… De nuevo empezado el curso me he reencontrado con mis preciosos niños. Tengo una nueva alumna, una niña muy especial que ya el primer día de clase me dijo “sabes, yo tengo una amiga invisible, y no te imaginas la cara tan preciosa que tiene”. Nunca un niño me había dicho algo así. Compré un cuento en una página de pedagogía Waldorf,  es la historia de un cumpleaños y cuenta cómo antes de venir a este mundo están los niños en un jardín esperando bajar a la Tierra, y cómo los padres los esperan. Me quedé muy impresionada de cómo escucharon esto los niños, fue una atención especial. Al terminar yo dije que cuando nos hacíamos mayores, y se acaba aquí nuestro tiempo y volvíamos a ese jardín, y un pequeño dijo “sí, a casa”. Cuánto me alegro y agradezco haber conocido todas estas cosas, porque yo ahora veo a los niños de otra manera. Y aprendo tanto de ellos… Un abrazo.