«La ley de la necesidad, la ley de la libre voluntad, la ley de la Providencia divina. Estas tres leyes rigen el destino de tres categorías de seres.
A la ley de la necesidad se someten todos aquellos quienes, en el transcurso de sus encarnaciones sucesivas, sólo han buscado la satisfacción de sus necesidades más groseras. Se han hundido en la materia hasta tal punto que ya no tienen ninguna libertad de movimiento; sólo existe para ellos un camino, muy duro, por el que están obligados a caminar.
La ley de la libre voluntad gobierna a seres más evolucionados. Aunque su libertad sea limitada, en vidas anteriores pensaron y obraron de tal manera que ahora pueden decidir acerca de su orientación.
En cuanto a la ley de la Providencia divina, gobierna a los Iniciados, a los grandes Maestros que siempre han trabajado para la luz. Ante sus ojos, la vida es vasta y espléndida, y son realmente libres, ya que la luz está en ellos.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: amanecer en el Río Paraná, Argentina, 28 de mayo de 2016 (cortesía de Adriana Rufiner)