Si de verdad queremos cambiar el mundo, debemos mirarnos a nosotros mismos y empezar a cambiar nuestros hábitos, nuestras costumbres, nuestras pesadas cargas, nuestros programas, nuestras manías, nuestras inseguridades, nuestros miedos, nuestra ignorancia, nuestra animalidad, nuestro comportamiento, nuestro interior. Empecemos mirándonos al espejo.

Si de verdad queremos una vida mejor, empecemos por ofrecer lo mejor de nosotros mismos a nuestras familias, a nuestros amigos, a nuestros conocidos, a nuestra comunidad.

Si de verdad queremos mejorar la vida de los que vendrán a sustituirnos, de los que heredarán nuestra obra, debemos empezar a construir algo hermoso y bello, profundo y con significado y propósito.
Si de verdad queremos hacer de una vida buena, una vida mejor, debemos mirar al mundo con esperanza, pero sobre todo, debemos trabajar constantemente por permitir que todo crezca fértil y amable.

 

Somos soberanos, somos dioses. Mirémonos al espejo, cambiemos el mundo. Marquemos la diferencia, demos un cambio por una vez en la vida. El mensaje no puede ser más claro. Demos un vistazo al mundo y cambiemos.{jcomments on}