Buenos días, Om Shanti, un saludo de paz a mis dulces hermanos y hermanas. Este domingo por la mañana ha sido inolvidable. Fundación Ananta ha reunido una música hermosa, líderes que no sólo son líderes sino que son servidores-amigos del mundo, y muchas palabras de sabiduría. Y una oportunidad para que todos reflexionemos internamente.

Creo que se está creando una atmósfera de paz que deja una huella de paz en nuestro corazón. Y cada individuo que haya experimentado, aunque sea un momento de paz, se convertirá así en un instrumento para compartir esa paz con el mundo.

El mensaje de la espiritualidad para mí es que en todo momento podemos elegir y utilizar nuestra capacidad de elección; pero cuando no utilizamos ese poder de elección que tenemos, nos dejamos llevar por las fuerzas de la negatividad de las circunstancias.

Pero cuando hacemos una elección consciente y encendemos esa luz que tenemos en nuestro interior, la luz de nuestra conciencia se esparce por todas partes.

La presencia de mi hermano me ha recordado el preámbulo de la carta de la UNESCO: las guerras se inician en las mentes del ser humano, luego los baluartes de la paz se deben iniciar también en las mentes del ser humano.

Podemos tener muchos tratados pero no nos traen la paz. Pero cuando me comprometo conmigo mismo en que voy a crear paz en mi interior, entonces seré capaz, a través de mi paz interior, de llevar la paz al mundo. Un pensamiento de paz no se queda en el pensamiento sólo. Los pensamientos se convierten en mis sentimientos, forman mis actitudes, determinan la cualidad de mis pensamientos y mis palabras, y eso, así, crea las acciones que realizo. Y trabajando juntos, no compitiendo, sino cooperando, nos convertimos en creadores de paz.

Hay un pequeño error que hemos cometido durante unos milenios, y es que nos hemos enfocado muchísimo en el mundo fuera y no nos hemos ocupado ni preocupado por mirar en el mundo de nuestro interior. La ciencia y la tecnología son maravillosas y sorprendentes. Pero cuando veo el producto final, eso de enfocarse en el mundo exterior, en el mundo de la materia, veo que simplemente hay consumismo y materialismo. Pero cuando veo que la ciencia y la tecnología se pueden gobernar por la conciencia, con el corazón, entonces veo la posibilidad de un mundo mejor.

Sabemos tanto acerca del mundo de la materia… pero ¿cuánto sabemos cada uno de nosotros acerca de nuestro mundo interior? No es una cuestión de leerse las escrituras o de ir a muchas conferencias; llega un momento de ir hacia el interior y reflexionar.

Hay una historia de Miguel Ángel hermosa: una mujer dijo que esa escultura de David era realmente hermosa, y él, con la humildad de un genio, respondió: Señora, yo no hice nada, la belleza estaba dentro de esa pieza de mármol; yo simplemente quité los trozos que sobraban.

Sé que hay esa belleza, esa verdad, ese espíritu de bondad en el interior de cada uno de nosotros, pero tenemos que hacer un poco de lavado, de limpieza, y cada día tenemos que limpiar.

Cuando estoy dispuesto a hacer este pequeño trabajo –es pequeño, no es un gran trabajo- entonces empiezo a descubrir esas cualidades de belleza y de paz que hay en mi interior. Mahatma Gandhi dijo algo que está profundamente en mi corazón: debo ser el cambio que deseo ver en el mundo.

Un mundo en paz no empezará en los gobiernos ni en las naciones sino en mí. Y tengo una elección: ¿qué es lo que quiero en mi interior? Si quiero un jardín hermoso y lleno de belleza, tengo que prestar un poco de atención. El tener una selva de espinas y de hierbas malas no requiere ningún esfuerzo. Si dejáis que vuestro jardín esté sin cuidar durante una semana, un mes, finalmente se convierte en una selva. Pero si le dedicas un poco de atención, un poco de amor, un poco de cuidado… empiezas a crear algo de una gran belleza,

Si mis pensamientos hoy están llenos de agresividad y es como si hubiera una selva interna en la que hay odio y violencia, es simplemente porque no he prestado atención a mi interior. Y si utilizo esa capacidad de selección, de elegir, en vez de tener pensamientos negativos, creo pensamientos nobles, pensamientos de paz, pensamientos elevados…  entonces iniciaré la creación de un jardín hermoso en mi interior y mis palabras serán elevadas y animarán, inspirarán y fortalecerán a los demás, en vez de decir palabras de crítica y negatividad.

Recuerdo una mujer muy sabia me dijo ¿cuántas veces al día dices que no? ¿Y cuántas veces dices que sí?

Sin ser una cuestión de principios y de ética donde sé dónde tengo que decir sí y dónde tengo que decir no,  el mundo en el que vivimos y del que nos ha hablado nuestro hermano anterior (Antonio Garrigues) acerca del pesimismo, es un mundo en el que hay reacciones y automáticamente decimos que no.

Buenos pensamientos significa decir palabras que aporten y que sean constructivas, y nos llevarán a acciones que pueden ser pequeños actos de amabilidad. A veces miro a la gente y, como aquí, veo caras brillantes, pero muchas veces veo gente que ha olvidado cómo sonreír. Y si puedo sonreír a alguien aunque me devuelva una cara seria y volver a sonreír y una tercera vez, aunque no me sonría, finalmente sonreirá.

Estamos en un mundo en el que debido a habernos enfocado en lo exterior, nos hemos olvidado que lo esencial, las cosas importantes, no son las cosas que podamos medir ni contar. La paz no está sola, la paz está asociada a muchos otros valores. Si aprendo a mantener mi mente tranquila y mis pensamientos pacíficos, mi mente estará muy clara y seré capaz de ver qué es lo que tengo que hacer y dónde tengo que actuar; y mis acciones llevarán ese poder, esa fuerza, esa energía.

La paz no es pasiva, es activa. La paz es el poder que me transforma a mí, a mi mundo y al mundo en general. La paz es la puerta que invita a la posibilidad del amor y de la armonía.

La paz es el camino del aprecio, del agradecimiento y de la posibilidad de trabajar juntos.

Y finalmente me gustaría terminar con unas palabras de esperanza para el futuro: sé que hay un periodo en el que hay oscuridad, pero la oscuridad no ocurre siempre, porque aunque la noche especialmente en invierno parece muy larga, después de la noche, el día ha de llegar. El final de la noche indica que llega el amanecer e inicia el día.

Creo que lo que estamos viviendo aquí, en esta sala, pero también en muchos otros lugares del mundo, es que está amaneciendo. Si a las once de la noche digo ¿por qué no ha venido el día? Qué pasa, por qué no llega… aunque lo diga no va a llegar. Pero después de media noche, el día va a llegar. Y creo que estamos en ese momento de cambio en el que nuestro pensamiento, nuestro deseo de paz se va a cumplir, creo que la cantidad de gente de tantos lugares y procedencias distintas que están pensando en esta línea, va a dar un cambio en este mundo, y si me permito ver la luz en mi interior, veré la luz en el mundo, permitiré que la luz llegue al mundo también.

Muchas gracias, thank you. Om Shanti.

Ponencia de Jayanti Kirpalani en II Contigo somos + Paz, Círculo de Bellas Artes de Madrid, 27 de noviembre de 2007