Con la venia de los que se consideran anti-taurinos, quiero aprovechar el conocido dicho de ¡que bien se ven los toros desde la barrera! para compartir mis reflexiones e inquietudes de esta mañana primaveral.
 
He tomado conciencia de que soy mujer pública desde que mis pensamientos, creencias, palabras, sentimientos y acciones están disponibles para cualquier persona interesada a través de mis libros, web, blog, redes sociales e intervenciones en medios de comunicación.
 
Por supuesto, que cuando me comprometí con mi propósito de transmitir los conocimientos, sabiduría, claves y técnicas de Maestros en el arte de vivir con propósito, sentido y felicidad, es porque estoy convencida de que el ser humano, a pesar de todas las apariencias, es un héroe en potencia que tiene a su disposición toda la libertad y poder creativo para desarrollarse y llegar a ser, hacer y tener todo lo que sea capaz en su camino de vida, compartiendo con otros, sus experiencias, éxitos y fracasos y colaborando para el mayor bien de la humanidad y el planeta.


Cada vez es más frecuente que personas, de quienes, a veces, solo conozco su nombre, o ni siquiera eso, me abran su corazón y me dejen conocer de sus miedos, impotencia, situaciones desgarradoras, apegos, valentía, esperanza, fuerzas… toda su vulnerabilidad y más íntimos sentimientos, esperando unas palabras de consuelo, o de ánimo, o consejos; o bien agradeciéndome el alivio de una perspectiva optimista; o de un nuevo enfoque que les abre un resquicio de reafirmación y poder personal; o del ánimo y coraje que surgen cuando se conocen nuevos compañeros para recorrer juntos los valles y montañas del camino de la vida.
 
Esta mañana, quiero ser yo la que salte al ruedo y os comparta también mis dudas y sombras. Tropiezo y caigo, ¡otra vez en la misma piedra!, y demasiadas veces mis palabras, emociones y comportamientos son del todo incoherente con mi filosofía y compromiso vital. Mi mente me juega malas pasadas y olvido buscar en mí las causas de todo lo que no me gusta y de lo que me quejo. Disto mucho de ser un ejemplo de la persona que quiero ser y de la actitud que pretendo tener. Y te pido disculpas, de corazón.
 
Sin embargo, tengo claro, y por muchas caídas que pegue volveré a levantarme, que soy más que mis éxitos y fracasos, debilidades y fortalezas, sueños y realizaciones. Al igual que tú. Que la Verdad Es, y tengo el propósito de pensar, hablar, sentir y hacer conforme a la misma, aún cuando todavía tenga en funcionamiento viejos programas negativos que me juegan malas pasadas. Que el objetivo de la vida es expresar el amor, la felicidad, la unidad y la paz que albergamos en nuestro interior y que la puerta de salida, para manifestarlos en nuestra experiencia de vida, solo cada uno la puede abrir. Que soy, como tú, la héroe de mi vida, porque dispongo de libertad de decisión y súper-poderes para crear deliberadamente y atraer lo que corresponda a mi manera de vivir. Y que las enseñanzas legadas por tantos Maestros, de todos los tiempos, nos ayudarán a crecer como personas, a desplegar todo nuestro potencial y a transitar con disfrute y sentido el camino de la vida, de forma que merezca la pena y aprovechemos el regalo de nuestro tiempo en este maravilloso planeta.
 
En nuestra “Escuela de Héroes” aprenderemos, experimentaremos y nos apoyaremos unos a otros. Porque, antes o después, todos, tendremos que dejar la barrera y lidiar en el ruedo de la vida.
 
Gracias, compañero/a.
Ana Novo
La Comadrona Espiritual ®