El pensamiento de hoy llama a recuperar la magia de la vida.

El hecho de formular una petición (“la más bella y la más pura”, se nos dice) es ya un ejercicio que nos renueva por dentro, que despierta a todas y cada una de nuestras células a una llamada superior.

Al proyectarnos mentalmente hacia la pureza introducimos también en nosotros esa pureza.


El Cielo, de muchas y variadas maneras, aguarda una comunión con nosotros, y nos ofrece la Unión.

Dice el autor de la bonita foto de hoy que es como si esas nubes quisieran señalarnos algo.

Nuestros buenos pensamientos pueden ser transportados por todo el mundo.

¡Qué posible gran trabajo, en silencio!

Los mensajeros esperan.

«Por todas partes, los pájaros van y vienen. Incluso en las ciudades, están ahí, se posan en los árboles, en las terrazas, en los tejados de las casas. Y puede suceder que estéis en vuestra habitación, que tengáis preocupaciones, penas, y que supliquéis al Señor que os ayude… Pensáis que estáis solos, y he ahí que en el borde de la ventana abierta, un pajarito que ha escuchado vuestra llamada, vuestro grito de sufrimiento, lleva vuestra oración hasta el cielo…

Pero no esperéis que esto se produzca por casualidad: acostumbraos en confiar vuestros deseos a los pájaros. ¿Veis a un pájaro paseando cerca de vosotros? Formulad una petición, la más bella, la más pura, y decidle que la transporte. Aunque no tengáis nada especial que pedir, cuando veáis un pájaro, podéis siempre considerarlo como un mensajero que transportará vuestros buenos pensamientos por todo el mundo. «

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen, “Nubes señalando a Peñas Blancas (Mazarrón), como diciéndonos algo”, 8 junio 2013 (Javier Pedreño){jcomments on}