En el medio la virtud
Convergencia con motivo la llegada del Equinocio de Otoño.
Sugerencia de meditación  sincronizada: 21 de Septiembre a las 20 horas (hora española)

Un nuevo equinocio nos  brinda la oportunidad de  aunar  nuestros  corazones y voluntades. La danza sideral de la Madre Tierra nos conduce en silencio, una vez más, hacia otro momento señalado en su eterno viaje alrededor del Padre Sol, el arranque del Otoño.

Se van extinguiendo poco a poco los cantos estivales y sus ecos en el Hemisferio Norte, la vida vacía sus despensas en beneficio de todos y se prepara para su recogimiento invernal. Pero antes, en un nuevo gesto de amor, nos ofrece una gran lección de equilibrio en el umbral biorrítmico de su portal de Otoño.

En este umbral la luz y su ausencia se dan la mano, se miran de frente, como las dos caras de la misma moneda de la creación, se saludan y se relevan. Es un instante sagrado en la magia de los ciclos de la naturaleza que propicia un momento de oración colectiva de agradecimiento y de reconocimiento.

Agradecimiento por las cosechas recogidas, por la luz estival regalada y el crecimiento personal y colectivo en que la hemos convertido, por la vida que sigue derramándose generosa a pesar de todo.

Reconocimiento por la nueva etapa que se nos abre para recogernos sobre nosotros mismos, para interiorizar y profundizar en nuestro centro y conectarnos con nuestro Ser Superior Divino durante las largas noches invernales de silencio y oscuridad.

Una hermosa lección de equilibrio (“In medio virtus”), biológico, personal, colectivo, mundial, ya reconocida por las sabidurías más antiguas se nos muestra con claridad en otra vibrante página del gran sueño rítmico de la creación.

Os adjuntamos sendos textos de los Maestros que ilustran la importancia del momento:

“Durante los días de otoño, se vive el gran milagro de la objetividad saliendo de la subjetividad. El equilibrio de la balanza en el Equinoccio, consigue que las fuerzas opuestas se unan en el centro. El polo inferior de la creación es absorbido por su Polo superior y se crean circunstancias mágicas para el acercamiento entre las diferentes formas o creencias entre los seres humanos.

Toda actividad impersonal se convierte en bendita herramienta para conseguir ese sentido de unión que la humanidad tanto necesita, de forma que la comprensión final y el Amor a una Sola Fuente de Luz iluminando el universo, consiga que cada ser humano se sienta verdaderamente un Hijo de Dios.

La belleza de la música de Paz depende solamente del desarrollo de ese sentido de unión interno y esas notas resplandecen en este equinoccio cuando, como Humanidad, estamos posiblemente, más despiertos y ansiosos de Amor que nunca.”

 E. Krishnamacharya

En el profundo equilibrio que fluye durante el equinoccio de Otoño, el Alma emite su nota vibracional y  la personalidad en anhelo de comprensión se funde en el silencio de la respiración del Universo.

Todo parece tener una misma medida, una forma única de acercarnos a Dios, a la Fuente. Toda la Luz respirada desde el Equinoccio de Primavera y vivida en intensidad en el Solsticio de Verano, es ahora el Puente luminoso que nos puede llevar al respeto, a la ternura, al acercamiento entre la humanidad que despierta lentamente a la comprensión de una única verdad que nos une a todos.

Maestro Tibetano