Queridos amigos de Ananta,
Queremos en estas líneas compartir vivencias y proyectos recientes. Fundación Ananta es un pequeño instrumento para difundir en la sociedad la buena nueva de que es posible vivir en armonía y paz en este mundo convulso, de que es posible encontrar la calma en el caos, y de que si somos capaces de ello nos convertiremos cada uno de nosotros en agentes de PAZ en el mundo. Escribimos PAZ con mayúsculas, conscientes de que la paz definida como ausencia de guerra no nos satisface por mucho que sea un avance importantísimo y todavía pendiente para la Humanidad.
A lo largo de los últimos seis años hemos organizado actos e intervenido en foros en los que hemos aportado nuestra visión, compartida por millones de personas en todo el mundo, de que cada uno de nosotros hemos de ser actores del cambio de paradigma que requiere la evolución humana: un cambio por el que pasemos a pensar en nosotros en vez de en “mi”, para que pensemos en dar en vez de en tomar, para que practiquemos las virtudes que pueden convertirnos en auténticos príncipes si perseveramos en ello con constancia y con fe en nuestras posibilidades. Nuestra misión es recordar que cada uno de nosotros podemos convertirnos en escultores, modelando nuestra materia con sabiduría y tesón para permitir que nuestra alma habite el cuerpo con la mayor armonía, y que espíritu y materia, indisolublemente unidos y alineados, estén en todo momento al servicio del progreso de la Humanidad.
Ser actores de este cambio, siquiera modestamente, siquiera con nuestro mejor y honesto intento, es un gran privilegio, lo miremos por donde lo miremos. Decía Jesús, a propósito de Su misión, que “mi Padre trabaja y yo trabajo con Él” y nosotros, con independencia de religiones y credos, debemos ser conscientes de que también podemos colaborar en la construcción de un mundo mejor, de que podemos trabajar con los Grandes Seres aunque nuestras concepciones de lo divino difieran. Esta es probablemente la más noble tarea a la que podemos dedicarnos, y podemos hacerlo en nuestra vida cotidiana desarrollando nuestra mejor humanidad en el trabajo, en la familia, en el día a día de nuestras ciudades. Y contamos con múltiples instrumentos para ello, no tenemos excusa.
Desde Ananta percibimos que las personas estamos sedientas de mensajes auténticos y que cuando estos mensajes son presentados con inteligencia y libertad enseguida reaccionamos, es como si se produjese un “click” interior que permite que nuestra Mente Grande se active y que la mente pequeña, normalmente a merced de los caprichos de nuestro ego, pase a segundo plano. Esta necesidad de verdad, de “agua viva”, es cada vez más patente en más y más personas, que conscientemente quieren vivir de otro modo y que no sólo rechazan toda forma de violencia de pensamiento o de acción, sino que buscan desarrollar, en la plena dimensión de esta palabra, la fraternidad entre los hombres.
La llamada a purificar nuestro pensamiento y nuestras palabras no es una llamada estéril o cursi, como algunos pretenden. Cada día somos potenciales víctimas del pensamiento y de la comida basura, que afectan a nuestra mente y a nuestro cuerpo, y en nosotros está la capacidad de oponernos a ambos. Frente al pensamiento basura, que puede llevar a la “palabra basura” y río abajo a la “acción basura”, está nuestra capacidad de permanecer en silencio o en pensamiento luminoso. Nosotros difundimos en nuestras charlas y conferencias que el pensamiento luminoso no tiene la capacidad de mejorar sólo nuestras vidas, sino que es un elemento de primer nivel para regenerar el mundo. Por ello nos recordamos todos los días la necesidad de meditar, de hacer pausas de silencio cinco o seis veces al día, de conectar, en definitiva, con nuestra esencia.
Somos optimistas a pesar de tantos y tantos acontecimientos que traen dolor al mundo, a pesar del egoísmo que todavía prevalece en la sociedad, a pesar del creciente diferencial entre ricos y pobres. Y lo somos porque estamos convencidos de que existe un futuro de armonía y paz para la Humanidad al que no renunciamos y a cuyo servicio estamos.
Este otoño hemos organizado dos encuentros importantes. El primero el 25 de septiembre, en el Palacio de Congresos de Madrid. El segundo, junto con otras fundaciones y organizaciones amigas, el 24 de octubre, en el Palacio de los Deportes de Madrid. Aspiramos a que 13.000 personas nos acompañen. Toda ayuda es bienvenida.
Y en Calcuta seguimos trabajando in situ para llevar dignidad y esperanza a personas que, al otro lado del mundo, son también nuestros hermanos. Nos complace anunciar en relación con este programa que Ananta ha sido ya inscrita en el Registro de Fundaciones no Gubernamentales de Desarrollo (ONGD) que gestiona el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de la AECID.
Un fuerte abrazo, con el afecto de siempre.
José Luis Capita y Joaquín Tamames, Patronos