En sus hermosas enseñanzas Thich Nhat Hanh habla de estar siempre presente para vivir el Reino de Dios en la tierra, al que se refiere como “la Tierra Pura del Buda”.

Esa Tierra Pura, ese Reino, están ahí esperando a ser descubiertos y activados desde la plena consciencia, nos dice.

Todo ser humano puede vivir la plena consciencia, pero es preciso contactar la esencia dentro, hasta que la consciencia de nuestras dos realidades, alma y personalidad (vehículo), no esté separada.

Los que han vivido el gozo del alma conocen que vivir solo en la personalidad es vivir en una prisión. Solo el agua viva quita la sed.

Cuando el alma y la personalidad se integran empiezan a comprenderse muchas cosas que antes estaban ocultas.

La Tierra Pura es nuestra tierra, y nos espera expectante.

«Hay que volver al momento presente para poder tocar la vida de una manera profunda. Todos tenemos la capacidad de ir al Reino de Dios, de ir a la Tierra Pura cada día: es nuestro asunto de cada día. Tenéis piernas, pulmones, ojos, una consciencia. Con un poco de práctica, podéis generar la energía de la Plena Consciencia en vosotros como si fueseis una lámpara; cuando volvéis a estar verdaderamente vivos, y entráis en la Tierra Pura de Buda, entráis en el Reino de Dios”.

Thich Nhat Hanh; “Toucher la vie”, página 55, Editions Dangles, 2001. Imagen: pintura de Nicholes Roerich: Guru Guri Dhar, 1931