Tuve la enorme suerte de cruzarme en el ascensor del hotel en Guatemala, con este gran ser humano.

Me dirigí a él y le agradecí todo el amor y sabiduria que contienen su música y su poesía. De la que podíamos disfrutar y aprender, quienes seguimos su obra .

Le pedí que no dejara de escribir nunca  para así poder seguir disfrutandole.

Le dije que llegaba al alma y que agrandaba corazones.

Le cogí las manos y nos dimos un gran abrazo…. desde el alma.

Que Dios te bendiga querido Facundo Cabral y que sigas susurrandonos e inspirandonos desde el cielo.

Descansa en Paz con tu mujer y con tu hija que te estarán esperando.

Con Amor. Paloma