El hombre cuya mente se halla libre de todo apego, que se ha vencido a sí mismo y en quien se han extinguido los deseos, logra mediante la renuncia, la perfección suprema que está más allá de toda acción terrestre.
Quiero manifestarte en breves palabras, cómo aquel que ha conseguido tal perfección llega a la Divinidad, fin supremo del conocimiento.
Dotado de mente pura, refrenándose con tesón, apartado de los objetos de los sentidos, extirpados de su pecho la querencia y el odio; frecuentando parajes solitarios, parco en la comida; restringidos el habla, el cuerpo y el pensamiento; asiduamente consagrado al Yoga de la contemplación, huyendo de anhelos y pasiones;
Libre de egoismo, violencia, orgullo, concupiscencia, cólera y afán de posesiones, así como de todo interés personal, hállase este hombre en condiciones, viviendo con el ánimo tranquilo, de ser uno con Brahman.
Bhagavad Gita, Sutra XVIII: 49-53