En tanto que criaturas, todos tenemos necesidad, para subsistir, de recibir elementos de la creación: el alimento, el agua, el aire, el sol, etc., así como de utilizar todas las riquezas que puede suministrarnos la materia. Sólo el Creador escapa a esta ley: no tiene necesidad de nada exterior a Él. Sí, pero como ha dejado algo de su quintaesencia en cada criatura, una chispa, un espíritu que es de la misma naturaleza que Él, por su espíritu, cada ser humano puede, él mismo, convertirse en creador.

Así pues, a partir de ahora pensad en ello. En lugar de esperarlo siempre todo del exterior, esforzaros en actuar interiormente mediante vuestro pensamiento, vuestra voluntad, con el fin de captar el mayor número de elementos de los cuales tenéis necesidad para alimentaros físicamente y psíquicamente. La enseñanza de los Iniciados ha sido siempre la enseñanza del espíritu creador, y aquel que acepta esta enseñanza será siempre fuerte, libre, por encima de las circunstancias.

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta