La pureza del habla lleva al control y purificación de la mente, y por ello insisto en que hablen bajo, dulcemente y poco, sin ira, sin odio, sin pasión; el hablar así no les causará problemas ni aumento de la presión sanguínea, ni divisiones; promoverá el respeto mutuo y el amor: luego, una vez más insisto en que no se rían cínicamente por el bien que los otros hagan o por su disciplina espiritual: pregunten, pero no insulten, respeten la sinceridad de los otros, respeten también a los ancianos y a los hombres con más experiencia que ustedes, conduzcanse con buenos modales, mostrando fraternidad y alegría hacia todos los que están cerca de ustedes.

Del libro Shadana, de Sai Baba