Vivo testimonio de “amor en acción”
Cuando le preguntamos por su trayectoria de vida, nos espeta una respuesta ya ensayada: “romántico, soñador, servidor”. Sólo al final de una larga conversación logro arrancarle su “curriculum” de presidente del Club Rotary de Caracas y promotor de la Fundación “Amor en Acción” y de la “World Future Society” (“Sociedad mundial del futuro”). En su vida ha tenido tiempo para dar clases en la Universidad, para dirigir la “Sociedad bolivariana” y para ser condecorado por órdenes místicas. De todo ello le echa la culpa a su tío, uno de los padres de la nación del Orinoco, que le inyectó ese virus por la “cosa pública”, ese empeño por hacer realidad los sueños colectivos.
En la revuelta geografía venezolana se halla a mitad de camino entre el templo de meditación, la leprosería y la trinchera política. No le obligamos a optar porque la nación se hallaba en pleno y crítico alumbramiento, porque le hubiéramos colocado en un gratuito compromiso. Insiste en aquello de ser “factor de bien para la humanidad”. “Lo demás son pendejadas” remata con fuerza este hombre de empresa que maltrata con un ritmo de vida galopante su corazón debilitado.
El tamaño de su figura, de sus palabras, de su discurso, la fuerza de su fe nos colocan ante una de esas personas claves en las que se refugian las gentes, una de esas rocas firmes donde varan las mareas humanas, rocas que se manifiestan imprescindibles cuando los mares se encabritan. Precisamente el océano de Venezuela anda especialmente revuelto, ensanchando a fuerza de algarabía y cacerolas su horizonte cercenado.
El lo debe de saber y por ello cumple con su misión. Sus dos “celulares” (“móviles” para los venezolanos) no reposan junto al magnetófono. Continuamente lo detienen en “pause”. La nación vive instantes trascendentales y él no para de atender a gente que le facilita información, que le pide orientación y ayuda.
Quizá “calentado” por el clima que nos circunda, no oculta su beligerancia contra la “espiritualidad de salón”. Antonio no es sólo verbo amable. Una vez ha revelado su “yo más cordial”, sabe poner también en sus elocuentes labios palabras más ácidas. Este hombre de paz, termina destapando su artillería a la hora de denunciar una espiritualidad ausente del mundo, en el momento de criticar unos meditadores que van marcando distancia con el sufrimiento humano… Este hombre de negocios, pero a la vez de firme compromiso humano y social, no concibe una vivencia de Dios, a la vez alejada de las llagas de los más desfavorecidos.
¿Qué papel se adjudica Antonio Briceño en su escenario?
Mi “roll” particular es levantarme todos los días y, después de darle gracias a Dios por el milagro de la vida, es hacer algo que eleve la conciencia del venezolano. Pido cada mañana ser algo positivo para el país y el mundo entero. A la noche he de acostarme tranquilo habiendo dado respuesta a esa inquietud matutina de haber sido factor de bien.
Percibo un Antonio muy optimista ante las trasformaciones planearias que están aconteciendo…
El hombre va dejando poco a poco a un lado todo aquello que no le permite mejorarse y trascenderse. Somos cada día más los que vamos abandonando los condicionamientos y medios que no nos permiten salir adelante como seres maduros. Los cambios de individuo en individuo se van concretando ya en trasformaciones colectivas.
Hombre optimista y a la vez de gran fe…
Si el ser humano no tuviera encendida la llama de su amor interno, simplemente no existiría. Esa llama es la presencia divina en cada uno de nosotros.
Su testimonio de vida representa una síntesis poco habitual de devoción y militancia…
No se puede ser impasible y devoto de Dios a la vez. No se puede ser cobarde y espiritual a un mismo tiempo. Quienes dicen que no quieren participar en cuestiones públicas pues están dedicados a la meditación, quienes viven con temor la implicación social, quienes rehuyen comprometerse en el continuo aquí y ahora, no son verdaderos espirituales.
El espiritual es el que le ha dicho no al miedo, no a la cobardía y se dedica en su acción cotidiana a ser ejemplo y testimonio de virtudes y valores eternos. La intensa vivencia espiritual conlleva una activa participación en los diferentes ámbitos de la vida: laboral, ciudadano, familiar, humano en general…
¿Encuentran eco sus llamamientos humanitarios?
Más bien poco. Cuando convocamos a sesiones de meditación tenemos una asistencia muy masiva, sin embargo llamamos a ese mismo grupo a compartir una tarde con los enfermos de lepra que están tan necesitados de cariño y compañía y la respuesta de muchos es que no tienen tiempo.
El tiempo se dilata a voluntad. Hay ratos para meditar, para orar…, pero hemos de buscar también tiempo para poder dar la mano al niño, para poder ayudar al necesitado, para generar a través de nuestras acciones una sociedad más justa, más participativa, más acorde en definitiva con los ideales espirituales que albergamos.
Su propuesta vital es cuanto menos exigente…
Los que tratamos de transitar el camino espiritual sabemos que hemos de deshacernos de todo lo que nos condiciona para hacer el Cielo en la Tierra, tal como nos lo pidió el Maestro Jesús. Nosotros somos los que hemos de generar el reino de Dios, primero en nuestro corazón y después en nuestro rededor.
Hemos de trabajar por una nueva conciencia, en la búsqueda de la mayor perfección posible, incrementar la Presencia Divina consciente en nosotros. Dios no quiere que nosotros Le sigamos como borregos. El quiere que trabajemos conscientemente para la irradiación de la Presencia Divina en todo.
No importa lo que diga la familia, la sociedad, la gente que nos rodea… , lo que importa es lo que dice nuestra conciencia, pues ella es la manifestación de Dios en cada uno de nosotros. Para oír esa voz interna es necesario practicar el silencio y la introspección. La conciencia no se va a equivocar. Puede que en algunos momentos concuerde con la razón. Sin embargo ante la disyuntiva de la conciencia y la razón, no puede haber dudas: hemos de optar por la primera.
¿Cambio personal ó cambio colectivo?
No creo en el cambio colectivo repentino. Este sólo es el resultado de las trasformaciones personales. Los 144.000 elegidos de la Biblia son aquellos seres que simplemente entran en un estado de conciencia superior. Cuando ello realmente ocurra eso generará una serie de cambios en cadena.
¿Prima por lo tanto la evolución interna?
La masa crítica que ha operado cambios en su interior es la que provoca cambios sociales Estamos en un proceso de aceleración de la historia. No hemos de olvidar que en este intenso tránsito en el que nos hallamos inmersos, gozamos de la ayuda superior.
Vivimos un momento especialmente fértil. Las verdades siempre han estado dentro de nosotros aguardando el momento de aflorar. Las verdades que escuchamos fuera simplemente hacen resonancia con la verdad que nosotros ya llevamos dentro.
¿Qués es “Amor en Acción”?
Fundación “Amor en acción” es el amor puesto a circular entre los sectores más desfavorecidos. Se trata de un lema de la Madre Teresa que tratamos de poner en práctica. “Amor en Acción” pretende ser un factor de bien para los niños abandonados y los enfermos de lepra y SIDA.
Tratamos de sacar al amor de la mera palabra y llevarlo a la acción. Entendemos que ahí radica el cambio auténtico. Si no llevamos el amor a la práctica, éste se queda en mero discurso y no cobra sentido alguno. El amor encarnado se convierte en auténtica manifestación de lo puro y lo divino. “Amor en acción” es unidad con todo, expresión de Dios; es en definitiva pauta de vida, pues hemos de tratar de poner amor en cada uno de los actos en que nos involucramos.
La Redacción
Esbozando rumbos
La preocupación social de Antonio Briceño le llevó a crear “World Future Society”. Se trata de una sociedad sin ánimo de lucro cuyo mayor cometido es explorar posibles escenarios futuros de los humanos. Se dedican a la prospectiva social y económica, “a esbozar rumbos para dirigir hacia ellos los proyectos colectivos”. Parten del principio de que el mañana depende absolutamente de lo que sembremos en el presente y animan a salir del pensamiento de inmediatez que impide una visión a más largo plazo.
W. F. S. trata de rebajar el grado de incertidumbre en el que actualmente se desenvuelve el ser humano. “No tenemos hacia dónde realmente ir, nos comparte su fundador. Ya no creemos ni en el capitalismo, ni en el comunismo, creemos en un orden justo y más acorde con los nuevos tiempos, sin embargo no sabemos cuál es ese nuevo orden. Se trata de darle un sentido estimulante a esa incertidumbre. Creemos en algo que aún no sabemos lo que qué es. Nos hallamos por lo tanto en la más grande y apasionante encrucijada de todos los tiempos.”.
En su discurso no faltan alusiones al 11 S : “Doscientos ochenta millones de americanos se sentían muy seguros en el marco de sus fronteras, gastaban miles de millones de dólares en seguridad… Ahora una gran incertidumbre gravita también sobre ellos.”