Ayer, un querido amigo, desde un hospital, a propósito del excepcional trato recibido, comentaba: “el bien es legión”.

Se refería a los millones de personas que cada día hacen su trabajo a conciencia, y que sin embargo no están en ningún titular.

Atravesamos una época de pesimismo generalizado, y unas actitudes arrastran a otras.

Como consecuencia de ello, las dificultades normales de la vida se convierten para muchos en altísimas murallas, y la psique humana se centra en lo negativo.

Y sin embargo, en la historia de la humanidad nunca hemos tenido tantas posibilidades como existen hoy para vivir una vida plena y consciente.

Es cierto que en la Unión Europea hay una crisis. Pero cuando se compara con las crisis anteriores, todas las cuales acabaron en guerras, el nivel de crisis es muy diferente.

Estudiar historia es muy adecuado para valorar la realidad, pero muy pocos estudian historia.

Hoy tiramos la comida a la basura y comemos hasta estallar… La queja sistemática es un virus extendido, penoso, indigno, que corroe y que destruye.

La actitud ante la vida es un asunto personal, intransferible. Lo subjetivo se convierte en objetivo.

El Instructor toma nota de aquellos que realizan su misión en silencio, y a los que se les puede confiar otras misiones.

Cuando os sentís preocupados, desgraciados, en lugar de dejaros abrumar sin hacer nada (¡porque creéis siempre que no podéis hacer nada!), intentad, por el contrario, reaccionar. Y reaccionad inmediatamente uniéndoos al Cielo mediante la meditación, la plegaría. En el momento en el que llegáis a mejorar vuestro estado interior, el mundo entero os aparece transformado, porque lo veis a través de otras «gafas».

¿Por qué, cuando los hombres y las mujeres están enamorados ven el mundo tan bello? Porque en ellos mismos, de pronto, todo se ha convertido en bello, poético. A menudo bromeamos sobre los enamorados, mientras que, por el contrario, hay que admirarlos y decir: « ¡Oh! ¡Qué es lo que podemos aprender de estos dos!…» Es invierno, hay niebla, llueve, pero si deben encontrarse, para ellos el sol brilla, los pájaros cantan, las flores embelesan porque la primavera está en ellos. Diréis que, en estos casos, se rebosa alegría de forma totalmente subjetiva… Sí, por supuesto, pero es necesario saber que es precisamente en el mundo subjetivo que Dios ha escondido todos los poderes.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86) , Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.  Imagen: “Mount M” (1931), pintura de Nicholas Roerich