Oh,  Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que  lleve yo el Amor.
Donde  haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde  haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde  haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde  haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya  desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde  haya tinieblas, que lleve yo la Luz.

Oh, Maestro, haced que yo no  busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.

Porque es:
Dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.

Francisco de Asís (1182-1226)