La alegría y la felicidad no pueden ser fingidas, pero como toda gimnasia su práctica poco a poco puede transformarnos.

Nos dirán que las condiciones externas no son las adecuadas para estar alegre, pero nunca lo han estado en la historia de la humanidad.

La alegría y la felicidad genuinas son condiciones internas que se desarrollan desde el contacto con el alma.

Para el que las practica, son curativas, y limpian por dentro y por fuera de toda contaminación.

Podemos encontrar muchas razones para permanecer postrados, paralizados por el miedo, el temor, la tristeza.

Los medios de comunicación, las conversaciones robadoras de energía y sosiego, llaman a ello todos los días, y lo hacen con grandes titulares y vociferando.

Pero podemos también vivir emancipados, en otro plano, cumpliendo nuestras obligaciones y responsabilidades con ánimo liviano, con alegría, en paz.

Por eso el pensamiento de hoy, para que durante la brevedad de nuestras vidas contribuyamos alegría al mundo.

Irradia felicidad y comprueba la diferencia que supone para tu vida y para la de los demás.

Universidad Espiritual Brahma Kumaris. Imagen: acuarela de Dora Gil: “Fluyendo” http://www.doragil.com