
Por la vida que renace ahora en plena libertad. Por la esperanza que con fuerza brota.
Por todos los que siempre creyeron y confiaron en que este día llegaría. Por todos los artesanos de la paz de todos los signos, que nunca desfallecieron y hoy ven colmados sus más elevados anhelos. Por los que en cuerpo y alma se entregaron a la noble causa del fin de la violencia.
Por las calles y plazas ya nunca más ensangrentadas. Por todos los que, en una u otra medida, han padecido el duro azote de este conflicto. Para que el dolor traiga la debida recompensa de compasión y amor. Por los que partieron, para que renazcan en la sonrisa de los que ya están llegando. Por los civiles, militares, policías, guardia civiles y ertzainas que cayeron y dieron así testimonio de suprema entrega en sus tareas.
Por las generaciones que vendrán, para que olviden que aquí se mató por pensar diferente; para que no se hallen en la necesidad de defender la vida de su prójimo, para que nunca nadie peligre por sentir u opinar en forma distante.
Para que ya nadie camine mirando para atrás, para que todos heredemos horizontes. Por los paseos sin sombras de los concejales y políticos, por sus caminos sin escolta, ni acecho. Por los guardaespaldas que se van de pesca, o de setas, por los coches que arrancan y no explotan.
Por los empresarios, por el correo siempre deseado que se merecen. Por su abrecartas sin temblor, por su paz sin pagos, por su tranquilidad sin contrapartidas. Por los políticos que gestionan nuestra esperanza, para que no la arruguen o maltraten, para que gracias a ellos crezca y permanezca.
Por el recuerdo privado de rencor, por la enseñanza y madurez que ya aflora de los malos momentos que pasamos. Por el perdón que abre todas las puertas y caminos. Para que esta paz florezca en reconciliación, pues sólo así perdurará y perfumará por siempre.
Por la resolución pacífica y armónica de todos los conflictos. Para que treguas definitivas como ésta se anuncien en todos los rincones de violencia. Para que las lanzas y las armas tornen en arados en toda la Tierra.
Ahora y siempre, así sea.
La Redacción
Fundación Ananta