Muchas cosas en la vida dependen de nuestra actitud.

Cada mañana podemos salir de casa en actitud mecánica, automática, tan dormidos que realmente no vemos.

Podemos también salir con los ojos abiertos, receptivos a la vida ante nosotros, al “crecimiento de cada brizna de hierba”.

Si, todo está vivo a nuestro alrededor, pero ocurre que muchas veces nuestro interior está muerto, esclerotizado.

Podemos vivificarnos, resucitarnos, para que nuestra vida sea plena, y también dichosa.

Abundan en nuestra sociedad los patrones victimistas, de las personas que acusan a otras personas de su infelicidad y hastío.

Pero la elección es en gran medida una opción personal.

Aïvanhov y tantos otros nos dan preciosas pautas.

Nos animan a intentar ser criaturas de paz, de armonía, de belleza.

¿Les seguiremos?

Cuando salís de casa, por la mañana, para asistir a la salida del sol, pensad ya que vais al encuentro de un ser que está vivo, como está viva toda la naturaleza a vuestro alrededor: los pájaros, los animales, los árboles, las flores… Porque la vida, es el universo entero poblado también de una infinidad de criaturas invisibles pero reales. Entonces, dirigidles un saludo: decidles que les estáis agradecidos por esta nitidez de la mañana y por todas estas existencias que se están despertando.

En este organismo vivo y consciente que es la naturaleza y al cual pertenecemos todos, sabed también que una multitud de entidades se hallan dispuestas a contribuir a la evolución de la humanidad. La tierra, el agua, el aire, el fuego y las entidades que los habitan, han jurado ante el Eterno ayudar a todos aquellos que trabajan para convertirse en criaturas de paz, de armonía y de belleza. Así pues, pedidles que vengan a participar en el advenimiento del Reino de Dios sobre la tierra: un día, millones de espíritus se pondrán en marcha para trabajar en los corazones y en los cerebros humanos, y el Cielo reconocerá en vosotros un constructor de la nueva vida, una fuente, un hijo, una hija de Dios.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.  Imagen: niñas de Anand Bhavan, del programa Colores de Calcuta