A propósito de Georgia

27-Agosto-08
Al hilo de la crisis actual, la prensa ha hablado poco de la promesa que Bush padre hizo a Gorbachov de no ampliar la OTAN hacia los países anteriormente en la órbita de la extinta URSS, promesa que la OTAN no ha cumplido y que en gran medida está detrás del conflicto de Georgia. Todo conflicto tiene su causa y esta es una de esas causas.

Nos parece oportuno lo que ha declarado el Dalai Lama el 19 de agosto: “… la gran nación Rusia debiera ser bienvenida en el mundo, en la Unión Europea! Y, para reducir la distancia y el miedo, la sede de la OTAN debiera trasladarse a Moscú! Y Rusia debiera ser bienvenido por sus estados miembros!”.

Por supuesto que Rusia tiene mucho que avanzar en derechos humanos, pero Occidente debe cambiar su paradigma. Difícil “exigir” a Rusia que respete el derecho internacional cuando el teórico líder mundial ha invadido Irak en flagrante violación de ese derecho. Difícil dar lecciones a China con Guantánamo abierto. Cuando uno traiciona sus principios, cuando la conveniencia sustituye a la coherencia, la autoridad moral desaparece: solo queda entonces la fuerza. Mala cosa.

Abogamos por una Rusia integrada en la Unión Europea y por un mundo desmilitarizado. Como comentábamos hace más de un año, vamos hacia una nueva política de bloques en la que los países se armarán hasta los dientes en una dinámica acción-reacción que conocemos bien.

Rusia ha pedido encarecidamente que no se instale un escudo antimisiles en Polonia y en la República Checa: tiene sentido avanzar en esa línea en vez de la actual confrontación de generar más miedo para que la instalación de esos misiles parezca natural y necesaria. ¿Cómo vería Estados Unidos que Rusia colaborara en la instalación de misiles en países centroamericanos?

Es importante en estos tiempos de cambio que los ciudadanos estemos atentos a las grandes hipocresías y contradicciones. Nos corresponde a los ciudadanos plantar cara a los estrategas del miedo, cuya receta es siempre la misma: más armas, más guerras, más control de las masas por el miedo.

“El dinero por el dinero es vía segura de perdición”, escribía Darío Valcárcel en su “China mira al Oeste” (ABC 14 de agosto); y también: “Nunca como hoy, declaraba el presidente (de China) Hu, ha tenido el mundo tanta necesidad de mutua tolerancia, mutuo entendimiento y mutua cooperación. Pero en el Este como en el Oeste, las palabras carecen de sentido sin el refrendo de los hechos”.

Joaquín Tamames