es el Hijo de Dios (hay muchas y muy claras citas en el Evangelio). El Hijo Único del Dios Único, del Creador de todo. Si esto es así, si esto es verdad, si esto es la gran verdad de la historia de la humanidad, todo cambia. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Él es la Vida más apasionante; sus palabras son la Verdad más plena y el Camino más directo y seguro hacia Dios. Y, entonces, la Iglesia que Él se empeñó en fundar (hay muchas y muy claras citas en el Evangelio) sigue siendo la única continuadora de todo lo que Él nos trajo e hizo. Es verdad y claro que esa Iglesia  comete errores, a veces graves, que son el triste reflejo de su componente humano. Pero eso no debe disminuir la fe en el mensaje, porque no es suyo sino de Él.

Entonces muchas de las cosas que dice Koldo son cuanto menos muy matizables. Podría comentar algunas de ellas, pero me parece mejor insistir en lo esencial. La cuestión de fondo es sólo una, siempre la misma: la idea de Jesucristo que se tenga. O es un Maestro más o es el Hijo de Dios. (Si es uno más  tiemblo por nuestra salvación; aunque el hombre tenga tantas cosas buenas es incapaz de salvarse sin Dios).

Caminos de Dios son todos; pero, el más seguro y directo es su propio Hijo. Verdad y belleza, bondad, luz, virtud, y heroísmo puedo encontrarlo en muchas partes, y en abundancia sorprendente; pero, la Verdad y la Belleza, la Luz, la Bondad y la virtud y el heroísmos máximos siempre se encuentra en Jesucristo. No puede ser de otra manera: es el Hijo de Dios!

Jesucristo sí trajo y nos dejó un Credo y un Dogma: sus palabras, sus milagros, su modo de amar y de enseñarnos a amar, su perdón de los pecados, su estar siempre con nosotros, la promesa del Cielo. Credo y Dogma son su muerte por amor y su gloriosa Resurrección. Son el Credo y el Dogma más maravillosos porque son la Verdad de Dios y la verdad del hombre; la verdad del amor de Dios al hombre. Y son el Credo y el Dogma más ligeros porque son los del Dios que nos crea libres y respeta nuestra libertad, y que nos ayuda a vivirlos. Y son el Credo y el Dogma más abiertos y menos exclusivos, ya que enseñan que todos somos iguales en dignidad -imagen y semejanza de Dios, hijos de Dios-, hermanos unos de otros. Y por eso jamás desunen, siempre unen; son el principal motor de fraternidad entre todos los hombres.

Murió en la Cruz con los brazos abiertos para abrazar a toda la humanidad. A todos, incluso a los que no quiere ser abrazados. Y muere para abrir las puertas del Cielo, a todos, de todo lugar, tiempo y condición. El cristianismo es la menos exclusiva de las religiones.

Y muere perdonando, buscando una excusa para sus verdugos. Y la encuentra y afirma “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Y era verdad: pensaban que Jesús era un impostor blasfemo, o un lunático,… Ahora, tras dos mil años, estamos en las mismas: no Le conocemos. Podemos pensar que Cristo no es necesario, que es sólo uno más, que es aburrido, que nos quita la libertad, que es enemigo de la felicidad humana… y le condenamos, cuanto menos, a la indiferencia. No sabemos que es el Salvador. No sabemos lo que hacemos; creemos más en nosotros mismos que en Él; más en nuestras opiniones que en su Palabra (que ahora recuerda -a pesar de los pesares- su Iglesia). Y podemos estar buscando la salvación por mil lugares…sin llegar a encopntrarla

Para mi la vida más apasionante ha sido la de María Santísima y la de San José. Y la de los primeros cristianos, hombres y mujeres, que tuvieron la suerte de encontrarle, enamorarse de El  y seguirle. Y ahora la de todos aquellos que viven  conociendo, amando y siguiendo a Jesucristo, el  Enmanuel, Dios con nosotros. La vida más apasionante la que se vive para hacer realidad los sueños del Dios Encarnado.

Termino con una cita de Edit Stein (conversa del judaísmo al catolicismo, monja carmelita, mártir de los nazis) y otra de Benedicto XVI

–       “No aceptéis nada como la verdad, si carece de amor. Y no aceptéis nada como amor que no tenga la verdad”.

–       «quisiera mostrar a los jóvenes lo hermoso que es ser cristiano, ya que existe la idea difundida de que los cristianos deben observar un inmenso número de mandamientos, prohibiciones, principios, etc., y que, por tanto, el cristianismo es…algo que cansa y oprime la vida y que se es más libre sin todos esos lastres. Quisiera en cambio resaltar que ser sostenidos por un gran Amor y por una revelación no es una carga, sino que te da alas…» (BXVI palabras previas viaje JMJ 2005 en Colonia)

 Gracias por todo. Si lo ves oportuno hazle llegar estas líneas a Koldo. Y si también lo ves oportuno envíalas desde Ananta como ideas de un sacerdote católico sobre «la vida apasionante».

Fuerte abrazo. Y si vienes por Sevilla, avísame.

Emilio{jcomments on}