«Derribar a un enemigo de un pistoletazo, verter en su vaso algunas gotas de veneno, poner explosivos o abrir el gas para hacer que explote su casa, es fácil. No hay que sentirse orgullosos ni vanagloriarse de este tipo de victorias.
La verdadera victoria, no consiste en aniquilar a nuestros enemigos. La verdadera victoria consiste en lograr transformar a nuestros enemigos en amigos. Comprended bien esto. Así, en lugar de estar rodeados de gente que sólo piensa en haceros daño, estáis rodeados de gente que sólo piensa en ayudaros. Ciertamente es difícil, exige un gran trabajo sobre sí mismo, la primera dificultad, y lo que es aún una dificultad mayor, un trabajo en el otro para que comprenda que puede ser vuestro amigo. Pero lograr esta clase de victoria es la prueba de que estáis en la verdad.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). “Pensamientos cotidianos”, Editorial Prosveta.