Este buen artículo de El Pais Semanal habla de la odisea de los emigrantes del norte de Africa que llegan a Italia via Lampedusa. Miles mueren en el camino, como todos sabemos.

http://www.elpais.com/articulo/portada/Lampedusa/kilometro/cero/elpepusoceps/20110807elpepspor_11/Tes

Aún mayor es la odisea de los emigrantes subsaharianos que llegan a España vía Canarias, que en algunos casos demoran dos años de viaje, pereciendo decenas de miles de ellos en el camino. Esta odisea está narrada, entre otros lugares, en el libro “El viaje de Kalilu”, que ha editado Plataforma Editorial en su colección “Testimonio”. Se calcula que solo el 5% de los que salen llegan a su destino.

Las razones de este estado de cosas son muchas.

Si nosotros pudiésemos proponer 4 propuestas simples pero practicables con firme voluntad para ello, serían las siguientes:

  1. Los países de la Unión Europea podrían reducir su presupuesto de defensa en un 20% y destinar los fondos al desarrollo del Magreb y del Africa Subsahariana: saneamiento, infraestructura, colaboraciones entre universidades, industria y servicios. Este 20% de reducción tendría lugar en cuatro años, a razón de 5 puntos anuales.

  2. Los países de la Unión Europea crearían un programa de becas para que jóvenes de estos países pudiesen cursar sus estudios en Europa, con el objetivo principal en un plazo de 10/15 años de crear una base de personas formadas que a su vuelta pudiesen contribuir al desarrollo económico e institucional de su país. Este programa podría beneficiar a 100.000 estudiantes al año. Un país como España podría recibir a, digamos, 10.000 estudiantes.

  3. En la medida que el fenómeno migratorio no va a disminuir, el presupuesto de acogida física primero y de formación para el empleo de los emigrantes ilegales después debe ser dotado de mayores fondos. Esos fondos provendrían de una reducción adicional del presupuesto de defensa del 10%.

  4. Los países receptores de esta ayuda accederían a limitar sus presupuestos de defensa y de equipamiento de armamento a un máximo a negociar con la Unión Europea, y admitirían como parte de la ayuda mencionada en los puntos 1 a 3 la presencia de funcionarios de la Unión Europea que pudiesen fiscalizar de modo continuo ese cumplimiento. El diferencial entre lo que actualmente están gastando en defensa y armamento y el límite a negociar sería utilizado en el desarrollo de un estado de bienestar al estilo de los países de la Unión Europea.

La disminución en un 30% de los presupuestos de defensa sería compensada mediante una coordinación mayor de los ejércitos europeos a efectos de suministros y de la creación de una fuerza multinacional de hasta 200.000 hombres que se nutriría del 50% de la reducción en los efectivos militares en cada país. Esa fuerza podría ser la OTAN reconvertida.

Para impulsar y coordinar estos objetivos, la Unión Europea debería nombrar un Ministro plenipotenciario, con categoría de Jefe de Estado.

La reconstrucción de Europa y Japón post 1945 muestra la capacidad del ser humano para construir en vez de destruir.

Es tiempo de construir en Africa.

Joaquín Tamames, 10 agosto 2011