Hoy se nos habla de los Benditos Seres que nos precedieron.
Aquellos que culminaron la tarea de manifestar Su divinidad aquí en la tierra.
Se nos pide que pensemos libremente, y que en el camino tengamos la consciencia pura.
El camino es largo, pero podemos purificarlo y santificarlo en cada pensamiento, en cada palabra y acto.
Desde la mañana, podemos comprometernos con esa pureza de pensamiento y de acción.
Preciso distinguir lo que nos ofusca de lo que nos libera.
Cuando el motivo es puro, aunque la noche parezca oscura, siempre vienen a socorrernos.
Si recuperamos lo sagrado, en el silencio de nuestro interior, en ese templo que podemos llevar dentro, recuperaremos la Vida.
Pensad libremente; hollad el sendero más corto.
Más, ascended por la fe en los Benditos Seres y no errareis.
Yo vengo a socorrer –¿por qué no Me veis?
Amad el poder de la consciencia pura, y venceréis.
Las hojas del Jardín de Morya, La llamada, sutra 18, 1924 Agni Yoga Society, Nueva York. Foto: niñas en la residencia de Anand Bhavan, en Howrah, Calcuta, abril 2009