Atraviesa los portales del Año Nuevo con renovadas esperanzas. Recuerda que eres hijo de Dios. De ti depende lo que habrás de ser. Enorgullécete de ser hijo de Dios. ¿A qué habrías de temer? Sean cuales sean las experiencias que hayas de afrontar, debes tener la certeza de que es el Señor quien te las envía; y debes conquistar exitosamente esos desafíos de la vida diaria. Ahí reside tu victoria. Obedece la voluntad divina, y nada podrá lastimarte. El Señor te ama sin límites. Piensa que así es, y créelo. Ten la certeza de que así es. Y de pronto, un día te darás cuenta de que vives inmortalmente en Dios.

Medita más y abriga la firme convicción de que, independientemente de lo que ocurra, Dios está siempre a tu lado. De ese modo, comprobarás que el velo del engaño se levantará, y tú serás uno con Eso que es Dios. Fue así como encontré mi mayor felicidad en la vida.

Paramahansa Yogananda,  en la Sede Central de Self-Realization Fellowship en la víspera de año nuevo de 1934. Imagen, Oléo de Dora Gil, «Alba» http://www.doragil.com