Recibimos mensajes de gran belleza.

Hablan de las grandes gestas, aquellas que se sienten en la profundidad del alma.

Hay seres puros, que nos guían.

Su ejemplo resplandece.

Nos dicen: ¡Resplandeced!

No elijamos apagarnos.

Eternamente moviéndoos, eternamente esforzándoos, eternamente aspirando a las alturas, eternamente manifestando vigilancia, afirmando la Verdad, manifestando el hilo radiante de la Madre del Mundo mediante la armadura de la belleza infinita, asaltando la oscuridad de la ignorancia, prometiendo a la morada de la humanidad la gloria de las estrellas ––así caminad, diciendo: «¡Mundo, deseo aceptar todos tus dones; deseo llenar hasta el borde el cáliz del logro; deseo, Oh Señor, apurar el cáliz de la Sabiduría de tus Mandamientos!

8- Infinity I (Infinitud), 1930, Agni Yoga Society, New York