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Nos alegra siempre vernos.

Había muy bonito ambiente en Toledo en el XIV encuentro de la Red Ibérica de Luz.

Se ha generado noble energía que limpia mucho.

El largo camino es más bonito con personas como vosotros.

Nos buscamos, y nos encontramos.

Y, al final, queda este propósito: «desde ese centro yo, el alma, surgiré».

Y siempre, un anhelo: «que el amor del ser divino se derrame por todas partes».