Hoy se nos habla de cultivar una actitud sagrada ante lo Divino.

Poco a poco, se nos sugiere, circularán en nuestro interior energías luminosas.

Y esas energías luminosas lo impregnarán todo por dentro y por fuera, renovándonos, vivificándonos.

No es fácil en el entorno en el que vivimos y desde las limitaciones humanas desarrollar un sentimiento de respeto, de amor, de gratitud.

Los seres humanos muy pronto perdemos la chispa que todavía se manifiesta en algunas infancias y nos apagamos real y figuradamente.

Por eso el pensamiento de hoy, para recordar que la luz puede vivir dentro y manifestarse fuera.

Cada uno de nosotros tiene mucho que hacer.

La palabra que llega en esta hora temprana es de nuevo respeto, gratitud.

El rostro de la foto de hoy, de un conductor de rick shaw hace unos días, nos da alguna clave.

En una Enseñanza iniciática, el discípulo trabaja para reforzar en él el sentimiento de respeto, de amor, de adoración, de gratitud para con la Divinidad. Cualesquiera que sean sus actividades, trata de cultivar, ante todo, una actitud maravillada ante la belleza, la inmensidad de su Creador. Gracias a esta actitud siente que se produce en él una circulación de energías luminosas, y comprende que esto le aporta las mayores bendiciones.

Cualquiera que sea el interés de las actividades a las que puedan dedicarse los humanos: la poesía, la música, la investigación científica, etc., y cualquiera que sean las aventuras apasionantes que puedan vivir, sólo aquél que sabe cultivar una actitud sagrada para con el Creador encontrará la plenitud. Ha aprendido a comulgar con un mundo que le sobrepasa, y se acerca cada día a este mundo con humildad, con respeto, con adoración, en el silencio de su alma.

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86),  “Pensamientos cotidianos”, Editorial Prosveta. Imagen: conductor de rickshaw en Howrah, India, 6 febrero 2012, foto de Olga María Diego<http://www.OMDphotography.com>