“Florecer en lo noble que nos habita”, Convergencia One Calendar con motivo del Equinoccio de Primavera (hemisferio norte)

Atardecer del jueves 20 de marzo (cada quien según su uso horario local).

Paseamos estos  días los campos y observamos los primeros brotes en la punta de las ramas de los árboles. Paseamos la naturaleza llamando a las puertas de los misterios que por doquier nos presenta, intentando descubrir el mensaje universal que nos susurra. Quizás esas yemas que en estos días ya pujan, nos invitan al permanente renacer, a la constante renovación tras la muerte en el invierno. Tal vez las yemas nos quieran expresar que la vida nunca se acaba, que hemos de pujar con ella; que tal vez podamos ser nosotros también brotes de lo que está naciendo. Sí brotes de lo nuevo, a la altura de la nueva tierra que se prepara. La primavera es una llamada incontestable y universal a nuestro propio a brotar y florecer, florecer en lo noble que nos habita, en nuestro amor, en nuestra compasión, en los dones que el Cielo nos ha otorgado… Al florecer estamos regalando al mundo un nuevo color y perfume.

Dice el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov al respecto: “Cuando llega la primavera, podemos empezar a alimentarnos con los rayos del sol naciente, porque la luz es el mejor de los alimentos. Y el aire puro, la tierra que despierta, los árboles de los alrededores, también nos alimentan si sabemos…¡cómo cocinarlos! Sí, cocinarlos. Mediante nuestro pensamiento y nuestro amor, podemos hacer de todos estos elementos platos deliciosos.

 

La vida espiritual es una nutrición. Es el arte de transformar todo lo que recibimos del exterior en sabiduría, bondad, poder y paz. Contribuimos a esta transformación centrando, primero, toda nuestra atención en la salida del sol. Al volver después a nuestras actividades cotidianas, nos sentimos cada vez más saciados, más fuertes y más ricos. Sí, más ricos, porque esta luz del sol que hemos recibido es oro, oro etéreo, y este oro vale más que todos los lingotes amontonados en los bancos”.

 

En la misma idea de subrayar la importancia del arranque de la primavera, abunda el Maestro Parvathi Kumar: “El día del Equinoccio de Primavera [hemisferio norte] es el día más importante del año. Según la tradición védica es el día en que comienza el año,  al entrar el sol en el signo de Aries. El sol es el Señor del sistema solar y el momento en que el sol  ingresa en los doce signos solares es de gran importancia para todos aquellos que desean transitar el sendero de la Conciencia… 

El equinoccio de primavera es sumamente importante, lo mismo que el signo de Aries. En este festival estamos en el cenit de todo ciclo, en la altura de todo ciclo, que puede conducirnos a un ciclo más elevado. Podemos ver esto en el número ocho, en su forma: allí donde termina un círculo es donde comienza otro superior. Por eso el ocho es un número tan importante: promete el acceso a un círculo superior en la vida, siempre y cuando hayamos concluido bien el presente círculo. Toda finalización es para un nuevo comienzo, para recomenzar en el mismo círculo o para iniciar el camino en un círculo superior. Así es que al iniciar el siguiente ciclo tenemos dos posibilidades: volver a transitar el mismo círculo, o ingresar en un círculo superior. A este pasaje se lo denomina Festival de Passover [pasar por encima]. El ingreso en un círculo superior es para aquellos que funcionan como almas y que han logrado aquello que debe lograrse en la vida.”

Podamos nosotros/as ser también primavera. Podamos ingresar  en ese ciclo superior de amor y de vida. Primavera de luz pues en nuestro interior, primavera en el mundo, primavera  especialmente en los lugares más conflictivos: Siria y Ucrania. Primavera de colores humanos, donde los diferentes armonicen y complemente, nunca más  confronten. Que tras duro invierno, Ucrania pueda  vivir su primavera, que la diversidad con que el Cielo ha  dotado a la condición humana se manifieste en riqueza conjugada, ya no más en excusa de batalla. Que el crisol se manifieste, que los diversos pueblos de la tierra puedan por fin convivir en paz. Que el respeto indispensable por el otro, también tierra sagrada, sea la pauta que nos  guíe.

Abundando por último en la importancia de la fecha, señalar que el 21 de marzo ha sido instituido internacionalmente, y no por casualidad, como Día Mundial de la Poesía. Coincidiendo también con esta  efeméride se realizan lecturas de poemas en muchos lugares. Igualmente es el día con que comienza el año en los calendarios azteca y maya de Yucatán, en los que se da inicio a un nuevo ciclo solar.

He aquí algunos pensamientos simientes que pueden preceder a la meditación. La meditación en los momentos de la luna llena, equinoccios y solsticios nos ayudan a todos a cooperar en sentar las bases de la nueva religión mundial venidera, en la que la humanidad entera aprenderá a sincronizar su súplica invocadora, y así convertirse en un centro verdaderamente iluminado con el planeta. Los hombres y mujeres de buena voluntad constituimos una riqueza y fuerza emergentes. Asociándonos y focalizándonos de forma correcta, podemos ejercer una gran influencia sobre el devenir planetario.

En España un total de siete grupos, asociaciones y movimientos, varios de ellos de alcance planetario, nos hemos unido en la iniciativa “One calendar” (www.onecalendar.org) en el ensayo de testimoniar esa espiritualidad ancha, abarcante, unida en su esencia y manifestada en su pluralidad de formas.