Está el silencio entre dos notas; está el silencio entre dos pensamientos, entre dos movimientos; está el silencio entre dos guerras; está el silencio entre marido y mujer antes de empezar a discutirse. No estamos hablando de esta cualidad del silencio, ya que estos son temporales, desaparecen. Estamos hablando de un silencio no producido por el pensamiento, no cultivable, que llega solo cuando uno ha comprendido el movimiento total de la existencia. En eso hay silencio, no hay pregunta y respuesta, no hay reto, no hay búsqueda; todo ha terminado. En ese silencio, hay una gran sensación de espacio y belleza y una extraordinaria sensación de energía. Entonces llega aquello que es eternamente, intemporalmente sagrado, que no es el producto de la civilización, el producto del pensamiento. Eso es el movimiento total de la meditación.  Esa luz en uno mismo.

Jiddu Krishnamurti