Hoy caminamos con un muy bello paisaje de fondo, sin límites.
Asi como pensamos, así somos, se nos ha dicho.
Los pensamientos puros y elevados nos devuelven poco a poco a nuestra esencia.
Algún día no muy lejano desaparecerán los velos y el resplandor de la verdad nos inundará.
Estamos cerca de lo Eterno, pero tristemente le damos la espalda.
Bienaventurados son los que miran al cielo para traer el cielo a la tierra.
Que nos ayudemos los unos a los otros, esa es nuestra oración.
«Quizás pensamos de nosotros mismos que somos criaturas que nos movemos sobre la tierra, desamparadas, a merced de la tormenta, del hambre, de nuestros enemigos. Pues, debemos pensar de nosotros mismos que somos inmortales, que residimos en la Luz, rodeados y sostenidos por poderes espirituales. El primer esfuerzo para conservar este pensamiento despertará facultades dormidas que no hemos afirmado, que nos descubrirán lo cerca que estamos de lo Eterno»
(Comentario al sutra 13 del Libro I, “Los yoga sutras de Patanjali”, Charles Johnston, Editorial Kier, Buenos Aires, quinta edición, 1995). Imagen, Alto del perdón, Navarra, Camino de Santiago, julio 2012 (Berta Grasset).