El ser humano se debate entre el egoísmo y la generosidad.
Por debajo de la superficie y por encima de lo aparente, en el último siglo la solidaridad y el altruismo humano han tenido un avance extraordinario.
Es cierto que el patrón de tomar está muy presente en la psique colectiva: el exponente es el capitalismo salvaje que lleva a la crisis de 2007.
Una nueva forma de relación y de estar puede surgir: la de dar, darse.
Cientos de millones de personas en el mundo no solo dan, sino que se dan.
Como nos recuerda Aïvanhov, en cada pequeña cosa hay un tomar o un dar.
Y el dar a su vez puede cualificarse: podemos dar alegría, verdad, honestidad. Pero también tristeza, mentira, fraude.
¿Dónde estamos cada uno?
Insistimos: hay mucha más bondad y altruismo que la que nunca soñaron los seres avanzados.
El recorrido que falta es enorme, pero hay un camino trazado por el que ya caminan muchas personas.
La vida cotidiana de los humanos es una sucesión de idas y venidas entre el interior y el exterior: tan pronto salen para trabajar, hacer compras, acudir a citas… como regresan de nuevo a casa. Si queremos interpretar estas idas y venidas, se puede decir que la gente sale del centro (su domicilio) par ir a la periferia (sus negocios), y después abandonan la periferia para regresar al centro. Por lo que respecta a los motivos de sus salidas, son de dos clases: tomar, ganar, hurtar, o bien dar, ayudar, ser útiles.
Todas las ocupaciones, las actividades y las gestiones que el hombre realiza cuando sale de sí mismo, obedecen a una de estas dos categorías de móviles. Pueden haber muchísimos matices, pero siempre se resumen por la palabra «tomar» o la palabra «dar».
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Foto: exhibición de yoga de Violeta Pérez y José Carballal en la Gala Gatanjali pro Colores de Calcuta en el Teatro Lara de Madrid, 7 mayo 2012. Foto cortesía de Fernándo Sánchez