Recibimos hoy estas bellas palabras de Aïvanhov y estas hermosas flores que nos llegan con una sonrisa.

El que está despierto ve al Señor por todas partes, dice el Bhagavad Gita con otras palabras.

El que está despierto ve el milagro de la vida aquí y allá.

El que está despierto ve y entiende la gloria.

Están los que oyen los pájaros por la mañana, están los que no.

Están los que ven las estrellas, y están los que cuentan “esas cositas que se ven a veces en el cielo”, como el hombre de negocios en El Principito.

Si, conviene estar despierto. Grandes revelaciones nos visitarán. Y podremos visitar el cielo en cada momento a poco que podamos ver.

Un Iniciado, como cualquier ser humano, necesita alimentarse. Y alimentarse no sólo es comer y beber sino también amar.

Pero lo que busca el Iniciado, es alimentarse de la vida divina, es decir de lo más sutil que existe en los seres. Y cuando ha encontrado frutos y flores, es decir seres humanos que llevan esta vida, fija su atención en ellos diciendo: «He aquí aspectos del Padre celestial, de la Madre divina… Gracias Señor, gracias Madre divina. A través de estas flores y de estos frutos, hoy tengo la posibilidad de acercarme a vosotros, de contemplaros; a través de este esplendor puedo respirar vuestros perfumes, y paladear vuestro sabor.» Y sin tocarlos siquiera, se aleja feliz porque esos frutos y esas flores le han permitido acercarse al Cielo.

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86), Pensamientos Cotidianos, www.prosveta.es. Foto: Fiesta de fin de curso en la residencia de Anand Bhavan (Fundación Ananta-Colores de Calcuta), 25 abril 2010